CAPITULO N 18: "Una esperanza Dorada"

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Lo que logra ver Borus, desde donde se encuentra, es espantoso. "Por los dioses, que es eso", pregunta, y logra que el viejo Tiresias voltee, gesticule y sin tocarse la cabeza le diga: "Que esperabas encontrar, Doncellas a la luz de la luna –Sigue avanzando, sin fijarse si lo está siguiendo- Lo que ves es el camino a tártaro. Este es la ruta que siguen lo seres que han sido juzgado por los dioses como indignos y pecadores. La cantidad de eslabones que llevan y su tamaño representan lo que han hecho en vida. Solo caminan por este paso los seres que no son una amenaza, caso que no es el de Seiya". Siguen avanzando por los acantilados, entre rocas inmensas y por encima de piedras resbalosa. Un mar de sangre hirviente con puntiagudos riscos sobresale cerca del camino de los condenados, que en fila india avanzan hasta el gran abismo, que se divisa a la distancia, y en donde el calor es más intenso. Los cuerpos emiten ruidos como gemidos, y sus ojos están volteados y blancos. Son como calaveras, como los que se veían en la colina de Yomotsu. "Pareciera como si el peso de los eslabones, los va a desprender de sus brazos antes de que caigan por ese abismo", se expresa Borus, al ver que uno de esos seres repugnantes ya ha perdido uno. "Borus, sabes que sucedería si eso pasara", Tiresias se detiene. Están muy cerca del camino, por la montaña que está al lado derecho. "¿Serian perdonados?", responde el guerrero que acompaña al semidiós. Tiresias afirma con el movimiento de la cabeza, los ojos sobrexpuesto de Borus expresan su escándalo, las palabras se les escapan de la boca de cólera: "¡Quien quería una vida así!". Tiresias solo inclina la cabeza, se agacha, usa su bastón para medir la temperatura del mar de sangre y  percibir su entorno. Es cuando siente los pasos a toda prisa de Borus, quien sale corriendo mientras grita un nombre. Aunque Tiresias le grita insensato, el muchacho aprendiz de caballero no se detiene. Sabe lo que ha visto y entiende lo que debe de hacer. Tiresias corre detrás de él. El semidiós no tiene alternativa, Borus está demasiado lejos y va a saltar. El bastón lo tumba de un solo golpe y sale con dirección de los seres condenados. Ante el asombro del rostro de Borus, la vestía de grandes tentáculos, con espinosas escamas se traga el objeto. Borus aún está tirado sobre la arena, cuando Tiresias le habla, mientas se acerca: "Sé que lo viste, y yo también lo vi, es él, el santo de Pegaso, pero si hacemos las cosas sin medir la situación, todo esfuerzo, toda posibilidad de salvarlo será en vano".

Dos ángeles discuten sobre lo que uno le ha propuesto, al ir al final de ese precipicio. Le habla del poder que esas alas le concederían si lograrán portarla. Su misma leyenda, sobre su existencia es fascinante, y no la creería, si no lo hubiese escuchado a ese semidiós al servicio de Artemisa debatirlo con el casi muerto, Ícaro. "¿Ese traidor que condenó a todo su entorno por evitar matar a un humano?", pregunta el cómplice. "Si ese". Mientras avanzan, se tropiezan con un montón de hueso de seres que cayeron desde la cima del monte Leto, en donde los Dioses tienen su salón principal, y el primero en su camino hacia la cima, hasta el Templo de Zeus. Una inmensa vegetación les dificultad el paso, de la cual se deshacen con sus técnicas. Están casi a la altura del templo, cuando ven un grupo de cuerpos de cadáveres amontonados, uno encima de otro formando una montaña, y en la cima, como imaginaron, esperaron ver a Ícaro con las "Alas de Grifo". "Esto no es posible, la caída debió de haberlo matado, donde está –Uno de ellos se toma la cabeza mientras da vueltas, y mira a su compañero, que está más atento a lo que se está suscitando a su alrededor, que, a los gritos, incomodos de su compañero- Oh por dios, donde se ha metido ese cretino". En su desesperación por encontrar las "Alas de Grifo", Se sube a la montaña de cadáveres. "Keitro, a tus espaldas", Salta y esquiva la energía que es lanzada desde uno de los costados del estrecho lugar. Keitro cae, muerto con la mirada helada y desencajada frente a su compañero, que ve como entre la oscuridad un cuerpo se apoya en la montaña, mientras un líquido gotea de su brazo. A la vez que lo hace, las sombras lo dejan de cubrir. El ángel cae de rodillas, con el rostro hacia el suelo. "Esto no es posible, debería de estar muerto, pero no lo está –Ícaro lo ha pasado, mientras empieza a caminar mejor, luego que cubrió la herida del brazo- Entonces es cierto todo eso, que comentan sobe él". Hace una pausa y se levanta, mientras lo ve desaparecer otra vez en la oscuridad del lugar: "Tiene la protección de Artemisa".

La batalla frente a Ares, se ve perdida, y como se ve la situación, los santos de Athena no tiene otra opción que tomar medidas arriesgadas. Todas sus armaduras han sido destruidas, y los tres muros de hielo negro han sido destruidos con mucha facilidad. Detrás de Shun, Saqueo está inconsciente, después que Ares intentará robarle el alma, para usarlo en unos de los cadáveres que ha traído consigo, como una forma de mostrar sus trofeos del día. Entre ellos destacan los cuernos del minotauro.

Shiryu abre la tierra con escalibur, para separar a Ares de ellos, mientras empiezan a retroceder hacia una de las salidas. Ares salta hacia ellos, pero Hyoga se interpone en su camino, ejecutando el polvo de diamante, que el dios recibe con una tranquilidad, que le permite coger del rostro del santo y herirlo mortalmente a un costado del cuerpo con el otro brazo, mientras caen. "Es ahora Shiryu", Grita Hyoga, mientras se congela asimismo y a Ares. "No seas insensato, esto no va a funcionar", se lo dice el Dios, cuando vea a Shiryu demasiado cerca. "Cien dragones", Shiryu lo impacta de lleno, siendo Hyoga también afectado.

Los dos cuerpos caen a las profundidades, por el corte de suelo que hizo Shiryu, que cada vez se hace más grande. "Es ahora Shun, corre, llévatelo de aquí –Shiryu no deja de mirar la profundidad, y está listo para ejecutarlo de nuevo si es necesario- ¡Hazlo Shun!". Shiryu se anticipa, a un Ares que cae de lo alto, dispuesto a matarlo. "Cien Dragones", la técnica se reduce en la palma de Ares que impacta a Shiryu con un "Resplandor demoniaco", una bola inmensa de energía, oscura, que se hace cada vez más grande, ante la impotencia de Shun que ordena a Saqueo que corra, mientras él eleva su cosmos para liberar la tormenta nebular, que no tiene efecto alguno, ante la técnica del dios que hace desaparecer a Shiryu ante la atenta mirada de su compañero.

Shun sale impactado por el poder, que destruye parte del lugar. Entre los escombros e incrustado sobre un muro de vegetación, despierta después de unos minutos. Aún conserva la vida, aunque no siente los cosmos de Shiryu y Hyoga por ninguna parte. "Esto no puede ser", intenta liberarse, pero ya no le quedan fuerzas. Se queda inconsciente de nuevo, y vuelve a despertar y aún está ahí, vivo, por algún motivo que no entiende. Se alegra que aun pueda percibir el cosmos efímero de Saqueo. Pero como es eso posible, si Ares fue detrás de él. Aunque eso es lo que él se imaginó. ¿Qué está sucediendo? Es cuando lo ve, a la distancia, con su armadura hecha trizas por el fuego rojo del Dios, que lo tiene arrinconado: "Ese cosmos, lo conozco, es mi hermano, es Ikkkkki".

En la tierra, Kiki está frente a la inmensa roca en donde están selladas las almas de los santos de oro. "¿Cómo pudo sucederles esto?", se pregunta. La silueta de los doce resalta por distintos lados. "Si solo Athena estuviera con nosotros, esto no hubiese sucedido", Shaina lo lamenta, mientras se apoya en ellos.

"Esto no puede ser", la guerrera se sorprende, por lo que ha percibido. Kiki le pregunta que es lo que ha pasado. Es cuando las armaduras en todos los templos del santuario empiezan a resonar y a emitir un brillo dorado intenso. "¿Qué es lo que está sucediendo?", Kiki no sale del asombro, cuando ocurre otro suceso inexplicable: "Esto solo puede ser obra de un Dios". Shaina asombrada contempla la armadura de Leo que se presenta en escena. 


Esta Historia continuará... 28 de julio del 2018


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SAINT SEIYA SAGA DEL CIELO Caballeros del Zodiaco Parte: "Batalla en el Olimpo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora