¿Q...quien eres?¿Q..que eres?¿Que quieres de mi? Preguntó Gideon en cuanto comenzo a recuperar el habla, la aparición del ser no podía ser real, tenía que estar completamente loco sin lugar a dudas.
-Maestro no tema mi presencia, vivo para servirle, soy Arial su ente de niebla y usted es mi maestro convocador. Maestro se lo ruego useme cuando y cuanto guste, cumpliré todos sus deseos por minimos que sean-. El neblinoso ser parecía extremadamente feliz pese a no tener rostro.
-P..pero tu no puedes existir , es racionalmente imposible, es ...es .. ¡Nisiquiera hay una palabra para esto!- Gideon seguía sin dar crédito a lo que estaba pasando, era tan imposible que no sabia que decir o hacer.
-Maestro , con el debido respeto , no se quede ahí parado como un pilar de piedra. Si me permite la sugerencia entremos a la casa y le daré un informe completo de toda la situación aunque ya debe de saberlo todo mi gran maestro, debe haber leido el libro y seguro que sabe cada palabra-. Dijo Arial mientras adoptaba una postura que podriamos definir como arrodillamiento si el ser de niebla tuviera unas piernas realmente definidas.
Gideon se limitó a entrar a la casa con el ser dado que si tenía que elegir ,preferia tener esa conversación en un lugar cómodo y seguro como era el propio salón de su casa. Una vez dentro se tiró sobre el sofá y trató de conservar la calma para mantener lo que parecía una conversación normal con unos conversadores poco normales.
- No he leido para nada el libro , eso lo primero. Segundo esto no puede ser real y si lo es quiero saber cómo existes. Y por último si soy tu amo tráeme el libro ese extraño, debe estar en el pasillo- Gideon había tramado un pequeño plan , procuraría dominar la situación adoptando un papel autoritario marcando diferencias, quizas si ese ser veía su seguridad dudaría de intentar jugársela si resultaba que sus intenciones eran diferentes a las de servirle.
-Tendrá todas sus respuestas amo y su orden cumplida-. Arial fue de inmediato a por el libro que estaba en el pasillo a unos metros de distancia; fue entonces cuando Gideon se percató de una cosa, el ser estaba unido a él mediante una especie de filo hilo neblinoso que iba de la espalda de Arial hasta su dedo meñique. En lo que no fueron más de dos minutos ya le había traido el libro.
-Maestro a su pregunta , soy tan real como cualquier elemento de esta habitación, soy un ser de niebla, tal y como explica el libro, nacemos de los fragmentos reunidos de las almas de los difuntos y vivimos para servir a conjuradores como usted. Tenemos una serie de derecho y obligaciones que...- .
Gideon la cortó rápidamente. -Una mini-preguntita de nada, ¿Qué es eso de conjuradores? -. Arial se quedó desconcertada.
-¿ No sabeís lo que son? Normalmente cuando nos invocan ya son duchos en materia de conjuración... Bueno no importa, con mucho gusto se lo explicaré maestro; un conjurador es una persona que ha nacido con la capacidad de alterar el mundo sirviendose bien de fórmulas que alteran la realidad o bien de entes invocados como yo-. Arial hizo poses cual modelo.
-Esto... - Interrumpió Gideon. - No digo que no tengas buena figura pero si tuvieras rostro esas poses estarían mejor y ahora dejando el chiste malo de lado, cuantame los derechos y deberes de nuestra accidentalmente creada relación- . Dijo mientras se acomodaba y miraba atentamente a su aparentemente nueva asociada temporal.
-Empecemos con los derechos maestro, tiene usted derecho a mi servicio en cualquier lugar y momento, tiene derecho a pedirme lo que quiera si no va contra las normas y tiene derecho a pedirme que omita alguna acción mia. Ahora mis derechos, tengo derecho a una parte de su energía vital una vez al mes, tengo derecho a quejarme con respeto si mis ordenes no me gustan y tengo derecho a expresar mi opinion siempre con respeto y siempre con intención de aconsejarle -. Gideon escuchaba con interés cada palabra.
-Ahora maestro seguiré con los deberes, usted tiene el deber de alimentarme , de intentar escuchar mis consejos aunque no los siga y de cumplir las normas. Yo tengo el deber de servirle, el de protegerle y el de mantenerle informado tal cual hago ahora mismo- .
Gideon empezó a pensar que era demasiado bonito para ser verdad y que tenía que haber algún truco. -Bien esto... Arial, ahora dime las normas que debemos seguir y así podré hacerte todas las preguntas que necesito hacer- . El ser de niebla parecía haber esperado mucho para soltar toda esa información y realmente parecía feliz de dar ese discurso.
-Maestro pocas son las normas que debemos respetar, son las siguientes: no puedo matar a ningún ser material, no puedo evitar que un ser material muera a excepcion de usted y tampoco puedo permitir mi propia desaparición a excepción de que al hacer esto incumpla otra de las normas. Si incumplimos alguna de estas normas el castigo es... la desaparición del maestro y de su ente de niebla...-. Arial agachó la cabeza.
-Bueno ahora solo tengo dos preguntas. ¿Cómo es eso de alimentarte?¿Y qué eran las cosas del centro comercial?- Arial miró a su amo directamente a la cara.
-Es automático, una vez al mes se sentirá muy cansado y yo estaré alimentada, no deberá hacer ningún esfuerzo en durante el día. En cuanto a esas cosas... les llamamos Fragmentados... son trocitos de alma de los difuntos, no se mueven , no hacen nada... solo esperan y sobreviven de la energía que desprende la gente por eso... están donde hay mucha gente junta... puedes verlos a causa de tu vinculo conmigo, un ser inmaterial- Dijo volviendo a agachar la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
La dama de la niebla
FantasyGideon es un joven como otro cualquiera hasta que por giros del destino termina convirtiendose en un CONJURADOR en mitad de un mundo de lo más normal pero por desgracia esto desencadenará una serie de sucesos que harán aprender a nuestro héroe que u...