D O S

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Cuando desperté todo me daba vueltas, trate de levantarme pero sentía el cuerpo cortado, me sentía débil y la cabeza me iba a explotar. Cuando pude levantarme de la cama me seguía sintiendo mal, pero pude reunir todas mi fuerzas para levantarme de la cama. 

Me puse un suéter que me quedaba muy largo, caminando en calcetas fui al baño y vomite todo lo que había tomado ayer y parte de la comida. Estaba yendo a la cocina por algo de tomar cuando escucho como tocan a la puerta. A todo mi pesar fui a la puerta. Al abrirla me encontré con una persona que no espera, en realidad no esperaba a nadie, pero menos a esta persona que tenia enfrente.

- Hola, Roma.
- Travis... ¿Que haces aquí..? -Mi vos se escuchaba rasposa y el se dio cuenta.
- ¿Que tienes? Te dio mucho la resaca.
- Si algo así...
- Vamos que mientras tengas comida en el estomago y veas el sol todo estará bien.
- No puedo, que no ves que apenas y si puedo caminar.
- Vamos date un baño, cámbiate y nos vamos a desayunar.
- Venga que no... Un momento, como sabes cual es mi departamento.
- Le pregunte al portero, de la sorpresa me dejo pasar.
- Si, no es muy común que alguien me visite. No tengo amigos y nadie sabe mi dirección.
- Bueno entonces, me alegra que sea el primer... amigo, conocido y todo en venir a tu departamento. Pero ahora si que arréglate.

Me agarro de la muñeca y me jalo hacia dentro de la casa, sin importarle como mi departamento estaba me lleco empujando hasta el baño y me encerró.

- Báñate que te busco algo para que te pongas y nos vamos.

Me recargue en la puerta y resignada hice lo que me dijo, me metí a bañar y trate de relajarme, que la cabeza me seguía dando vueltas. No podía estar mucho tiempo parada por mi sola. Cuando termine de bañarme salí y me pase la toalla por el cuerpo, y deje una en mi pelo. Me puse crema en todo el cuerpo y cepille mi pelo, poniendo un poco de crema para el pelo y la cara termine. Me puse una bata y salí del baño y me fui a mi cuarto.

Al entrar me encontré a Travis mirando unas fotos mías que tenia ahí. En la cama estaba su celular y junto la ropa que había escogido, mi guarda ropa estaba abierto.

- Vaya pero que guapa... No te creía así pequeña Romita, muy hermosa.... -dijo Travis en uno susurro.

Haciendo como que no escuche nada entre al cuarto lastimándome con un mueble.  El rápido soltó el marco y se acerco a mi.

- Vaya que si estas muy tomada, como es que conociendo el cuarto te golpeas con el mueble.... -dijo riendo.
- Ya no te rías de mi y salte de cuarto para poder cambiarme. 

Me puse unos pantalones claros y una blusa blanca de tirantes, con unos tenis del mismo color. Me puse un cinturón y agarre un saco de tela gris y me lo puse encima, en una mochila negra metí mi cartera con el poco dinero que tenia para gastar de vez en cuando y demás cosas importantes. Salí del cuarto y me encontré a Travis viendo sus redes en mi sillón.

- ¿Te puedo preguntar algo, Travis?
- Pregunte señorita...
- ¿No te incomoda mi departamento? Bueno digo ya que vives en una mansión gigante y este departamento ademas de ser pequeño es muy viejo.
- Pues no me incomoda, es viejo si, pero eso no quita que sea tu casa y tu techo. Eso se respeta sea lo que sea. No me importa si es un departamento pequeño o una gigantesca mansión. Es un techo y es tu casa.
- Vaya, gracias.

El me sonrió y se levanto, tome mis llaves y saliendo después que el cerré la puerta con seguro. Bajamos por las viejas escaleras y pase por recepción, saludando al cambio de portero, salimos del edificio y nos montamos en el carro de Travis.

Puso un poco de música y me presto sus lentes oscuros ya que la luz me molestaba, me iba contando como le había ido en su ultimo partido.

Yo la verdad pensé que Travis McClain era un chico totalmente diferente, este Travis es amable y tiene buenas platicas. Llegamos a un restaurante donde se que sirven el mejore café de la  ciudad. Me abrió la puerta del carro y del local.

Nos sentamos y el pidió por mi, le iba a replicar pero su elección no parecía nada mal, me la pase escuchando sus historias de fiestas pasadas y como el y sus amigos terminaban con varias chicas y borracheras que en ese momento no recordaban.

- ¿Y tu no tienes nada que contarme...?
- La verdad no, vivo sola en un departamento, trabajo de auxiliar enfermera en un pequeño hospital para niños que apenas y me da para sobrevivir, estudio medicina, mis papas son de lejos y no soy de la ciudad. Solo tengo un amigo, nada de amigas y pocas fiestas. En general no tomo demasiado, pero cuando se da la ocasión de tomar pues se disfruta.
- ¿De donde eres?
- Pueblo. No lo conoces.
- Oh vaya, como sabes que no conozco los pueblos de alrededor.
- Que pueblos conoces.
- Bueno conozco... Si la que esta a media hora de aquí... -dijo nervioso.
- Si, ¿cual es?
- Me atrapaste no conozco ningún pueblo. Algún día me tendrás que llevar.
- ¿Te puedo preguntar algo?
- Claro, Roma dime.
- ¿Porque me invitaste a desayunar y eres así de amable y caballeroso conmigo? Se lo que dicen de ti y la verdad aunque me agrade esta cara tuya, yo se que no es la verdadera o no es la que dicen de ti.
- Vaya, Roma Suize Civic, ¿me estas diciendo que mi faceta de caballeroso y amable no es la verdadera y que todos los chismes que escuchas de mi son los verdaderos y no lo que estas viendo enfrente de tus ojos?
- Si.
- Eres inteligente, tienes muy bien merecida esa beca.
- Ya dime a que estas jugando... -en ese momento nuestros platos fueron entregados, unos chilaquiles en salsa roja aparecieron y un café igual, mis ojos viajaron a Travis.
- Come, no dejare que después de la platica te enojes o cualquier cosa y te vayas con el estomago vació, una cruda tremenda y sintiéndote mal.

Le hice caso, desayune como se debía, prepare mi café con leche y azúcar y sentir ese sabor fuerte en mi boca me dio fuerzas. El desayuno estaba delicioso y trate de ignorar a la persona que tenia enfrente pero el  me aterrorizaba con esos ojos que se cargaba.

Roma Suize Civic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora