nueve 🥀

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Aviso: contenido explícito, +18


Taehyung estuvo muy ansioso las siguientes horas.

Tenía miedo por Jungkook, de que pudiera pasarle algo malo. El azabache había huido de palacio sin pensar siquiera en el vendaval del exterior, una furiosa ventisca helada que congelaría hasta sus plumas.

¿Y si el viento se lo llevaba hacia el bosque?

¿Y si moría congelado fuera?

El chico no podría creerse que Jungkook fuera tan malditamente imprudente.

Pero no era estúpido, y sabía que lo que le había pasado a Jungkook era lo mismo que hace unos días. Él le había dicho que cada vez se sentía menos humano, que su cuerpo estaba cambiando de una forma particular, y que por esa razón podría explicar el arrebato de hace un momento.

Pero aquella vez había sido distinto...Jungkook había actuado de forma diferente.

La primera vez que Taehyung comprobó de frente aquel lado demoníaco del azabache, Jungkook le había atacado.

Pero esa vez, el mayor le había pedido que se alejase de él, porque no quería hacerle daño.

Había sido un gran cambio, si lo observabas con lupa.

Jungkook había luchado contra sus instintos naturales, para no herir al rubio.

Por eso mismo, Taehyung llegó a una mísera conclusión: le importaba a Jungkook.

No sabía en qué momento había cambiado de parecer, en amenazarle cada dos por tres a rogarle con ojos de conejito asustado que se apartara de él.

Taehyung sentía cómo su corazón se contraía, en una sensación que no podía explicar. Pero estaba muy preocupado por Jungkook, su garganta se estrechaba en un nudo, dándole pie a las ganas de llorar.

Demonios, ¿por qué se sentía de esa forma?

¿Acaso empezaba a sentir cosas por el azabache? ¿O tal vez sólo era la preocupación por un amigo?

Porque Jungkook era su amigo, ¿verdad?

Él lo sentía de esa manera. Ponía la mano en el fuego al decir que ambos eran amigos, unos amigos con una increíble tensión de por medio, que confundía demasiado a Taehyung.

Pero es que no sabía cuándo había empezado a sentir tirones en el pecho cada vez que estaba con él, su sangre desbordándose locamente de sus venas, acelerando su pulso. Parecía un crío de diecisiete años cuando estaban juntos, intentando mirarle disimuladamente mientras Jungkook no se daba cuenta, de observar sus alas negras, de las cuales había caído rendido; de su pulido rostro y su todo.

Algo le decía a Taehyung que no veía a Jungkook como un simple amigo.

Y lo supo, en el momento en que comenzó a echarle de menos, mientras se comía las uñas esperando a que regresara.

Incluso pensó en salir a buscarle. Pero, ¿a dónde iba a ir exactamente?

Jungkook tenía unas hermosas alas que lo podían llevar rápidamente a cualquier sitio en cuestión de minutos. Él sólo tenía un establo lleno de jóvenes caballos, que con la ventisca no se atreverían a salir. Ni él mismo se atrevía a poner un pie en la calle.

El palacio estaba más silencioso que de costumbre. Ni Jimin, ni Yoongi, ni Namjoon se dejaron ver.

Taehyung supuso que algo parecido les había tenido que pasar, si es que la maldición afectaba a todos los integrantes del castillo.

Beauty and the Beast》KookV (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora