Capitulo 10: por las malas.

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— ¡Kirishima, Kirishima! —una voz dulce y aniñada llamaba al pelirrojo—

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— ¡Kirishima, Kirishima! —una voz dulce y aniñada llamaba al pelirrojo—. ¡Eijiro Kirishima!

— Oye Oye, tranquilo Izuku. —rió levemente.

Eijiro y Bakugou se encontraban saliendo de su clase, tras haber recibido las notas de su examen de historia. Izuku y Rin decidieron acompañarlos en el recreo, y así también averiguar cuál había sido la nota de cada uno.

— ¿Cómo te fue en historia?

— Bueno.... —suspiró, aunque comenzó a reír sin control alguno—. Yo saqué un nueve, pero Bakugou sacó un seis.

— ¿¡Y ESO QUÉ TIENE DE MALO!? —exclamó el rubio, mientras se dirigía hacia los pasillos junto a sus amigos.

— ¡Que aprobaste porque te redondearon el cinco coma cinco! ¡JAJAJAJA ERES UN TONTO! —se burlaba Eijiro.

Katsuki comenzó a perseguir al pelirrojo, en un intento de darle un pequeño golpe en su estómago.

Al final de todo, la concentración y la memoria de Bakugou le jugaron en contra. Pero ¿porqué?

— No tienen remedio. —bufó Rin, quien regresaba del comedor con tres jugos—. Uno para cada uno.

— Kiyominara.... son tres y somos cuatro. —suspiró Izuku, queriendo sonar lo más inocente posible.

— Lo sé, pero estaba en descuento. —agregó con una sonrisa en su rostro—. Así que tú y yo compartiremos.

— ¿C-Compartir?

La mañana tras el examen de historia se estaba volviendo un tanto extraña.


🏷


Bakugou caminaba en dirección al comedor.

Allí comería el almuerzo con Kirishima, Izuku y Rin. Comenzaba a agarrarles cariño, y no había necesidad de negarlo.

Por primera vez se sentía realmente querido, apoyado y protegido. Era un sentimiento cálido, y a la vez muy nuevo.

— ¡Katsuki, espera!

Una voz le dio señales de comenzar a caminar aún más rápido. Colocó sus manos en ambos bolsillos de su chaqueta y bajó la cabeza por completo, así podría al menos tener una pequeña visión de lo que ocurría detrás suyo.

Por nada del mundo se detendría voluntariamente. No lo haría por más que le pagasen. No quería verla, no quería oírla.

Él quería que se esfumara de su camino.

— ¡Katsu! ¡YA ESCÚCHAME! —una mano pequeña y morena detuvo el paso del rubio, aún cuando este comenzó a forcejear.

— ¡¿QUÉ MIERDA QUIERES?! —le dio cara, enfurecido.

Camie se estremeció por completo.
Sabía que no sería fácil, pero nunca pensó que sería demasiado complejo.

— P-Por favor... —comenzó a sonar tímida, dolida, arrepentida de todo. Comenzó a actuar como lo había hecho en un pasado no tan lejano—... regresa a m-mi... seamos amigos otra v-vez..

— Ni en un millón de años.

Chasqueó la lengua. Se sentía estúpida por pensar que lo conseguiría con tal de decir simples palabras.

Consideró rendirse, detenerse por completo.
Pero no lo dejaría, no dejaría de intentar por más que doliese. Pues desde un principio se había prometido continuar a pesar del dolor y las heridas que conllevaría recuperar la amistad.

— Dame... dame otra oportunidad. —suplicó cabizbaja.

— Aléjate de mi. —el rubio, impaciente, comenzó a caminar nuevamente hacia el comedor.

Camie no se dejaría estar.

Lo dejó pasar por esta vez, pero sería la última de todas las veces en las que no insistiría.

Porque bien sabía que para demostrar que ella era una buena persona, debía utilizar a Kirishima.
Y si no eran por las buenas...
Serían por las malas.




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¿Dudas?
Voten, lo apreciaría mucho 🥺.
Continuará.

Solo Sigue las Reglas - KiriBaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora