diez 🥀

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Jungkook fue el primero en despertarse. Sus ojos se abrieron poco a poco, sintió un cálido cuerpo pegado al suyo, unos brazos abrazándole como si fuera una especie de oso de peluche. Pestañeó un par de veces, desubicado y confuso, viniéndole imágenes a su cabeza de todo lo que había ocurrido la noche de antes, y una sonrisa apareció en sus labios.

Taehyung estaba dormido a su lado, con sus rodillas encogidas y la boca entreabierta, mientras descansaba su cabeza sobre uno de los brazos del azabache.

Jungkook había pasado una noche maravillosa y había dormido profundamente al lado del rubio. Hacía mucho tiempo que no dormía tan bien, y se sentía completamente descansado.

Eso sí, aquella zona de sus omoplatos desde donde crecían sus alas, la sentía un poco tirante y molesta; parecía que sus alas estaban luchando por querer salir, sentía cómo los músculos de su espalda se contraían y estiraban, provocándole un agudo dolor. Pero era una molestia banal que podía soportar unos minutos más con tal de ver a Taehyung durmiendo entre sus brazos como si fuera un auténtico bebé.

Jungkook se sentían tan bien...tan feliz. Muchas mariposas revoloteaban en su pecho en una sensación extraña pero muy agradable, y no podía dejar de sonreír mientras estrechaba a su compañero y aspiraba el afrutado aroma de su cabeza.

Aún no podía creerse que alguien tan bueno y excepcional como Taehyung hubiera dado el impresionante paso que dio anoche. Jungkook recordó cómo el chico se inclinó hacia delante, y en el momento en que leyó en sus ojos lo que deseaba, Jungkook casi estallaba de los nervios. Y se sentía pletórico, al comprobar que el chico también sentía algo por él. Si no fuera así, no hubiera actuado de esa forma, queriendo acercarse a él.

Podía ser recíproco, pensó Jungkook.

El chico había seguido con él incluso después de que Jungkook le hubiera tratado mal al principio, e incluso tras ver en lo que realmente era la noche anterior. Cualquier persona hubiera corrido despavorida, habría sentido un profundo temor en todas y cada una de las células de su cuerpo. Sin embargo, Taehyung quiso buscarle. O, más bien, llamarle.

Exponerse de esa forma al frío, solo para hacer que Jungkook acudiera a él, le decía a gritos que el humano podía sentir algo, por mínimo que fuese, y que aquella noche que habían pasado juntos no era meramente un encuentro esporádico, uno de un día.

Era algo más.

Ya lo supo, en el momento en que se encontró con sus ojos anoche, la manera en la que el azul de su iris lo miraban, con tristeza, compasión y pena.

Jungkook no quería que Taehyung estuviera con él precisamente por eso. Le asqueaba la idea de que los demás sintiesen compasión por él, por lo que era.

Tampoco quiso pensar en que esa era la razón, por mucho más tiempo. Así que se dejó relajar por la presencia del cálido humano. Acarició su brazo suavemente, haciéndole cosquillas con la punta de sus dedos. Le vio dormir mientras le tocaba despacio, sus ojos deslizándose de vez en cuando a sus mullido y rosados labios.

Jungkook se inclinó levemente, lo suficiente para comenzar a darle besos por el rostro. Primero fue a la punta de su nariz, donde tenía un lunar. Luego sus mejillas, debajo de sus ojos, pasó a las comisuras de sus labios, mentón y mandíbula, recorriéndola suavemente, dejando unos sonidos en el ambiente.

Taehyung se revolvió al ser despertado por el tacto del chico, despertándose poco a poco. Ni siquiera tenía que abrir los ojos para ver lo que estaba pasando, y una sonrisa apareció en sus labios, curvándose levemente hacia arriba, mientras se desperezaba con cuidado, ronroneando. Sintió una risita en su oreja, así que se obligó a sí mismo a abrir los ojos para verle.

Beauty and the Beast》KookV (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora