Capitulo 17: lo siento,

4.7K 805 369
                                    

— Hola

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Hola... mamá.

— ¿Qué tal tu día, niño tonto? —preguntó juguetona, tratando de molestar un poco a su único hijo.

— Bien, creo. —Bakugou no quería dar más vueltas al asunto, quería ir al grano. Pero a pesar de querer hablarlo y gritarlo de las mil y un formas posibles, no podía. Sentía miedo, estaba nervioso, se veía a sí mismo un chico vulnerable. Las palabras no le salían; no sabía cómo expresarse de la mejor forma posible.

— ¿Hm? ¿Estás bien? ¿Te fue mal en un examen o algo por el estilo? —su madre comenzaba a notar la incomodidad y el nerviosismo que su hijo sentía en aquel momento. Era aquel radar que todas las madres tenían lo que le advertía sobre algo, que su hijo quería decir algo pero que no podía.

¿Qué estaba pasando?

— Dime lo que pasa Bakugou. Puedo notar que no estás muy bien... a decir verdad, me sorprende verte tan callado.

— Yo... —las palabras se le trababan. Su mente estaba en blanco y solo podía imaginar las posibles reacciones de su madre; todas acababan igual: el desprecio, la in-aceptación. No fue hasta que comenzó a llorar que la mujer se preocupó aún más por su hijo. Estaba destrozado, se lo veía aterrado, preocupado e inquieto—. Lo... ¡lo siento!

— ¿Pero qué pasa Katsu? ¿¿Qué sucede?? —su madre no podía ver a su hijo llorar. No podía verlo destrozado porque ella también se destrozaba a sí misma cuando lo veía de esa forma. Katsuki no acostumbraba a llorar, y en aquel momento lo único que podía hacer era preocuparse y exigir una explicación—. ¿De qué te disculpas? Dile a tú madre qué pasa... —no lo dudó más. Abrazó a su hijo y no lo soltó por más que estaba mojando su camisa.

— ¿Estoy confundido? Mamá.. ¿soy.. soy un f-fenómeno? —musitó, apenas audible.

— ¿Qué dices? Claro que no. —sostuvo su rostro entre sus manos. Tenía las mejillas enrojecidas, los ojos llorosos y húmedos por el llanto y su boca formaba un pequeño puchero, pero no de los tiernos, sino uno triste y doloroso de ver—. ¿Puedes decirle a mamá qué pasa? Te ayudaré, pero si no me dices no sabré cómo apoyarte.

Bakugou lo pensó dos veces. ¿Estaba bien decirle, estaba bien pedirle ayuda cuando fácilmente podía ser tomado como enfermo, como fenómeno?

No lo sabría hasta preguntárselo, y eso era lo peor: no saber qué sucedería después. Le aterraba, pero debía hacerlo. Sino ¿para qué están las madres entonces? Él era su hijo, no una rata de alcantarilla.
Consiguió valor, y las únicas palabras que se le venían a la cabeza. Así pudo decirlo todo en tan solo cinco simples palabras.

— M-Me gusta un chico, mamá. —continuó—... lo siento, es que n-no sé, no sé si estoy loco, o co-confundido. ¿Estoy loco, acaso? ¿Me he vuelto u-un imbécil?

— Katsu, cállate. —dijo su madre—. No eres un imbécil, no estás loco y mucho menos confundido.

Y se tranquilizó, aunque se sorprendió aún más por la respuesta poco esperada de su madre.

¿Realmente estaba bien?

— P-Pero.. es un chico..

— Y también una persona. —el rubio observó a su madre, quien le sonreía con dulzura y calidez. Se sentía liberado, como si se hubiese deshecho de un peso que por mucho tiempo le había estado molestando.

"Entonces si estaba bien, no estaba confundido".

— Puede ser un chico, pero también es una persona, un ser humano. Si lo amas, ¿y qué? Puede ser un hombre, pero si te hace sentir bien, si te alegra en momentos de tristeza, si te hace sonreír y sentirte en las nubes como nadie más entonces da igual cualquier barrera que esté frente a tu camino; solo derríbala, porque amor es amor, y nadie cambiará eso. —Bakugou sonrió, sintiendo lágrimas de felicidad caer por sus mejillas—. Eres un bruto, un niño tonto, pero no por parecerte el chico malote de los dramas debes seguir aquellos estereotipos que aseguran que si te enamoras de un chico serás menos hombre, o más mujer. Tu debes amar y ser lo que quieres ser. No serás ni mas ni menos por querer a una persona de tu mismo género. —hizo una breve pausa, en la que secó las mejillas de Katsuki con cuidado de no lastimarlo—. Obviamente hay gente hueca que no acepta estas cosas, pero no los escuches. Si ellos pueden amar ¿porqué tu no? Siempre habrá alguien que te llevará la contraria por más mínimo que sea el asunto, pero tú ignóralos.

— Gracias,... en serio.

— No agradezcas Katsu. Amor es amor, y nadie debería negarlo.

Amor es amor.

A todos aquellos que se ocultan tras una pantalla, aquellos que viven entre paredes temiendo de las personas.

A todos ustedes: amor es amor, y si aman, demuéstrenlo, porque no hay cosa más linda que poder amar a alguien sin temor de lo que digan.

Porque después de todo, lo único que ustedes hacen es querer. Y eso no es un problema.




...

Solo Sigue las Reglas - KiriBaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora