siete 🥀

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Entre abandonar a Jungkook en medio del bosque para volver a su casa, y ayudar al demonio desfallecido en el suelo, Taehyung eligió lo segundo.

Puede que Jungkook casi lo matara, que le hubiera tratado fatal, pero no podía dejarle ahí medio moribundo, con ese frío glacial. Taehyung no era tan mala persona como para abandonar a alguien a su suerte, y más si se estaba desangrando. Había pasado miedo, eso no podía negarlo. Cada vez que tenía un altercado con Jungkook parecía ponerse de los nervios, le daba terror lo imprevisible que podía ser el azabache.

Tampoco estaba seguro de cómo podía ayudarle, le daba incluso miedo ponerle un dedo encima mientras estaba inconsciente, pues parecía capaz de despertarse y darle un manotazo, espetándole que no le tocara ni un solo pelo.

Sin embargo, Taehyung sabía que, por más que su cerebro le dijera que se marchara de allí, que huyera lo más rápido que pudiese y que se alejase de alguien tan malo como Jungkook, decidió quedarse para ayudarle.

Había algo en su pecho que tiraba de él, que le repetía las palabras del azabache.

Vete a casa. Vuelve al lugar donde perteneces.

Él llevaba razón, su lugar no estaba en el castillo, ni siquiera podía estar tranquilo caminando por los pasillos, temiendo que algo le ocurriera. Y mucho menos, después de lo que había pasado en la habitación de Jungkook.

Recordó la forma en la que su cuerpo se curvó y sus uñas se clavaron en su piel, estremeciéndole. Era la primera vez que Jungkook le hacía daño de verdad, que le atacaba como si fuera un animal salvaje.

¿Qué había hecho Taehyung para merecer algo así?

De verdad que las ganas de marcharse fueron muchísimo más grandes que quedarse, pero acabó cediendo a su parte humanitaria. No dormiría tranquilo dejando herida a una persona, si es que podía llamar a Jungkook de esa manera, en medio de un tenebroso bosque.

Así que, mientras contenía las lágrimas y trataba de salir de su estado emocional, cargó a Jungkook sobre Knight. Jungkook era mucho más pesado de lo que se había imaginado, para estar tan delgado. Supuso que sus alas en parte tenían culpa.

Lo dejó como pudo sobre la montura, agarró la correa y caminó, dirigiendo al caballo de vuelta al castillo. Luego, amarró al caballo sobre uno de los pilares de la escalera de piedra, y cargó a Jungkook como pudo sobre sus hombros, jadeando por cada escalón que sus pies subían.

Será gordo, el tío este.

Con la respiración entrecortado y sus hombros entumecidos, consiguió llegar hasta el gran portón, entrando al palacio. Fue poner un pie en el interior y sus rodillas cayeron sobre el suelo, sin poder resistir el peso. Jungkook se deslizó, acabado recostando en el suelo, y Taehyung apoyó las palmas de sus manos, tomando aire pesadamente.

Entonces, los seres feéricos aparecieron volando en su dirección, con un aleteo rápido y ágil, desprendiendo pequeñas motas de polvo brillante.

Jimin y Yoongi parecían querer llevarse las manos a la cabeza al ver a los chicos. Vieron los restos de sangre tanto en la camisa de Taehyung, y las propias heridas por la fisionomía del azabache.

—¡Tae!—lo llamó el ser feérico, revoloteando a su alrededor súper asustado—. ¿Qué ha pasado?

Yoongi se llevó las manos a la cabeza, cuando vio la sangre en las manos de Taehyung.

—¿Estás herido?—preguntó el peli menta.

Taehyung negó con la cabeza, y señaló a Jungkook.

Beauty and the Beast》KookV (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora