Gideon aún se sentía algo descolocado, no podía enteder esa diferencia de dificultad entre los inmateriales de siempre y el ser del otro día, tampoco podía entender de donde había salido la voz que le había ayudado y aún menos de dónde había sacado ese gran poder.
Paseó de una esquina a otra del salón pensando , intentando sacar conclusiones sin éxito. -Arial , preséntate ante mí de inmediato, quiero hablar contigo-.
Arial se manifestó de inmediato brotando del ojo derecho como ya era costumbre. -Maestro estoy a vuestro servicio, dígame qué desea de mi-.
-Arial respóndeme a un par de preguntas. Pregunta número uno: ¿sabes algo del enemigo del otro día?. Pregunta dos: ¿sabes algo de esa extraña voz? Y pregunta tercera y última: ¿Que edad tienes?-. La última pregunta era solo para confirmar sus teorías.
-P-perdóneme maestro p-pero no tengo la más mínima idea de la segunda y en cuanto a la tercera pues creo que tengo unos 4.509 años de los vuestros-. Arial estaba intentando que no se le quebrara la voz.
-¿Y mi primera pregunta querida?¿Por qué te la has saltado?-. Gideon la miró arqueando la ceja.
-Maestro por favor a nosotros nos da auténtico terror ese ser, es muy superior y no queremos ni pronunciar su nombre... pero ya veo que estoy obligada a decirle que era... Ese ser antes era como yo , un inmaterial de niebla, pero durante la guerra muchos conjuradores experimentaron con los nuestros, muchos experimentos fallidos se cobraron la existencia de conjuradores e invocaciones pero hubo una clase de ser... la única que fue creada por casualidad ... cuando un conjurador obligó a su sirviente a devorar a sus congéneres y más tarde a devorar sombras hasta llegar a comerse a sus propios creadores, esos seres son aberraciones que nunca debieron existir y sin embargo existen, viven para devorar y crecer hasta que el mundo se termine-. Arial parecía estar bastante afectada.
- oh pequeña, parece dolerte mucho decir algo así, casi parece como si hubieras vivido esa guerra-. Gideon la miro con lástima.
-Maestro yo... la viví. Pero no como sirviente. yo he ...nacido de fragmentos del alma de conjuradores de la guerra. Maestro... imagínese tener tantos recuerdos de tantos crímenes y prácticas atroces ... imagínese llegar a ver a veces como si lo hubiera hecho usted mismo como experimentaba con seres y estos se retorcían de dolor... solo imagínese obligando a su mejor amigo a volverse canibal... -. En la voz de Arial podía notarse el dolor amargo que le producían esas palabras.
-Pequeña, cuantísimo siento que tengas que pasar por algo así, siempre podrás contar con Laira y conmigo. Además yo te pregunto ¿Tiene culpa el hijo de los errores del padre?-
Arial se quedó pensativa medio segundo.-Supongo que no maestro-. Dijo mirándolo.
-En ese caso no deberías sentirte mal por lo que hicieran los dueños de los fragmentos de alma que te crearon ¿No lo crees así?-. Gideon sonrió de medio lado e hizo como si le diera palmaditas en la espalda.
-Maestro... gracias , soy muy afortunada de tenerle como conjurador-.
-No las des y vuelve a tu sitio a descansar, mañana volverás a tus funciones habituales sin falta y espero por tu bien que si vuelves a sentirte mal no te lo calles o me sentire muy disgustado-.
Terminada la charla, Arial volvió al ojo y Gideon comenzó a darle vueltas al asunto hasta llegar solo a una conclusión clara; dos cabezas piensan mejor que una. Con ello en mente salió rumbo a casa de Laira.
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La dama de la niebla
FantasyGideon es un joven como otro cualquiera hasta que por giros del destino termina convirtiendose en un CONJURADOR en mitad de un mundo de lo más normal pero por desgracia esto desencadenará una serie de sucesos que harán aprender a nuestro héroe que u...