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Narra Lucifer

Las últimas semanas en la tierra habían sido de completa maravilla, jamás creí que los humanos llegarán a ser tan fiesteros y locos.

Las noches llenas de exceso se convirtieron en una rutina, una rutina de la cual me aburrió era lo mismo de siempre sexo, alcohol, drogas, mujeres y se repetía el mismo patrón. Sin embargo era necesario toneladas de alcohol para sentir por lo menos un leve mareo, era difícil estar ebrio sin importar que tan fuerte era el alcohol.

Necesitaba una buena compañía, no tenía la mínima idea de dónde conseguir a una buena compañía, Mice me observa de manera extraña mientras bebé whisky.

— ¿Qué?— la miró

— ¿Qué tanto piensas?— me pregunta viéndome dudosa

— quiero una compañía— me sirve un trago

— Se acaban de ir las dos mujeres con quienes tuviste sexo, ¿Las llamo?— enmarca una ceja

— no a esa compañía Mice, estoy aburrido de esto, quiero divertirme con una mortal —

— ¿Piensas casarte con una prostituta?— se burla

— por supuesto que no, habló de algo único y especial —

— ¿Dónde piensas conseguir eso?—

— te toca averiguar en donde puedo comprar una esposa — le sonrió y ella responde con una sonrisa ladina

— ahora vuelvo — me guiña el ojo

La observo salir del penthouse dejándome completamente solo, me recuesto en el sofá para ver un poco de televisión.

(...)

Termino de arreglar mi traje (imágen en galería) guardo unos cuantos fajos de dinero en mi cartera y por último acomodo correctamente mi anillo.

Cuando estoy por tomar el ascensor se abren la puerta dejando ver a Mice con una sonrisa orgullosa.

— tengo algo que te gustará — muerde su labio

— déjame ver — sonrió

— una subasta de mujeres se llevará a cabo aquí, está noche.— me muestra una carpeta — todo lo que quieras saber está aquí — señala la carpeta

— ¿Vamos de compras?— la miró sonriendo

— será un placer — toma mi brazo — Azadiel nos espera abajo—

— ¿Ya sabe a dónde iremos?— pregunto enmarcando una ceja

— se lo diremos cuando estemos allá — se ríe

Bajamos en el ascensor hasta el estacionamiento, Azadiel nos espera vestido con un traje negro apoyado en el carro con una mirada de confusión.

— iremos de compras hermano — sonrió

— ¿Qué harás Lucifer?—

— comprar una esposa — digo tranquilamente

— ¿Estás loco Lucifer?— lo miro atónito — ¿Cómo comprar a una mortal? Sabes que la belleza lo tienes y las mujeres caen como si de dinero se tratase— lo mira — solo debes escojer

— Quiero comprar una,lo gratis sale costoso - le recuerdo -¡Quiero una jodida rubia!-

— ¿Rubias? — lo miró dudoso — hay muchas rubias aquí — me encojo de hombros

— quiero una especial, no una comun — nos subimos al auto — de paso te compras una —

— eso veremos — comienzo a conducir

Después de unos minutos en el tráfico, llegamos hasta una mansión la cual estaba muy bien cuidada por guardias eran pocos los autos aparcados, dejamos el auto en uno de los lugares vacíos bajando con mucho cuidado llevando el maletín con suficiente dinero para comprar esta casa y muchas más.

— ya estamos aquí Luci—

— vamos por una esposa para Lucifer — sonrió caminando a la entrada

— veo que es algo ilegal — comenta azadiel viendo la casa

— ¿Hasta ahora te das cuenta?— se burla Mice

— creí que los humanos así lo hacían comúnmente — se encoje de hombros

— bueno, busquemos los mejores asientos para ver esta subasta — caminamos hasta el gran salón

Tomamos unas paletas con números tomando asiento en la primera fila para obtener una mejor vista de cada mujer, con el paso de tiempo se fueron ocupando los lugares por personas que en verdad dan miedo o asco.

Un hombre camino hasta la pequeña tarima tomando un micrófono y con una sonrisa comenzó a hablar.

— ¿Estás seguro lucí? — me susurra azadiel

— muy seguro, tanto que quiero a la más hermosa — me cruzo de piernas

— ¿Dejaras que tenga sexo con ella?— me mira Mice

— lo pensaré —

— buenas noches señores, está noche las mujeres más hermosas serán subastadas a las mejores ofertas— habla desde el escenario — en sus asientos tienen el informe de las chicas en orden cómo serán presentadas, sin decir más empezamos—

Las luces se apagaron por completo iluminando solamente la pasarela frente a nosotros y con ello mujeres hermosas comenzaron a modelar en lencería.

Narra Jade

Observo a las chicas salir al escenario muchas con timidez y otras con valentía, todos deseaban ser compradas para ser liberadas de esta prisión, si tenían suerte serían tratadas como reinas o simplemente serían prisioneras de otra cárcel.

Aquel hombre dijo que éramos el plato fuerte de aquella noche, las mujeres estaban paradas en filas para comenzar a ser subastadas.

— en unos minutos salen ustedes — anuncia un guardia

— suerte — le susurró a mi amiga

— suerte amiga — me sonríe

𝑽𝒆𝒏𝒆𝒏𝒐 ♕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora