CAPITULO VII: AVERIGUACIONES

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Gideon miraba el puñado de fragmentos del alma en el joyero del escritorio, no entendía para que iba a quererlos ni de que le servían.

-La culpa es tuya Arial , todo esto ha empezado después de que te traje aquí-.

La neblinosa miró al suelo sintiéndose realmente dolida por el comentario.

- Oh perdóname Arial , me ha podido momentáneamente la presión del giro tan repentino al que me somete tenerte a mi cargo. Ve a descansar yo voy a leerme el libro y a procurar aprender todo lo posible sobre todo -.

Arial abandonó la estancia penetrando nuevamente en el ojo de su amo antes de que este tomará de nuevo el singular libro origen de todo aquello que había vuelto su vida del revés.

Gideon pasó horas estudiando cada palabra, cada conjuro , cada invocación y cada mínimo detalle pero aún así no logró comprender mucho más allá de la mitad. En ese libro había cosas muy peligrosas y misteriosas, secretos para vivir casi eternamente y métodos para atraer y atrapar terribles seres. Gideon se preguntaba como era posible que el mundo corriente no se hubiera percatado de la existencia de estos ritos y en respuesta una corriente de viento abrió la página precisa. " Antaño todos los seres humanos podían ver e interactuar con los seres inmateriales pero las almas codiciosas y corruptas de algunos comenzaron a empujarlos a esclavizar a todos los seres inmateriales posibles para usarlos con fines de guerra, se crearon sombras , devoradores y pudrealmas para acabar con la vida de conjuradores de bandos contrarios . Cuando la guerra estalló el mundo empezó a perecer lentamente hasta que de la nada apareció un gran y poderoso conjurador de nombre Uno, nadie sabe con certeza de dónde procedía o como llegó a dominar todas las artes de la conjuración pero de un solo y poderoso conjuro inmovilizó a todos los combatientes, se dice que por todo el universo su voz retumbó mientras lanzaba una gran maldición, ningún humano que no fuera digno volvería a ser capaz de emplear conjuros o manipular y convocar seres inmateriales, no podrían verlos jamás y mucho menos recordar su existencia. Ningun poder terrenal podría levantar jamás esta maldición; y así, tal y como vino, Uno desapareció de la faz de la Tierra sin dejar rastro"
No pudo evitarlo, se quedó de piedra y sonriente , era único, era digno y era poderoso. Desconocía el porqué pero al menos se sentía bastante feliz con la situación aunque no tardó en poner los pies en la tierra, una sombra lo había atacado, los fragmentados lo vigilaban y según esta historia aún quedaban seres por descubrir y no parecían demasiado agradables. Su única defensa eran los conjuros que aprendiera y la orientación que pudiera proporcionarle Arial , Gideon necesitaba descansar y pensar muy bien lo que hacer pero antes de nada le mandó un mensaje a Laira que decía así " Amor , estoy en casa no te preocupes estoy bien, en cuanto te venga bien ... iré a visitarte tengo algo que contarte , algo increible que no te vas a creer y ... que tengo miedo de contarte. Te amo más que a mi propia vida cielo"
En menos de cinco minutos ya le había contestado que fuera ya mismo y no tuviera miedo, que lo amaba con locura y que siempre podría contar con ella pues para ello era su futura esposa. Gideon derramó una lágrima , se sentía tan feliz de tenerla que quería hacer todo lo posible para ser digno de ella y eso incluía confiarle secretos como este.

La dama de la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora