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Junto a mis hermanos fuimos a bailar después de que Diego fuera a llevar lo que pidió Zaid y Ezra a la mesa.

Un chico se me acercó y me llevo a bailar. Estaba cerca de mis hermanos ya que ellos bailaban con otras mujeres.

No sé cuánto tiempo había pasado, pero ya no veía a mis hermanos bailando, y la mesa donde estábamos sentados solo se veía a Zaid besándose con alguien.

- Voy por algo de tomar... ¿Vienes?

- Claro linda.

Caminamos hasta la barra y pedimos algo de tomar, me llevo a su mesa y me invitaron a jugar con ellos.

Estuve un bien de rato jugando con ellos hasta que vi como venían mis hermanos. Traian arrastrando a Ezra.

- Nos vamos, la policía está fuera.

Entonces la música se apaga de pronto y encendieron de a poco las luces.

El chico con el que baile se levanto y grito:

- Fiesta en mi casa, todos invitados!

Todo el bar gritó y festejó, gito su dirección y se fue giñandome un ojo. Diego me agarró de la cintura y el gruñido que soltó alguien a mis espaldas me hizo sonreír. Zaid nos subió a todos al carro y manejo con las indicaciones que le daba.

- ¿Como te puedes ubicar aún? -dijo Diego sorprendido.

- Viví 2 años aquí. Se llegará con los ojos cerrados. Además es cerca de casa de Travis.

- Pero tienes como 3 litros de alcohol en tu cuerpo, o incluso más. -le apoyo Mateo.

Subi mis hombros quitándole impotencia, llegando al lugar sonreí. La fiesta había empezado. Nos bajamos y Zaid le pasó las llaves a Diego. Este asintio y nos adentramos.

No faltaba mucho para que amaneciera, así que subieron la música y varios se metieron a la alberca. Iba por algo de tomar, cuando alguien me agarró del brazo, sentía su piel hirviendo, me volteé confundida al saber que no eran mis hermanos. Además de que Ezra sabe que no me gusta que me detengan.

Si me tienen que decir algo, es mientras caminamos o hasta que yo me detenga porque quiero.

Vi al chico de la casa, le sonreí y me llevo a la cocina, ahí me subió a la barra y me empezó a besar el cuello.

Cuando abrí los ojos mire como Ezra me miraba desde la entrada. El chico, del cual no sabía más que su dirección, seguía basándome el cuello. De poco en poco bajaba, mi hermano se enojo más, levante el mentón del chico y viéndo a mi hermano le bese la mandíbula, fui bajando por su cuello y volví a subir a la mandibula.

Deje de mirarlo cuando el chico me agarro del mentón.

- ¿Vamos a mi cuarto? -dijo con una sonrisa.

- No gracias, no eres mi tipo. -dije haciéndole a un lado, meti mi mano en su saco y de el saque su cajetilla, agarre dos cervezas del refrigerador y viendo como mi hermano me miraba enojado salí de ahí.

Fui al jardín trasero, vi un sillón columpio, me senté y esperé a Ezra, abrió las botellas y le di un cigarro ya prendido por mi.

- ¿Crees que podamos ser normales?

Después de estar mucho rato callado, pensando en eso, por fin hablé.

- No lo creo, nuestras experiencias no nos dejarán, somos lo que somos y tendremos que aprender a vivir con ellos. -dijo Ezra sin mirarme.- Nunca los podremos salir si algo le pasa a papá, mientras el viva podemos hacer y deshacer nuestra vida pero al el morir... Todos querrán su puesto y Diego no tiene la fuerza ni el poder para evitarlo.

Roma Suize Civic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora