XXXI

547 37 7
                                    

—¿falta algo más?—pregunto al dejar la última caja en el suelo.

—no, ya está todo, menos los mueves que llegan mañana—suspira secándose el sudor de su frente—¿te han llegado ya las notas?—

—en teoría me llegan entre hoy y mañana—le respondo—la verdad tengo miedo Pablo, ¿y si la nota no me llega para la beca?—

—tata—pone sus dos manos en mis hombros—tranquila, y, si no te llega entre papá, mamá y yo te ayudaremos a pagar la universidad—

—no quiero causaros más gastos, además ya sabéis que mi plan es ir a vivir con Ginés—

—si… —me abraza con bastante fuerza—te echaré de menos—

—y yo tete—le correspondo al abrazo.

—¿lo echas de menos?—me pregunta al ver que me quedo pensativa.

—sí… No lo veo desde el día que nació Mario, hace exactamente catorce días—

La verdad es que lo extraño mucho, la distancia es jodida. Me encantaría estar ahora mismo entre sus brazos y poder hablar durante horas cara a cara sin ninguna pantalla de por medio.

—ojalá estuviera aquí—susurro más para mi que para el.

—o… Si… Bueno—se separa de mí repentinamente—yo… ¡Gemma ya voy!—y sale corriendo hacia el balcón.

¿Pero qué le pasa? Algo trama seguro, ya sabéis que cuando se pone así es porque algo esconde.

Sacudo mis manos y me deco a investigar el nuevo piso de mi hermano. Se ha mudado a Barcelona centro. Si bien antes vivíamos por San Adrià del Besòs, que está a las afueras de Barcelona, ahora ellos se han ido a pleno centro.

El piso es grande, por no decir enorme. Cuenta con tres habitaciones, dos baños, una cónica que comunica directamente con el comedor y un balcón lo suficientemente amplio como para poder comer cuatro personas en una mesa decente.

Voy al balcón donde están los otros tres, sin embargo no llego a salir ya que me quedo escuchando la conversación.

—vale cariño, esta todo controlado, pero ¿como la convencemos de ir al parquing? No va a querer ir si no le doy un buen motivo—escucho como mi hermano le susurra a Gemma.

—pablito utiliza tu cabeza genuina por una vez—le reclama ella divertida—dile que te acompañe al Ikea a ver algunos muebles, no se, dile que quieres hacerme unas sorpresa y que quieres su ayuda—

—si es que eres fantástica—escucho un sonoros beso—y tu también pequeñín—seguramente se refiere a su hijito.
Luego escucho pasos. O, un momento ¡pasos! Moveros piernas ¡venga venga venga!

Salgo corriendo hacia la cocina haciendo ver que miro un armario. Por el rabillo del ojo veo como mi hermano ingresa en la misma sala que yo.

—¿Dónde está la hermana más guapa, lista, maravillosa, divertida, simpática… —lo callo.

—Pablo, hasta a mi me da cringe que utilices tantos halagos juntos—tanto él como yo reímos—¿qué pasa?—

Dios estoy actuando demasiado bien.

—¿necesito tu ayuda? Si, eso—me sonríe con una sonrisa bastante similar a la del Joker.

—dime ya estas tardando—

—quiero darle una sorpresa a Gemma y necesito que me acompañes ahora al Ikea—lo dice todo tan rápido que a duras penas lo entiendo.

—venga vamos—le estiro  de la mano y juntos vamos hasta el parquing.

💮🌼 ℙ𝕒𝕣𝕖𝕕𝕖𝕤🌼💮 [𝕨𝕒𝕝𝕝𝕤/ 𝔾𝕚𝕟𝕖́𝕤 ℙ𝕒𝕣𝕖𝕕𝕖𝕤] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora