💮🌼 ℙ𝕒𝕣𝕖𝕕𝕖𝕤🌼💮 [𝕨𝕒𝕝𝕝𝕤/ 𝔾𝕚𝕟𝕖́𝕤 ℙ𝕒𝕣𝕖𝕕𝕖𝕤]

XXXII

Subo mi cabeza buscando de alguna manera aire. En serio, ser la única chica en un coche donde la capacidad máxima es de cinco personas y van siete, es simplemente una tortura horrorosa.

Como conductor tenemos a Chemi, copiloto el señor Sergio, que por cierto tiene un sentido de orientación penoso, a mi izquierda está Alfonso, yo en medio, Ginés a mi derecha, en el maletero está Manel y Alejandro. Mi hermano no a podido venir por obvias razones, y, la principal tiene nombre y apellidos.

Mario Pérez Martínez.

—tu Manel ¿te lavas los dientes a caso? Tu aliento puede matar más que la bomba de IROSHIMA—escucho quejarse a Alejandro.

Llevan así cinco horas, así que ya imagináis el dolor de cabeza que cargo.

—yo te dije que me lavo los dientes, pero yo no es mi culpa tener alitosis—sin querer una risa se me escapa al igula que al resto.

—¿tienes alitosis?—interrogo girando medio cuerpo para verlo.

—¿lo quieres comprobar?—señala su boca.

—a no, gracias por tu generosa invitación, pero suficiente tengo con los pedos de Ginés—me vuelvo a colocar en el asiento.

—¿y yo que tengo que ver?—se hace el ofendido.

—no tienes nada que ver, solo quería joder—le digo la verdad, estoy harta de que ellos hagan bromas y yo me calle, así que hoy se van a enterar, me voy a meter con todo el mundo.

—yo sigo creyendo que Ginés tendría que haber venido aquí delante como guía, os recuerdo que soy madrileño no murciano—exclama Sergio—además, no entiendo a Googlemaps—

—pero si funciona solo—le contesta Alfonso.

—déjalo, es dios en la tarima pero luego en tierra firme es otro toyaco—si, mi plan de meterme con todos esta saliendo bien.

—uuuh, la que te va a caer cuando lleguemos—escucho decir a chemi—a si, como se os ocurra volver a gritar, "papa skone" os castigará—

Obviamente su aviso nos lo pasamos por la punta del ojete (y eso que es plano) y las dos otras horas seguimos peleando como si estuviéramos en el programa de televisión sálvame.

Al llegar a Murcia nos cuesta casi media vida encontrar aparcamiento, pero gracias a la abilidad de conquista que tiene Alejandro, consigue convencer a una mujer de que el coche no entra en ese hueco donde quiera aparcar, así que la mujer muerta d e vergüenza se marcha y nos deja el sitio para nosotros.

—aquí hace más calor que en Valencia—exclama el seductor (Alejandro) dándose aire con las manos.

—bueno vamos a ver el piso y ahí ponemos  el aire acondicionado, y de mientras lo arreglamos un poco, os recuerdo que la semana que viene no, la otra, metemos nuestros muebles ya en casa—nos explica Ginés, bueno, les explica, a mi ya me a dado esta charla más de ocho veces.

—no me creo que mis dos pequeños se vayan a vivir juntos—dice chemi a la vez que empezamos a caminar.

—es que te haces viejo—le digo con voz apenada posando una mano es su hombro.

—¿que te paso hoy Aira? Llevas todo el viaje metiéndote con nosotros—me dice Manel cruzado de brazos.

Con el es con quien más me he cagado de la risa al momento de insultarlos, eso sí, todo en coña.

—como no está Mr.ego para hacerlo pues he tomado el relevo—contesto con simpleza.

—somos mala influencia—aclara Alfonso parando de caminar—¿es este piso?—