Hera mira sorprendida lo que acaba de suceder desde su templo. Su rostro inexpresivo no lo revela, pero el ángel que llega hasta su templo corriendo, sin antes hacerle la reverencia correspondiente se lo informa. Piensa quien pudo ser capaz de aquel desastre. Ninguno de los santos que ingresaron al Olimpo tiene el poder para tal atrocidad. Se mueve hacia lo interiores de su templo, sin antes exigir que manden a llamar a Ares. El ángel se retira.
En el templo de Artemisa, La pelea entre Icaro y Perdix aun continua, ante la atenta mirada de Artemisa. Perdix ha quedado frio ante el ataque suicida que lo a lastimado gravemente. En que momento la situación se salió de control. Quien es ella, y como llegó ahí. A Marín la ha visto el algún parte. En sus entrenamientos como ángel. Claro como lo pudo olvidar, no hay otra explicación. Se levanta como puede, Icaro es un desgraciado, atacarlo de esa forma, en ese momento de titubeó, hizo que inclinará la balanza hacia el lado de ellos. Marin desde los exteriores del templo, en el momento que Perdix iba a matar a Icaro, le lanzó un ataque, Perdix lo esquivo, no le fue difícil hacerlo, y más de alguien que lo ataca por la espalda. Ese segundo fue suficiente, para que Icaro lo tomará de los hombros y en segundos lo llevará volando contra el techo del templo de Artemisa. El ataque suicida los ha dejado a los dos al borde de la muerte. Icaro yace inerte sobre el suelo, la sangre lo cubre, mientras que Perdix aún se puede levantar.
- Si quieres llegar a él, primero tienes que matarme -Perdix ríe, mientras se toma el brazo ensangrentado- Si no te apresuras, ten por seguro que se terminará por desangrar.
Marin no lo piensa dos veces y lo confronta, Perdix la esquiva sin dificultad, mientras se ríe de la situación.
- No vas a llegar lejos con esos ataques, es que no quieres salvar a tu hermano -Perdix retrocede, mientras esquiva con mucha facilidad las envestidas de Marin- Ese es el poder de uno de los cuatro miembros de la corte de Zeus.
Marin no entiende de lo que esta hablando. Sus esfuerzos son inútiles. Perdix le encaja un golpe mortal y la expulsa hacia la entrada. No se puede levantar. Es que todo va a terminar así. Perdix se a cansado de jugar con los dos y se dirige donde Icaro, va a terminar lo que empezó. Marin grita desesperadamente a su hermano, pidiendo que se levante. Entre el charco de sangre Icaro ha recobrado la conciencia. Mueve los labios. "Lo siento, Marin". El ataque de Perdix lo va impactar. En su desesperación para conseguí levantarse, pero cae de nuevo, logré ponerse de pie de nuevo, pero las fuerzas la vuelven a traicionar. "Es que acaso no puedes hacer nada bien, Marin", se reclama, mientras llora de la impotencia.
En la entrada del Olimpo, no queda nada del laberinto de Creta. Hermes está lastimado.
- ¿Quién diablos hizo esto? -Tiene el hombro lastimado, y en su mano tiene el cuerpo del santo de leo.
Saga sale entre los escombros, y usa todas sus fuerzas para enviar al Hermes a otra dimensión. Lo único que conseguí es que suelte a Aioria, para que se venga contra él. Una inmensa vegetación lo toma por sorpresa y de entre una de esas ramificaciones sale Hermes que lo impacta con su ken. Hermes toma los dos cuerpos inertes de los santos de oro, y lo piensa enviar a tártaro. Un portal se abre entre tanta vegetación. Pero un inmenso ataque lo hace retroceder. Se trata de la Explosión de Galaxia. Saga lo había lanzado antes que su otro ataque. Tiene que tener más cuidado. Saga ríe desde el suelo. Hermes no lo entiende.
- Levántate Aioria, el ha caído en la trampa -Saga pasa por delante de Hermes, quien piensa que es un suicida al hacer eso. El sonido de unas cuentas se oye. El caballero de leo se alegra al saber quién a llegado.
- Detente Géminis -Hermes sigue sin entender porque no se puede mover- Como osan entrar.
Desde donde esta, impotente ve como los santos de oro desaparecen en el horizonte. Shaka aparece al frente suyo. Esta liberado su tesoro del cielo. Hermes se libra de la técnica y se va contra Shaka.
En el templo de Artemisa, Perdix pierde la conciencia entre su incredulidad de lo que ha sucedido. Marin viste el sapuri celestial de un de los cuatro de la orden de Zeus. Y Artemisa a detenido su puño antes que este golpee de forma directa a Perdix. Aun así, la potencial de golpe a desgarrado parte del cuerpo del ángel, que cae al suelo. La ira de Artemisa esta a flor de piel. Levanta la mano y la dirige contra Marín quien no se puede oponer a la ley de atracción que ejerce la diosa sobre ella. La toma del cuello y la estrella contra el suelo y su ken golpea al cuerpo que lanzó.
Marín no tiene tiempo para ponerse en pie, porque ahí mismo la diosa esta encima de ella. Logra cubrirse del ataque, pero solo consigue retroceder. El templo empieza a destruirse. Un inmenso satélite se dirige hasta donde esta Marín. Artemisa esta atacando con todo su poder. El satélite destruye todo, en donde estaba la Santa de Atenea.
Por los restos que quedan del laberinto del minotauro, se visualiza a un Ares alterado, quien avanza hasta donde está el cuerpo de Shun. Por lo que percibe de su cosmos energía el alma de Hades lo ha dejado de poseer, pero el lugar ha sido destruido. El cuerpo de Ikki está ente los escombros al igula que Shiryu y Hyoga.
- No te dejes llevar por tus emociones Ares -Aparece Hermes en el lugar- Hay otros santos que han entrado al Olimpo, es por eso que Hera te está mandando a llamar.
- Limpiare este lugar he iré -Ares levanta la mano.
- Es una orden Ares, no me obligues a desatar una confrontación entre Dioses, en este lugar -Hermes llena el lugar de vegetación.
- Eres un atrevido mensajero de los dioses -Ares dirige su ataque hacia Hermes- Inoportunos como tu mueren casi siempre por osados.
La tensión se siente. El cosmos de los Dioses retumba el lugar.
- Lo que dice el señor Hermes es correcto, señor Ares -Un ángel de la corte de Hera se arrodilla frente a los dos Dioses.
Hermes se ríe al ver la cara de Ares. El dios de la Guerra, se tranquiliza y se retira.
- Solicita refuerzos y limpia el lugar -Hermes ordena al ángel y se retira del lugar.
En el templo de Artemisa, Marin a sorprendido a la Diosa con un certero golpe. En un contrataque logró lastimarla, al estallar el satélite. Artemisa, nunca pensó que llegaría este momento. De alguna forma la Santa de atenea a despertado a Clorisis, que dormía en ella, la reencarnación de uno de los cuatro pilares de la corte de Zeus. Sus golpes la hacen retroceder. El vuelo de águila, la mejor técnica de Clorisis manda a volar a la diosa contra el muro de su templo. Esto se esta descontrolado. Artemisa se siente lastimada en su amor propio y contragolpea. Esta vez Marín no ve venir el satélite, el cual aparece de la nada enfrente de ella, en cuestión de segundo, y la hace volar hasta los exteriores. Pero Artemisa, no piensa darle tiempo para que reaccione, y mientras el satélite arrastra a Marín a los exteriores, hace aparecer otro de la nada a una corta distancia, justo en la salida. Los dos satélites van a pulverizar el cuerpo de Marín. Por más esfuerzo que hace ella por destruir uno de ellos, todo es inútil, esta demasiado cerca del otro bloque lunar. Icaro en un movimiento rápido falla al intentar atacar a Artemisa, luego que Perdix se interpone entre los dos.
- Ahora lo ve mi señora, que este traidor, humano nació y humano morirá -Perdix cae sobre el suelo. Junto con él sin fuerzas cae Icaro, quien agotó lo último de su cosmos.
La Lunas impactan contra Marín. Pero por el medio de uno de ellos como un laser traspasa el hombro de Artemisa. La diosa cae lastimada e indignada.
Marín abre los ojos. Aun tiene las partes de su cuerpo en su lugar. La imagen de la persona que lo sujeta en sus brazos le es familiar.
- Pensé que Atenea te había asesinado -Entre lagrimas Marín se alegra de volverlo a ver.
Esta historia continuará... Sábado 28 de marzo del 2020
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SAINT SEIYA SAGA DEL CIELO Caballeros del Zodiaco Parte: "Batalla en el Olimpo"
RandomSeiya y sus amigos en la guerra Santa más catastrófica que se haya visto contra Zeus y los Dioses Olímpicos. Nuevas armaduras, nuevos retos. Una lucha de poder a poder. El noveno sentido. Semidioses, ángeles, mitos, oráculo, muertes. Una historia no...