SAINT SEIYA SAGA DEL CIELO Caballeros del Zodiaco Parte: "Batalla en el Olimpo"

CAPITULO N 21: "¿LA MUERTE DE UN DIOS?"

En el Paestum, el templo de Hera, los dos Dioses hacen la reverencia a la Diosa. Uno de los miembros de la corte menciona la presencia de Hermes y Ares. Hera está mirando los exteriores del "Cielo de Estrellas", lugar donde se ubica su templo, en el octavo nivel del Olimpo. "Los he mandado a llamar, porque el oráculo se manifestado. Ese hombre está aquí, el que su padre tanto admira -Hera voltea para mirar a Hermes que aun está de rodillas junto a Ares- Quiero que te hagas cargo de él".

Hermes se siente ofendido y cree que ese trabajó lo puede hacer uno de su corte. Ares disfruta del fastidio de Hermes, y lo juzga de fanfarrón. La discusión se va a descontrolar, cuando la voz de Hera silencia el templo: "Hozas cuestionar mi autoridad -Hermes se inclina y en forma de negación mueve la cabeza. Ares ríe y Hera lo ve y se dirige a él- Pensé que no había nacido, pero me equivoqué. El Oráculo sigue hablando de él, y lo que sus acciones repercutirán en el Olimpo. ¡Encuéntralo!, no se te hará difícil. Eres el que más infiltrados tienes en el cielo".

- ¿Y qué hay de Hades y los santos de Athena que han ingresado al Olimpo? -Pregunta Ares renegando, por el trabajo que le piensan encomendar.

- Tú mismo lo has percibido. Hades volvió a dormirse dentro del sello de Athena -Indica Hera, mientras se mueve hacia el lado derecho, donde hay una fuente de agua -Al respecto a los santos de Athena, no van a cruzar del "Cielo de la Luna", y si lo hacen Apolo se hará cargo de ellos.

- ¿Por qué él? -Cuestiona Ares, que no puede ocultar su cólera. Hermes esboza una sonrisa burlona

- Tu incompetencia me da la razón. Tu hombro lastimado me muestra tu vulnerabilidad por dejarte poseer por tus demonios -Hera lo mira de frente- Te falta la frialdad que tiene Apolo, para hacer las cosas como debe de ser. No te necesito ahí.

Ares es pura cólera, pero se la tiene que tragar. Al salir del templo asesina a dos ángeles que estaban en los alrededores. Los desaparece ante el espanto del resto. Y amenaza a los sobrevivientes con extinguirlos si este suceso llega a oído de Hera. Tiene buena memoria y recuerda sus rostros.

Dentro del Paestum, Hera le habla al semidios, que se oculta entre las sombras de uno de los pilares: "Podría matarte aquí mismo, si quisiera, pero tu atrevimiento me gusta". Hera avanza hasta donde está. El semidios tiene una capucha. Su traje oscuro oculta su rostro. Está reclinado. "No me atrevería a tanto, si no fuera porque tuviera un motivo -El semidios se levanta. Aun no se le puede ver el rostro. Hera ni se intimida. Le sigue dando la espalda. Esta saliendo a los exteriores del templo. "No me interesa lo que tengas que decir- El cosmos de Hera se empieza incrementar. Sus cabellos se elevan, y un campo de energía la cubre. Tiene la mano elevada a la altura del cuerpo del intruso. Quien no da rastro de intimidarse- Eres un desertor y es así como morirás. Una voz desde la entrada del Olimpo detiene el ataque mortal. "El viene conmigo, mi señora -Héctor, uno de los semidioses de su corte de Hera aparece en la entrada. Empuja a Prometeo sobre el suelo- Lo que quiso decir es que cumplió su trabajo". Hera lo mira sorprendida. Héctor avanza arrastrando el cuerpo de Saqueo. Su sirviente le cuenta que fue el que lo ayudó a llegar hasta ahí, porque vio que sería de su interés ver al individuo que arrastra. "Trajo consigo a la reencarnación de Prometeo, el titán que le entregó el fuego de los dioses a los humanos -Héctor se inclina y lanza a Prometeo frente a Hera. Ella está feliz. Y mira al semidiós cubierto.

- Tú... -Hera dirige su mirada fría e imponente.

- Soy al que mandaste a la tierra y al que ordenaste matar, a tu perro de caza, Tifón -El semidios se quita la capucha- Soy Aquiles.

En la entrada del Olimpo, entre los escombros, varios ángeles se mofan, mientras patean el cuerpo de Shun que está inconsciente. "¿Que pensaron? Que, entrando a los cielos, sería fácil recorrerlo -Mira a sus compañeros mientras se ríe- Vamos a darle una dosis de su propia medicina".