Amigos

190 34 30
                                    

"La libertad nunca es dada; siempre es ganada".

Asa Philip Randolph.

Cerré el chat al ver que no me respondería, pero no me molestó en absoluto, sabía de sobra que él necesitaba tiempo para pensar, cuando alguien se encuentra en una situación difícil, nuestro corazón actua por instinto, olvidando por completo lo qu...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cerré el chat al ver que no me respondería, pero no me molestó en absoluto, sabía de sobra que él necesitaba tiempo para pensar, cuando alguien se encuentra en una situación difícil, nuestro corazón actua por instinto, olvidando por completo lo que nuestra razón nos ordena hacer, y Caín en este momento se encontraba dividido entre ambos, sabía por experiencia propia lo frustrante que podía resultar todo esto, y por eso me decidí por dejarlo tranquilo y concentrarme en la cerveza que tenía en la mano, era la quinta cerveza o quizá la sexta, no lo sabía, al llevar más de semana y media sin una sola gota de alcohol en mi sistema me emborrache en tiempo récord, no me importo en este momento y quizás me arrepienta mañana, pero mientras no lo hiciera hoy, no me importaba. Lo único que si lamentaba, era que hoy tenía que ir a trabajar, y no podía faltar.

Después de que Caín se fuera a su departamento me sentí inútil, la impotencia me dominaba por completo, pero no tenía el derecho de hacer nada, si bien, es cierto que me pidió ayuda en un momento donde se encontraba confundido y desesperado, la veracidad de sus palabras en ese momento no me convencían, no podía ayudarlo si él no se encontraba dispuesto a cooperar, fácilmente puede cambiar de opinión de un momento a otro, y es por eso que me encuentro tan frustado.

Tire la botella y en algun lugar de la sala resonó el golpe, destape otra cerveza y le di un trago largo, el sabor amargo bajaba con gran velocidad por mi garganta, casi ahogandome en el proceso, me sentía mareado y confundido, estaba cansado de que mis pensamientos sólo estuvieran dirijidos hacía Caín, ese maldito enano berrinchudo, era malditamente molesto que no pudiera pensar en nada más que no fuera él, pero me era inevitable no hacerlo, Caín me recordaba tanto a ella, ambos son tan parecidos que me es imposible ignorar este sentimiento que brota cada vez que lo veo, desde la primera vez no pude ignorarlo.

Tome el teléfono y mire de nuevo su fotografía de perfil, se veía muy feliz en ella, nada que ver con el chico de ahora, era un contraste tan aterrador a la vez que alarmante.

Solté un profundo suspiro, me terminé lo que quedaba de cerveza y me levante del suelo para ir a mi habitación y prepararme para ir a trabajar. Perp primero me tomaría un café muy cargado y me daría una ducha de agua fría.

***

Al entrar al local lo primero que escuche fue el grito de Josh, el dueño del lugar, la música no estaba tan alta a comparación de otros días, las personas aún no llegaban y los trabajadores ya estaban en sus puestos, listos para recibir a la clientela, caminé con paso seguro hasta la barra y saludé a Derek, el barman, luego se nos unió Jessie y Troy, ambos felices por verme, pero incluso por muy felices que estuvieran eso no me salvo de la reprimenda que me dieron por haber bebido, y así, entre discusiones y risas comenzó mi turno.

Save MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora