( Terminada )
Bakugou estaba harto de todo y todos.
Él era el típico 'chico malo' de la clase, y esto en vez de asustar a las personas, solo generaba cierta curiosidad en toda chica que se cruzase por su camino.
Detestaba tener varias "amistades"...
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— Y eso ha sido todo por hoy. Recuerden repasar lo visto en esta clase para el jueves que viene. ¡Buen fin de semana!
El profesor de química se marchó del aula luego de una larga y aburrida clase de tres horas. Bakugou no había prestado ni un segundo de atención, estaba sumido en sus pensamientos y en la oscuridad de su mente.
Le gustaba un hombre.
No podía creerlo. Hasta lo que sabía, aquella atracción y sensación tan cálida que sentía cuando estaba con una persona en específico indicaba que le gustaba. Que estaba enamorado.
Pero era inaceptable. ¿Qué pensarían sus padres? ¿Qué pensaría el mismísimo Kirishima? ¿Qué pasaría con las reglas? Después de todo, él las había creado y él las había roto. No podía describirse en esa posición como alguien fiel a su mejor amigo, o al menos así lo consideraba el rubio.
Sentía que le había faltado el respeto, que le estaba haciendo lo mismo que otras personas le habían hecho a él: acercarse y fingir amistad, con tal de satisfacer al corazón propio.
Por ende, tenía un plan para evitar tener que seguir con aquel error.
No ignoraría a Eijiro, no podía luego de más de tres semanas de pura amistad y confianza. Además de que la consideraba una opción estúpida.
Para Katsuki el plan perfecto era evitar estar a solas con Kirishima, intentar mantener la atención en la clase o en otra cosa que no fuese el pelirrojo; es decir, no mirarle constantemente. Haría todo lo posible para olvidarlo, porque el rubio sentía que era tan solo una confusión, un error.
¿Y si estaba confundiendo la amistad con el amor? Tanto tiempo de soledad y engaños tal vez le habían dado aquella necesidad de calidez y atención, cariño y comprensión, algo que Kirishima le daba y expresaba al pie de la letra. "Si, seguro es eso.", pensaba.
Tal vez solo estaba pasando por una etapa en la que todos dudan de su sexualidad. No le molestaba la gente del colectivo LGBT, pero sentía y presentía que si se unía a la comunidad sería mal visto y mal recibido por mucha gente, e incluso por el mismo Kirishima. Quién sabe.
Quería evitar problemas. Evitar ser rechazado por quien supuestamente le gustaba. Evitar un mal momento.
Eso quería, tener un mejor amigo, porque para él los amigos eran eso: amigos, y nada más.
Así daba inicio la Operación Olvido: No ignorar, pero si evitar las miradas que constantemente le enviaba a Kirishima, miradas que el pelirrojo no captaba. No ignorar, pero si evitar encontrarse en momentos silenciosos y a solas con Eijiro. Y por último, hacer más amistades. Tal vez y así conseguiría alguna amiga, alguien que le mostrase que realmente solo estaba confundido, y que seguía siendo el mismo heterosexual de siempre.
Operación Olvido daba inicio dentro de poco, aunque había un problema...
— ¡Bakugou, vayamos juntos a casa! —sonrió el pelirrojo, mientras daba la vuelta a su asiento y lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja. El rubio asintió, nervioso.
Su sonrisa era el problema. No podía ignorar, no podía no prestarle atención, y mucho menos hallar una mueca tan similar a la suya, porque su sonrisa era la cereza del pastel. Era lo que más se destacaba del postre. En la cima de todo.
