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Narra Lucifer

Al llegar por una llamada del jefe de seguridad diciendo que la mujer de mi querido cuñado se había escapado y tenía un arma amenazando a sus soldados.

— ¿Por qué permites que ella haga todo eso?— pregunto antes de entrar a la mansión

— En realidad, no lo sé simplemente cuando menos lo espero ya hizo alguna tontería — habla dejando un pequeño destello de cansancio y desilusión

— si tú no quieres eso, debes terminarlo — me encojo de hombros — termina esa relación y sigue adelante — entramos a la casa

— ¿Qué sucedió?— pregunta viendo a Mice en las escaleras, apoyándose en la protección de las escaleras —

— La mujer de tu cuñado — sonríe burlona — se escapó, ya está en su habitación — juega con sus cuchillos

— ¿Y Jade?— pregunta preocupado Dimitrov

— está furiosa en su habitación, decidimos darle un tiempo a solas —

— iré a verla — anuncio subiendo las escaleras — ¿Y ahora que rubia?— susurro en voz baja

Entro a la habitación encontrando a la preciosa rubia parada en el balcón viendo la preciosa vista que tenía a sus pies, camino hasta ella escuchando detenidamente salir un suspiro de sus labios.

— ¿Sucedió algo?— me acerco a ella quedando detrás de ella

— No es nada — habla bajo

— se que hay algo, anda cuéntame — me pongo a su lado sacando un cigarrillo.

— es algo tonto, no vale la pena Lucí — juega con sus manos evitando mi mirada.

— quiero escucharte, se que estás molesta por lo que sucedió con la mujer de tu hermano — la miró — ¿O estoy equivocado?—

suspira cansada — solamente pedí silencio para leer y dormir un poco — susurra — le pedí a Sergey que le dijera que bajara el volumen de la música — por fin logro conectar su mirada.

— no veo el por qué sentirse mal, en ningún momento la agredieron — enciendo el cigarro

— ya se — baja la mirada — simplemente está haciendo shows que ponen en riesgo nuestra seguridad, aunque no quiera aceptarlo se que mi padre sabe cada paso que damos, solamente prueba hasta donde podemos llegar — muerde su labio inferior.

— no debes preocuparte por gente que no vale la pena — sonrió viéndola — solamente enfoca tu atención en quienes piensas que vale la pena — inhaló el humo

— ¿Crees que funcione?— me mira con su mirada llena de duda

— eso hago siempre — suelto el humo — y funciona a la perfección —

— eso intentaré — mira el jardín

— solamente se tú misma, ignora su presencia deja que haga lo que quiera, tu hermano debe encargarse de eso — intento subir sus ánimos — se que no eres una chica tan simple, tienes algo demasiado especial — confieso

— muchas gracias — sonríe viendo el cielo — ¿Quieres ir a cenar?— pregunta viéndome — cocinaron lasaña —

— por supuesto — apagó el cigarro — vamos — suelto el humo tirando la colilla en un cesto de basura —

Bajamos a la planta principal donde estaba en completo silencio, caminamos a la cocina tomé asiento en uno de las sillas frente a la isla, veo a la rubia servir un poco de lasaña en un plato extiendo frente a mi.

— esta deliciosa — confieso probando un poco de comida

— ¿Vino?— ofrece mostrando la botella

— prefiero whisky, muñeca — sonrió guiñando el ojo

— por supuesto, ahora vuelvo — sale de la cocina

— aquí está — me muestra la botella — el mejor whisky de la casa — me sirve un poco — disfrútalo — me extiende el vaso

Sigo comiendo mientras ella me plática de sus libros, esa emoción que destella me hace sonreír, después de la cena subimos a la habitación para descansar.

— debo lavarme los dientes — anuncia entrando al baño

— aquí te espero — sonrió antes de comenzar a quitarme el traje, me cambio por una pijama y me recuesto en la cama.

Después de un rato regrese a la cama, se recuesta a mi lado observando su ventana.

— ¿Estás bien?— pregunto al verla un poco extraña

— de nuevo mi hermano está discutiendo con ella — suspira bajo — en realidad no sé qué piensa mi hermano al casarse con ella —

— todo tenemos muchas razones — acarició su mano — debemos descansar rubia, un gran día nos espera — la ánimo — mañana podremos hacer muchas cosas — acarició su muslo

— eres muy manos largas — se ríe viéndome

— eres tentación — me montó encima de ella — creo que esto — señaló su pijama — está de sobra — sonrió quitando sus prendas

— lo mismo digo de tu ropa — me mira coqueta

Narra Jade

Sus ojos se encienden con esa llama, sus pupilas destellan lujuria y pasión pura, sus manos recorren mi cuerpo dejando que mi piel reaccionara a cada roce, sus labios recorren mi cuello hasta llegar al valle de mis senos.

Se quita con desespero su ropa, quedando completamente desnudos cubiertos por las finas sábanas blancas, su lengua atrapa uno de mis pezones dejando que mis gemidos se hagan presentes.

Su mano acaricia mi intimidad con mucha delicadeza, nuestros labios se buscan uniéndose en un beso lleno de pasión, lo siento entrar en mí y entre el beso dejo escapar un gemido sintiendo una sonrisa dibujarse en sus labios, por ende cierro mis ojos para disfrutar de ese placer que Lucifer me da, comienza un vaivén rudo y fuerte, sus manos se aferran a mi cintura para luego jugar con mis pezones sin dejar de besarme.

Esa noche me regaló los mejores orgasmos como cada noche desde que nos conocimos, cuando ambos quedamos agotados cerré mis ojos viendo las marcas en su pecho, caí en un profundo sueño en los brazos de Lucifer.

𝑽𝒆𝒏𝒆𝒏𝒐 ♕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora