diecinueve 🥀

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Aviso de la autora: este será el capítulo final, aunque tengo pensado publicar un epílogo. Como es un capítulo especial, es un poco más largo que el resto.

Dicho esto, espero que os guste ❤


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Tal y como Jungkook había prometido, el fin de semana más próximo iba a haber una fiesta en palacio. La voz se corrió rápidamente por las aldeas colindantes a Villeneuve, incluso llegando a oídos de los nobles de las ciudades más ricas, como París. Era sorprendente y curioso que, después de tantas décadas, algunos volvieran a saber sobre qué había sido del príncipe de aquel palacio. Por supuesto, eran personas demasiado mayores, pero que recordaban, bien fuera porque lo habían vivido en carne y hueso, o bien sus padres le habían contado historias, sobre un majestuoso palacio en mitad de la montaña, con un pasado lleno de oro y gloria.

Por supuesto, muchos nobles decidieron ir, e incluso los que eran meros campesinos. Era la primera vez que un palacio de tal talante habría sus puertas a todo el mundo, sin importar su poder económico o lo arreglado y elegantes que fueran sus trajes de gala.

Tenían curiosidad por asistir a aquella fiesta, comprobar con sus propios ojos aquel rumor de que el príncipe no había envejecido ni siquiera un poco, incluso después de cincuenta años. Por supuesto, esos comentarios llegaron a oídos de Jungkook, quien se mostró nervioso e inquieto los días antes de que las puertas de palacio se abrieran. Sabía que era lo correcto, empezar las cosas de cero con una perspectiva diferente, ser más amable y sincero con los demás.

No obstante, había permanecido cinco décadas aislado de la gente, se había encerrado en las paredes de su propio corazón y no permitió que nadie entrara por el temor de ser criticado y abucheado. No iba a mentir, Jungkook era una persona que llevaba mal las críticas, y era consciente de que abrir las puertas del castillo, las atraería. No era una persona excesivamente tímida, pues le habían enseñado desde pequeño los protocolos reales, la forma de hablar con los demás, e incluso un lenguaje corporal pulcro y bien cuidado. Jungkook conocía todas y cada una de las etiquetas de comportamiento, su anterior yo era un experto en fingir delante de las personas, en mostrar una sonrisa que ocultase su arrogancia y egoísmo.

Y ahora tenía que esforzarse por ser un hombre más honesto y transparente. Sabía que no era el mismo de antes, que había cambiado positivamente, solo que tenía miedo a la hora de enfrentar algo que había temido durante tanto tiempo.

Y ahora, que se acercaba el momento de bajar al gran salón, le estaban entrando unas ganas de vomitar enormes.

Se imaginó el salón atestado de gente, riendo, bailando, comenzando la fiesta, esperando a que él hiciera acto de presencia.

Tenía muchísimo miedo.

Se miró al espejo de su habitación, enorme, que se sostenía apoyado en el suelo, mientras se acomodaba la camisa blanca por el interior de unos pantalones negros, ajustados a su cintura con un corsé negro de piel. Estaba intentando con todas sus fuerzas no entrar en un ataque de pánico por lo que podría pasar, sin embargo, una cabellera rubia apareció tras su espalda, y sonrió al ver el reflejo de la cabeza de Taehyung en el espejo, brillante, como siempre.

—Estás guapo—le dijo, apoyando su barbilla en su hombro, utilizándolo de reposacabezas, mientras le repasaba de arriba abajo—. Ese corsé te hace culo, que lo sepas—comentó en una risa.

Estaba encantado con su conjunto, las prendas se ajustaban a su fisionomía marcada, su cintura quedaba pronunciada y fina bajo el complemento negro y oh, aquellos pantalones le hacían unas piernas kilométricas de infarto.

Beauty and the Beast》KookV (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora