Ginés
Llevamos todo el día caminando por Madrid entre risas, bromas y helado. Aira se a encargado de que mi mente se mantenga ocupada la gran malloria del tiempo, y se lo agradezco muchísimo.
No puedo evitar sonreír al ver que ella está feliz. Esta chica cada vez que nos vemos me sorprende y a su vez me cautiva más. Una simple sonrisa suya automáticamente me evade de la realidad, y cuando se ríe... Uf, es maravilloso, es como escuchar música, una melodia que te envuelve dejándote embobado apreciando cada una de sus facciones. Sí, eso es raro, es raro como estoy describiendo lo que siento por mi amiga, de echo yo no sentía esto ni estando con Irene.... Oh, Irene.
—creo que nunca le perdonaré a Pablo eso, se pasó—vuelve a reír, esta vez me saca de mi pequeño trnace.
—uh, si, que malo—sonrió de lado para disimular, aun que ella no se lo traga.
—¿Ginés...?—se acerca más a mi, sentándose mejor en el banco.
Sonrió forzadamnte y ella al instante me rodea con ambos brazos, dejándome acurucar entre ellos. Entre su calidez y su colonia me hace sentir en paz.
Mierda, no quiero volver a pensar en Irene, no quiero pero a la vez no puedo evitarlo. Me da rabia, y mucha, yo la quise, aún que no són tan fuertes a comparación de lo que he llegado a sentir. Supongo que siento nostalgia y a la vez tristeza.
—no te duermas aquí, eh—escucho como bromea para hacerme sentir mejor, y bueno su intento a sido exitoso.
—créeme que con todo el helado que he comido, dudo que hoy sea capaz de cerrar los ojos—
—pero al menos pestañea—
—que tonta—le paso mi mano por toda su cara, viendo como frunce el ceño al sentir mi mano despeinar su pelo.
Cuando paro de molestarla los dos nos quedamos mirándonos a los ojos.
Cristalinos y potentes, eso son sus iris azules, los que son capaces de hipnotizar a cualquiera con una simple mirada. Dicen que los ojos son el espejo del alma, y los suyos me dicen que es trasparente como un cristal pero a la vez igual de filoso.
Los dos nos acercamos un poco más, hasta que siento su respiración chocar contra mis labios. Tanto ella como yo los entre abrimos,. Conduzco mi mano a su mejilla y la acaricio dulcemente. Relame sus labios y inclina ligeramente la cabeza, provocando que nuestras narices se rocen.
No puedo hacer esto, ahora no.
Me separo de ella rápidamente, apartando mis ojos de los de ella. No está bien, no quiero utilizarla como una distracción.
—Ginés—su voz melódica me hace volver a clavar mis ojos en los suyos—tranqui, no es el momento, lo entiendo—
Asiento sin ser capaz de articular una sola palabra.
Tras ese suceso trato de no sacar el tema y nos dedicamos únicamente a dar un par de vueltas más por Madrid hasta que se hace tarde, y con tarde me refiero muy tarde.
Al llegar al hotel primero paramos en mi piso, Aira me acompaña hasta la puerta.Saco la tarjeta/llave de mi bolsillo y la deslizó por la "cerradura" abriendo la puerta con un empjon leve. Me giro para despedirme de ella, encontrándome que esta fingiendo dormirse de lo lento que voy.
—oh por fin, creo que llegas a ir más lento me salen canas verdes—se queja fingiendo un bostezo muy exagerado.
—perdóneme mi lady es que soy manco—digo enseñando mis brazos, los cuales he escondido dentro de mis mangas.
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💮🌼 ℙ𝕒𝕣𝕖𝕕𝕖𝕤🌼💮 [𝕨𝕒𝕝𝕝𝕤/ 𝔾𝕚𝕟𝕖́𝕤 ℙ𝕒𝕣𝕖𝕕𝕖𝕤]
FanfictionAmor entre ellos dos, solo hay un problema, las paredes que los eparan, en este caso la distancia