Capitulo 16: regla número cuatro.

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Así pasaron los meses

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Así pasaron los meses.

Los avistamientos de Kirishima y Kaminari hablando con Camie se volvían más una costumbre que algo extraño. Por más feo que sonaba, Bakugou ya estaba algo acostumbrado a ver escenas como esas, en las cuales el trío hablaba como si fuesen amigos desde siempre.

Sin embargo le molestaba la cercanía que mantenían Eijiro y Camie. Aquel espacio personal que no se respetaba. Lo detestaba; podía notar a quilómetros como la morena le coqueteaba al pelirrojo.

Dejando eso de lado, aquellos meses que habían pasado volando se volvían cada vez más lejanos. Se acercaban las vacaciones de verano, y eso era un punto a favor para el rubio:

• No más Camie.
• No más Camie y Kirishima juntos.

Bakugou podía notar la extraña incomodidad que el pelirrojo sentía estando a su lado.
Desde el día en el que Katsuki se había quedado dormido luego de una clase de historia en horarios de salida, Eijiro actuaba extraño y ansioso a su lado.

No olvidaría aquel día. Aquel miércoles por la tarde, momento en el que el cielo se volvía más oscuro, cuando Kirishima y él se habían quedado solos escuchando música y compartiendo anécdotas del día. Momento y día en el que, casualmente, Bakugou había caído rendido en el sueño ante las agotadoras clases de matemática y posteriormente de historia. Ese corto tiempo de sueño en el cual pudo presenciar el sueño más bello y realista de su vida. La imagen de Kirishima acercándose a su rostro, uniendo sus respiraciones y juntando sus labios en un lento y cálido beso, mientras el pelirrojo acariciaba con cuidado su cabello. Había sido el mejor sueño que había durado no más de cinco minutos, puesto que el timbre de salida lo había sacado de aquel paraíso.

Seguía maldiciendo al timbre por aquello.

A pesar de todo, no lograba comprender el porqué el ambiente entre ellos dos cada vez se volvía más tenso, pero quería saber la verdad oculta tras la falta de comunicación. Bakugou trataba de ser cariñoso, y menos malhumorado. Intentaba mostrarle a Kirishima aquella imagen tranquila y sincera que el rubio tenía cuando estaba a su lado. Quería mostrarle cuán despreocupado se sentía a su alrededor, pero si el pelirrojo se alejaba constantemente de él sería muy difícil demostrarlo.

Cada vez dudaba más y más respecto a su situación. ¿Estaba confundido después de todo? ¿Tenía razón? Quería preguntarle a su madre sobre el tema; que ella le aconsejase a su gusto y forma. No podía aguantar más, se le hacía una duda eterna y difícil de ignorar. Era una pregunta tan importante como las cosas que sentía cuando el pelirrojo andaba cerca.

Por fuera del tema, las sorpresas seguían sucediendo, y es que Izuku y Rin habían comenzado a salir. Katsuki no sabía desde cuándo ni cómo, solo sabía que ambos estaban saliendo oficial y públicamente. Sin duda alguna era la novedad del mes.

Mientras tanto, y volviendo al tema, Bakugou planeaba cómo decirle y preguntarle respecto a su enamoramiento a su madre. ¿Cómo le diría que su hijo se sentía gay? No lo sabía.
Planeaba un discurso en medio de su regreso a casa, pero ya se imaginaba hablando con palabras muy diferentes a las que tenía en su discurso.

Improvisaría; tiraría las frutas de los mil colores, y formaría lo más similar a un pedido de ayuda.

Y tal y como él pensaba, apenas se paró frente a la puerta de su casa olvidó todo lo que tenía para decir; cómo se expresaría y aquella imagen segura y confiada de sí mismo.

Se sentía nervioso. Nervioso de lo que su madre podía decirle, nervioso de admitir finalmente que estaba enamorado, nervioso de confesar que aquella persona que lo volvía loco era un chico, y no una chica.

— ¡Bienvenido Katsu! —dijo su madre en cuanto escuchó la puerta abrirse y cerrarse de golpe.

Ya no había vuelta atrás.
Si iba a romper las reglas, si ya no podía seguir cuatro simples normas, se iría por el otro lado.

Y lo iba a hacer bien.


...

Solo Sigue las Reglas - KiriBaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora