Capitulo O7: sabor amargo.

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— Eh

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— Eh.... —un Izuku Midoriya actuando extraño escuchaba la rara conversación entre Bakugou y Kiyominara. Un sabor amargo en la boca le estaba molestando—. B-Bueno..., Kirishima ¿porqué nos llamaste?

— Ah, si. Quería que Katsuki tuviese amigos, así que como ustedes son de confianza, estoy intentando formar un grupito entre los cuatro. ¿Qué les parece?

— Ya me cae bien, se queda.

— ¡R-Rin, que precipitado! —exclamó el pecoso, sintiendo aquel sabor extraño un poco más presente que antes.

— Tsk, no me desagradan. —bufó el rubio, en un intento de regresar a su imagen de Bad Boy,

— ¡Bien, me alegra poder tener amigos como ustedes! —Eijiro abrazó a Bakugou y luego dio palmaditas en las espaldas de Izuku y Kiyominara. Sin duda alguna él estaba emocionado.

El día se estaba volviendo cada vez más brillante y alegre, pero Midoriya seguía sin calmar su mente. ¿Porqué él no podía sentirse aunque sea un poco alegre con la integración del chico rubio?

Quería sonreír, asegurar que estaba más que feliz por su ingreso al pequeño grupo que, desde un principio, Kirishima había creado. Quería decirle a Bakugou con seguridad que era bienvenido, pero no podía hacerlo.

— ¡A mi también! Eres un gran tonto Katsuki, but you are so funny too! —exclamó Rin, haciéndole burla.

No podía.

Se le complicaba cada vez más dejar de sentir cierta desaprobación hacia Katsuki Bakugou.
Cada palabra que decía su mejor amiga sobre él hacían de Izuku una montaña rusa de ideas. ¿Pero porqué?

Se enojaba cada vez más, su rostro palidecía y se volvía más serio.

— Tonta serás tu. —rió el rubio mientras comenzaba a hacerle cosquillas—. ¡Te mataré por decirme eso, Rin idiota!

Algo estaba mal.

No quería confiar en Bakugou.
Pero debía hacerlo.

— Se ven divertidos ¿no, Izu-kun? —le preguntó Kirishima, con una sonrisa de oreja a oreja.

¿Tú no lo sientes...?— Si, claro que si. —sonrió.

No, claro que no.




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¿Dudas?
Voten, lo apreciaría mucho 🥺.
Continuará.

Solo Sigue las Reglas - KiriBaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora