La mañana estaba tranquila, y después de haber charlado un poco con el chico de elevador, (que ahora sé, su nombre es Caín), y arreglar los mal entendidos, me sentía como si un peso invisible se esfumara de mis hombros, me sorprendió ver que teníamos mucho en común, incluida la vida de mierda de la cual queríamos escapar.
Le puse salsa a las quesadillas que hice y deje los platos en la mesa, ya listos para que fueran devorados, yo no tenía que ir a trabajar hasta la noche y quería aprovechar ese tiempo para hablar con Caín y especificar que es lo que haríamos, pero lo primero era llevarlo al hospital para que lo revisarán, y si se negaba, llamaría a Teresa o a Luka.
Caminé hasta la habitación de Dalia y al abrir la puerta después de que me dio permiso la vi en el suelo buscando algo debajo de la cama, salió de ahí con un calcetín de colores, se lo puso a pesar de que no era el par del calcetín con dibujos de conejos, me reí y ella se levantó para ir por su hermano, le dije que el desayuno de ella estaba en la mesita de la sala, y ella entendió que quería hablar con Caín a solas, una vez que se perdió por el pasillo en dirección a la sala caminé hasta la última puerta del pasillo, la que daba hacía el cuarto de invitados, toque de forma suave y un “adelante” sonó del otro lado, al entrar vi al chico de cabello rizado todavía acostado en la cama, caminé hasta sentarme en la orilla y lo mire con una pequeña sonrisa.
-Buenos días, ¿Cómo te sientes?.
El enano negó con la cabeza, tenía los ojos hinchados por tanto llorar, y se veía demasiado pálido, dando a entender que no durmió mucho, puse una mano en su brazo y comencé a acariciarlo con cuidado de no tocar ninguna de las cortadas, me calme al ver como cerraba los ojos y ya no temblaba cada vez que me acercaba así a él.
-¿Estoy haciendo lo correcto, Kenai?.
Su voz salió rota, casi como el lamento de un animal herido que pedía ayuda con su último aliento.
-A nadie le gusta vivir con miedo Caín, nadie merece vivir de este modo, está vez fue una golpiza, la próxima puede ser un intento de homicidio o la muerte.
El chico tembló cuando dije eso último, él sabía que lo que decía era cierto, y entendía que tuviera miedo, pero también tiene que entender que todo estos lo esta haciendo por él y para él mismo.
-Se que tienes miedo Caín, y se vale tener miedo, pero no para usarlo como escusa. Debes entender que estas haciendo esto porque es lo correcto, por que estamos hablando de tú vida y no hay nada más importante que eso.
Lo vi derramar varías lágrimas, se las limpie con cuidado, lo ayude a sentarse y él se aferro a mi como un niño pequeño que está asustado, lo envolví con mis brazos y deje un beso en su cabeza, se que está es mucha confianza para sólo un par de horas de conocernos, pero las mejores amistades se forman así.
-Estarás bien, prometo que no te hará nada nunca más, puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras, no eres ninguna molestia, prometo que te voy a ayudar a salir de esto, te voy a enseñar a amarte de nuevo. Porque una vez que comiences a amarte, nadie podrá pisotearte de nuevo.
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Save Me
General Fiction-Si no aprendes a amarte, ¡nadie lo hará por ti! - rugió furioso, -Antes de amar, amate, porque cuando él idiota al que le entregues tu estúpido corazón se vaya, al menos aún te tendrás a ti mismo, y así nadie te podrá pisotear. Una historia de amo...