Vampira & Soltera

Capítulo Cinco

Me desperté instantáneamente, como en la funeraria.

Ésta era, definitivamente, mi casa; Habitualmente había necesitado una hora para ducharme, y dos tazas de café para despertarme. Nunca más. ¡Un minuto estaba muerta (ha!) para el mundo y al siguiente estaba completamente despierta y levantándome del ataúd. Bueno, de mi cama, con sábanas de Laura Ashley.

Lo primero que vi fue a Giselle, sentada al pie de mi cama. Aparentemente me había olfateado durante el día y había decidido que todavía era yo. Así es que lo primero que hice fue alimentarla. Luego tomé una ducha, me puse ropa limpia, cómoda, y me metí en mis zapatillas.

Estaba aquí, estaba muerta y me estaba acostumbrando a eso... o de cualquier manera mis quejas sobre ser vampiro habían acabado. No iba a jugar más a suicidarme. Era hora de adaptarse y negociar. ¿Cómo?, no tenia ni idea, pero era importante comenzar. Sobre la marcha calcularía el resto del plan.

Paso uno: Recuperar mis zapatos.

Era hora de visitar el hogar.

* * * *

Unas pocas palabras sobre mi madrastra. La podría haber perdonado por casarse con mi padre. La podría haber perdonado por verme como a una rival, en vez de un miembro de la familia. No la perdonaría por cazarle estando aún casado, derribándolo como a una gacela herida y después casándose con el cadáver de la res.

Mi padre no era un santo - aún no lo es - pero Cat hizo todo lo que pudo para ayudarle a caer en desgracia.

Mi madre recibió la casa y la humillación que proviene de que tu familia y amigos sepan que tu marido te cambió por un modelo más nuevo y más delgado.

Mi padre recibió a Cat y una promoción - ella era definitivamente la esposa trofeo, y fue una gran ayuda para su carrera. Conseguí una madrastra, a la tierna edad de trece años. Lo primero que me dijo fue, "Cuidado con mi traje" Lo segundo fue "No toques eso" "Eso" era uno de los floreros de mi madre. Si, llegó a casa y nos tomó prisioneros.

Por mi parte, seré honesta: No hice ningún esfuerzo por llegar a conocerla. Interés cero en construir una relación con la mujer que había destruido el matrimonio de mi madre. Pero es que difícilmente puedes ser amable con alguien, cuando enseguida te das cuenta de que no le gustas. Aproximadamente una semana después de que se mudara, la oí, por casualidad, refiriéndose a mi madre como "esa vaca de los suburbios" tiré su collar de oro en la licuadora. Mientras mi madrastra gritaba, presioné "puré." A esto le siguió mi primera visita al psicólogo.

Mi padre, el pobre zopenco, simplemente trató de mantener la cabeza baja. A su favor, nunca cedió a las peticiones de Cat sobre que me fuera a vivir a tiempo completo con mi madre. A él le había sido concedida mi custodia compartida, y por Dios que sería compartida. En lugar de eso la calmó con baratijas, me sobornó con libros, y acudió a un montón de seminarios fuera de la ciudad. Acepté los libros, y traté de llevarme bien con ella.

Por su parte, nunca volví a escuchar a Cat insultar a mi madre y no me vi obligada a lanzar más metales preciosos a nuestro KitchenAid. Pero simpaticé poco con ellos. Habían hecho sus propias elecciones.

* * * *

Me encaminé hacía su casa, estúpidamente grande (¿realmente necesitan dos personas ciento treinta y cinco metros cuadrados?) Salí de mi coche. Aparentemente ni mi casa, ni mi coche habían sido vendidos; Ninguna de mis cosas «lamentables como eran» habían sido liquidadas. Bueno, caray, sólo había estado muerta unos días. Mi familia..., bueno, mi madre y mi padre indudablemente, aún estarían en estado de shock.