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Narra Jade

Llegamos a un precioso salón de fiestas adornado muy elegante, bajamos del auto con mucho cuidado de no caer.

Al entrar al salón muchas miradas se centraron en nosotros, el brazo derecho de Lucifer abrazo mi cintura de una manera posesiva, caminamos para saludar a unos cuantos conocidos.

—¿Por qué todos nos miran?— me susurra Lucifer

—eres muy guapo, y hace mucho no llegaba con pareja— susurro solo para él.

—¿Qué pasará esta noche?—me mira con curiosidad

—habrá una subasta, el dinero que recauden será para fundaciones— miro a mi hermano acercarse a mi— Dimitrov—sonrió viéndolo—te miras muy bien hermano—

—muchas gracias princesa, te miras como una diosa—halaga con una sonrisa en sus labios

—es más que una diosa— agrega Lucifer dejando un casto beso en mi cuello

—¿Has visto a Ivanna?—

—estaban con unos socios, no creo que tarden mucho en encontrarse—miro a su pareja viendo a todas partes

—iré por un poco de champagne— anuncia caminando entre las personas

—tu mujer es extraña—confieso viendo a mi hermano—¿Estás listo para esta noche?—

—demasiado— bebe un poco de su whisky— ¿Y tú Lucifer?—

—siempre lo estoy— sonríe arrogante con una mirada de altanería

Rato más tarde

Tomamos asiento en nuestros lugares reservados, la subasta estaba por iniciar y los nervios se hacían presentes.

Al inicio no hubo nada interesante, sin embargo al final inicio una lucha entre Lucifer y una vieja enemiga de preparatoria por una preciosa gargantilla de una cobra bañada en oro con diamantes de sangre incrustados en la pieza.

—quinientos mil— anuncia Megan subiendo su paleta

—seiscientos mil— grita Lucifer mostrando su paleta con el número 1

—ochocientos mil— da una nueva suma mi querida amiga

—un millón— ofrece Lucifer viendo a la chica de una manera arrogante

—dos millones— ofrece la muy perra

—ocho millones— ofrece viendo a la tipa

—ocho millones a la una, a las dos y— habla el hombre con el micrófono

—doce millones y es mi última oferta— habla Megan

—quince millones— ofrece mi acompañante, lo veo con incredulidad al ver como lucha por esa pieza

—quince millones a la una, a las dos, vendido al señor con el número 1— anuncia el vocero

—Lucifer, es mucho dinero— lo riño - esa pieza no vale tanto dinero—

—cariño, luego sabrás el por qué lo hice— me mira calmado —esa tipa se quedó sin esa pieza única— me mira con una sonrisa de victoria llena de arrogancia

—como quieras— suspiro cansada viendo como la subasta sigue.

•••

Al terminar la subasta caminamos hasta una mujer, allí nos entregarían la nueva adquisición de Lucifer.

—buenas noches— habla amablemente la mujer castaña de vestido rojo - ¿Usted es el hombre que pago por la joya?- pregunta curiosa

—Lucifer— extiende su mano libre - el nuevo dueño de esa joya

—veo que luchó hasta quedarse con la pieza, imagino que decirle adiós a quince millones de dólares no es muy fácil—

—cuando se trata de mi mujer, no veo la cantidad solamente calidad — acaricia mi cintura con la llena de sus dedos

—en realidad no me sorprende, todos sabemos que la señorita Diamonds siempre merece lo mejor— sonríe llamando a una chica

—Por supuesto, ¿Dónde puedo tener mi compra?—

—en un momento se lo entregamos, me gustaría invitarlos a una de las subastas exclusivas— mira coqueta a Lucifer

—nosotros— me interrumpe Lucifer

—estaremos encantados de ir —estrechan manos sonriendo

—Los espero aquí la próxima semana— nos mira —tendremos piezas únicas—

— por supuesto, aquí estaremos— nos entregan una caja de terciopelo azul

—aqui tienen su nueva adquisición— nos muestra la joya—

— es hermosa, ideal para mí esposa— me mira sonriente

—muchas gracias— sonrió viendo a la mujer— es tarde, debemos irnos— miro a Lucifer

— fue un gusto, aquí tiene lo acordado— señala el guardaespaldas con un maletín — quince millones en billetes grandes—

—por supuesto, muchas gracias— lo recibe

— que tengas una gran noche— caminamos a la salida del salón.

—¿Vendremos a la subasta?— pregunto curiosa

—claro, puede que allí encuentre lo que deseo— me sonríe dejando que me suba primero al auto

—¿Y qué es lo que buscas?— acomodo mi vestido

—pronto lo sabrás— me mira poniendo su mano en mi muslo haciendo pequeñas caricias— te miras hermosa—

—muchas gracias— me acerco más a él — lo has dicho en toda la noche— susurro

—jamas me cansaré de decirtelo— se acerca a mí—no importa que te pongas, siempre te miras perfecta— besa mis labios

Sus labios me besan con pasión, sus manos se posicionan en mi cadera, mis manos acunan sus mejillas haciendo que ambos sintamos el calor del otro.

Nos separamos por falta de aire viéndonos directo a los ojos, sus labios bajaron a besar mi cuello mientras sus manos apretaban ligeramente mi cadera. Al llegar a casa todos nos fuimos a nuestras habitaciones para descansar, me quito los tacones dejando el par en su lugar, mi vestido cae en el piso lo recojo y dejó sobre el sofá, me quito mis joyas dejando cada una en su lugar.

Al terminar de guardar mis cosas, comienzo a quitarme el maquillaje para luego lavarme el rostro y aplicar mis tratamientos de belleza, me cepillo los dientes retiro mi mascarilla quedando lista para dormir, al recostarme en la cama Lucifer me espera con ropa interior observándome detenidamente.

—crei que no vendrías— habla impaciente

—tengo que hacer mi rutina de noche para mantener un rostro bien cuidado— me recuesto a su lado dejando mi sostén en alguna parte de la habitación.

—tienes dos opciones, o te montas encima de mi por tu propia decisión o lo hago yo— me sonríe coqueto

—prefiero hacerlo yo— me río montando me encima de él

—decidimos lo mismo— me sonríe antes de besarme.

Una vez más, Lucifer tocó mi cuerpo de una manera tan única, donde el placer era demasiado para mi cuerpo, sin embargo su tacto se volvió una adicción al igual que sus besos, sin duda sabía todo lo necesario para volver loca a una mujer.

𝑽𝒆𝒏𝒆𝒏𝒐 ♕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora