CAPITULO N 17: "El lazo Saori y Seiya, peligra"

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Lo está disfrutando, sus facciones lo demuestran, nunca espero eso de parte de ella. Pero le agrada la idea. Hermes se retira de la escena mientras ríe exageradamente. "No me convence tu acción desesperada, por herir mortalmente al Santo de Pegaso, por tratar de convencer a los Dioses, aquí presentes –Hermes lo piensa, mientras le da la espalda a la escena- Pero es más disfrutable ver que lo asesines, que lo haga yo. Su rostro lo dice todo. No entiende nada".

Seiya empieza a retroceder. Sus pasos se sienten torpe, su mirada no pierde de vista a Athena, mientras repite y repite: "¿Por qué lo hiciste Saori? ¿Por qué, tú?".

"Porque su lugar es aquí con los dioses, y no con esos seres mortales, que ofenden a los dioses con sus actos, y sus osadías –Hera le habla a Seiya desde lo alto de su trono, desde donde observa cómo, golpe tras golpe, Saori lastima el moribundo cuerpo de Seiya que se resiste a caer- Porque la verdadera justicia es la que dictamos y no la que creen tener ustedes, que se atreven entrar al Olimpo, y ensuciar nuestros templos con sus pecadores cuerpos".

El báculo de Athena aparece en escena. Saori logra cogerlo con las dos manos y en un giro rápido, lo usa, para introducirlo en el cuerpo de Seiya, quien no espera, que la acción culmine, anticipándola y sujetándola del mango, luego de esquivar el arma de Athena.

"Esa es la justicia que deseas profesar, Saori –Seiya le habla a Athena- Porque si es así, dime que estuvimos haciendo todo este tiempo Shun, Hyoga, Ikki, Shiryu, los Santos de oro, los santos de platas y los seres humanos que te seguimos, dime"

Seiya se descuida y Saori introduce el báculo en el cuerpo de Pegaso, a la vez que le habla: "Sirviéndome para que me reúna con los dioses". Seiya cae producto de las heridas. Su Espalda impacta contra la superficie, su sangrado se hace más intenso. Tiene heridas por todo el cuerpo.

"Me gusta como lo haces sufrir. Ella se ve indiferente ante él, aunque yo no lo creo, pero es una bonita escena", habla en voz alta Hermes, ante la presencia de Apolo, que se ve indiferente ante la acción. Artemisa se ve un poco afectada, pero escena del báculo le recuerda a lo que hizo Athena en su templo. Por otro lado, falta un dios en el salón.

"Sabes, no te creo –Seiya se empieza a ponerse de pie, mientras la mira de frente- No sé a quién intentas impresionar, si son a ellos o a ti misma. Crees estar haciendo lo correcto, y que el camino que estas tomando te hará muy feliz"

Seiya se las ingenia para avanzar hasta donde está Saori. Lo hace muy lento. Los dioses están sorprendidos. Su fuerza de voluntad es grande. Hermes lo lastimó, ahora Athena también lo hizo, y sigue. Es una verdadera amenaza. Hera ordena a Saori que lo eliminé de una vez por todas y que envié su cuerpo a tártaro.

Seiya eleva su cosmos y ve como Saori también lo hace. Se dibuja una sutil sonrisa en su rostro, al parecer lo atendido. "Voy a traer abajo este lugar, aunque sea lo último que haga –Santo de Athena empieza hacer los movimientos para ejecutar el "Cometa de Pegaso", a la vez que le dirige la palabra a Saori- No sé qué te han prometido los dioses para darnos la espalda, pero vas a tener que elevar al máximo tu cosmos si quieres detenerme, para que no intente destruir todo".

Hera, detiene a los dioses, para que no intervengan, mientras le reprocha a Athena, su demora al ejecutar lo ordenado. El templo de los dioses empieza a templar, parte de los muros empiezan a desprenderse, y de los cimientos se desprende una inmensa polvorera.

"Cometa de Pegaso –Seiya hace explotar su técnica, se va contra Saori, quien por primera vez lo ve tan decidido- Esto es el adiós, Athena",

En el laberinto, El Minotauro no entiende lo que ha sucedido. La pelea entre los dos Santo de Athena y él, se había prolongado demasiado. En todo momento tenía la ventaja, él mismo lo percibía así, hasta que ese golpe lo hirió mortalmente por la espalda. Como algo como eso pudo suceder. "¿Quién me a lastimado con tanta facilidad?", se pregunta, el mismo, mientras no puede mantenerse más tiempo de pie. A la vez que va cayendo, ve a quien lo ha lastimado. "Maldito bastardo", El Minotauro conoce la silueta de la imagen que se proyecta al final del pasadizo. Ese ser se va acercándose. Tiene la cabellera negra, esos profundos ojos rojos, e irradia fuego negro por todo el cuerpo. La parte superior de su sapuri oscuro (Armadura divina), es lo que se ve a primera vista, mientras deja las sombras. Viste una larga capa roja oscura, que descienden de los hombros de su armadura. Deja ver su mano, en donde concentra un cosmos rojo, que el Minotauro reconoce. "La energía de marte –Ya está en el suelo, con el rostro hacia donde está su asesino- Eso lo explica todo". El dios ríe, disfruta el momento, y sus palabras suenan como despedida:" Siempre quise deshacerme de ti, bestia". Una gran explosión se desata, Hyoga ejecuta el hielo negro, pero igual son alcanzados por el desastre.

Aún estaba entre los escombros, cuando el pequeño saqueo ve como el Dios se acerca hacía él. Hyoga congela todo. "Vas a necesitar algo más que eso para detenerme", las llamas rojas evaporan el hielo negro. Estira la mano, eleva su cosmos y muestra como con tanta facilidad, consigue que Saqueo salga entre los escombros y por un poder de atracción, termine en manos del dios. "Me reconoces Prometeo, soy Ares el Dios de la Guerra".

En el Templo de la sabiduría, Erictonio y Sira se inclina para recibir a Saori, que ingresa a los interiores. Una fila de ninfas se va abriendo, mientras pasa Saori hacia una habitación, en donde con ayuda de las doncellas se desprende de su armadura y su vestimenta ensangrentada, para tomar un baño. Las puertas de la habitación se cierran y Eric por nada del mundo nadie abra las puertas. El vapor del agua se fluye por los agujeros del lugar. Un grito de dolor retumba el lugar. Athena está llorando. "¿Por qué detuviste tu puño? –Ve su rostro lloroso en el agua y se acuerda de él- Desde el comienzo esa fue tu intención".

Tiresias estorba el camino de Borus, quien le incomoda esa situación y pide que lo dejé en paz. El semidiós disfruta torturarlo, hasta que el caballero pierde la paciencia y lo ataca.  Tiresias con ayuda de su bastón detiene su puño y le habla al oído: "Te necesito para rescatar al Santo de Athena". Borus se escandaliza al escuchar lo que le está proponiendo. "Eres un insensato, primero tendrías que matarme para que pise suelo de tártaro". Tiresias lo deja caer, mientras se ríe: "¿Quién habló de tártaro"? Borus se queda boquiabierto. "Eso no es posible –Borus retrocede- A donde fue enviado Seiya, entonces". "Lo sabrás muy pronto", le indica Tiresias, quien se echa andar.


Esta historia continuará... sábado, 21 de julio del 2018

SAINT SEIYA SAGA DEL CIELO Caballeros del Zodiaco Parte: "Batalla en el Olimpo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora