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Ezra estaba manejando a la casa de la familia de Fabian, los demás nos tratábamos de cambiar, yo fácilmente pude, me puse los pantalones y con cuidado me quité el vestido, con ayuda de Zaid que bajo el cierre, me puse la blusa que traía antes y en lo que me ponía los zapatos me llego un mensaje.

Hija, ¿ya vienen? -Mamá de Fabián

- Es la mamá de Fabián, que si ya estamos llegando. -la verdad no sabia si faltaba mucho o poco.

- Creo que ya llegamos. -dijo al pararse fuera de una casa mediana.

Creemos que sí, estamos afuera. -Roma.

Terminamos de acomodarnos la ropa y bajamos, me quité la chamarra por el calor y me acomode el pelo para que no se me vieran los chupetes de Ezra.

Batallamos un poco en bajarnos la calentura ya que, bueno, teníamos casi dos años sin estar juntos. El cuerpo extraña. Y seguía habiendo alcohol en nuestros cuerpos. Eso nos iba en contra demasiado.

Vi salir a la mamá de Fabián de la casa, nos acercamos a ella y ella me abrazó. Miro a los chicos a mi espalda y les sonrió.

- Mucho gusto muchachos, soy Cecilia la mamá de Fabián.

- Ellos son mis hermanos... -le dije sonriendo.- Diego, Mateo, Zaid y Ezra.

- Es un gusto. -dijo Zaid con esa sonrisa mala.

- Bueno pasen, deben de tener hambre... -cusndo la señora se colteo golpee a Zaid en el estomago para que cambiara su cara, el me miro y yo lo miré, termino asintiendo y sonrió.- Me dijo Roma que hoy se van en unas horas.

Pasamos a su casa y era linda, un comedor pequeño, cocina con barra de desayuno, sala y algunos cuartos del otro lado de la casa.

- Pasen, no es grande, pero entramos todos. -dijo sonriendo.

Nos guía hacia la cocina, ahí se ve la mesa y la barra detrás de esta la cocina, huele delicioso. Me siento como cuando íbamos a visitar a la abuela, la mamá de mamá.

- Huele muy rico. -dije sonriendole.

- Muchas gracias. -volteo a la puerta y grito.- Niños bajen a desayunar, cariño, despierta a Samuel.

Escuchamos puertas abrirse y unos pasos. Cecilia nos sentó en la mesa y unos niños entraron a la cocina.

- Miren, ellos son mis hijos menores. Cecy Kaela, Ghana y Zash. -dijo mientras señalaba a casa uno, nosotros les sonreímos y se sentaron en la barra.

- Zash, ¿le hablaste a tu hermano?

- Si mamá, dijo que ya venía, que le dieras 5 min. -dijo el pequeño.

Cecilia nos puso unos platos con comida, nos dios café y pan tostado con chocolate. Sus hijos también estaban comiendo.

Escuchamos como venía alguien volteamos y mire al chico que traía unos pantaloncillos de pijama y una sudadera abierta con las mangas arriba, el gorro puesto arriba de su pelo despeinado.

- Buenos días, soy Samuel... tu debes de ser Roma... ¿no? -dijo antes de agarrar el plato que su mamá le extendió y de darle un beso.

- Si, soy yo... Ellos son mis hermanos, Diego, Mateo, Zaid y Ezra.

Voltee a ver a mis hermanos y estos se veían sorprendidos.

- ¿Como te fje anoche hijo?, llegaste tan tarde que no te senti.

- Bien, saque para pagar unos libros que necesito y la gasolina para la semana. Después unos amigos al invitaron al bar, no estuvimos mucho...

- ¿A cuál fuiste? Al de siempre supongo... -dijo interrumpiendole.

- Si al Pandemia's Alcohol, como decía... no duramos mucho como a las 4 llego la patrulla y un chico gritó que nos invitaba a su casa, fui un rato y me regresé, como a las 6 ya estaba entrando.

- Que bueno que te divertiste... ¿Ustedes no salieron, muchachos?

- De hecho si. -dije riendo.- Estuvimos en unas carreras.... Fuimos a ese bar y el chico con el que bailaba fue el que nos invitó a todo el bar a su casa, fuimos a su casa y no hace mucho tiempo nos fuimos de ahí. Ellos tres estaban durmiendo en algún lugar de la casa y nosotros dos estábamos jugando en el patio.

- ¿Estuvieron en las carreras? -dijo Samuel.

- Si, somos buenos corriendo. -dijo Diego.

- Que bueno que se divirtieron... Coman para que no se les haga tarde.

- ¿Se van hoy?

- Si... -dijo Zaid.

- Bueno entonces espero que la próxima vez que vengan podamos salir... De seguro nos llevaremos bien.

- Claro...

Nosotros terminamos de comer y platicamos un poco con la señora Cecilia, nos comento que su marido murió hace 2 años. Justo fue cuando conocí a Fabián. Estuvieron devastados y por eso Samuel y Fabian tuvieron que trabajar y estudiar para poder traer dinero a casa, Cecilia horneada cosas para conseguir algo.

Saque mi teléfono e hice la transferencia de dinero. Avisandole a Cecila ella me sonrió y me agradecio. Nosotros nos despedimos de ella y de sus hijos, nos subimos al carro y manejé directo a casa.
Ezra aprovechó para dormir, Zaid iba cantando un poco y Diego y Mateo iban en sus celulares.

Llegue por gasolina y algo de café, los chicos se bajaron a comprarme el café y algo para entretenerse. Ezra seguía dormido, solo que ya se había acomodado con el respaldo un poco para e frente y la acostó un poco.

Se empezó a remover y abrió los ojos.

- ¿Donde estamos?

- Una gasolinera, faltan 2 horas.

- ¿Quieres cambiar?, necesitas dormir

- No, ya me van a traer café. -dije después de bostezar.- ¿Como van tus heridas?

Se subió la camiseta y se dejó ver la venda en su lugar. Asenti y en se acerco y me dio un beso en el cuello, en el mismo lugar que tenía un chupete.

- Nos matará papá cuando sepa.

- Fue su culpa al principio, además usamos protección siempre. Y cuando no lo hago siempre eyaculo fuera.

- Es raro que contigo si puedo hacer todo, pero con Travis, ni siquiera me podía abrazar sin asustarme.

- Lo que pasamos no es fácil, fueron muchos años, pero igual me pasa, no me dejo tocar por ninguna mujer. Eres la única con la que tengo relaciones sexuales.

Asenti satisfecha por su respuesta, me encantaba ser la única con la que a estado en la cama. Pensé que después de irme, el se metería con mujeres, pero al parecer no fue así.

El tanque se llenó y los hermanos llegaron, se subieron pague ma gasolina y nos fuimos. Le di un buen trago al café y tranquila maneje hasta el pueblo.

Al llegar al pue lo maneje hasta la casa, estacione el carro, agarramos lo que estaba en la cajuela y nos metimos a la casa.

Entre en mi cuarto y tiré todo en el piso, Diego le iba a avisar a nuestro padre de que ya habíamos llegado. Abrí mi computadora e hice mis trabajos y tareas del día.

Me tardé un poco porque tenía sueño, necesitaba dormir, después de terminar de hacer lo que tenía pendiente, vi que mañana no iba a tener clases. Así que me saque mi arma, dejándola en mi mesa de noche, conecte mi celular y me tire en mi hermosa y cómoda cama.

Estaba cayendo en los brazos de morfeo, cuando siento como abren la puerta. En reflejo apunto con mi arma hacia la puerta.

- Tranquila, soy Ezra. Venia a hacerte compañía.

Baje el arma y me deje llevar. Senti como me quito las zapatos y se puso a desabrochar mis pantalones, medio me cargo y me volvió a acostar, metió mis piernas debajo de las cobijas y me dio un beso en la mejilla.

Se hundió el otro lado de la cama y sentí su perfume, me acurruque con el y me quedé dormida.

Roma Suize Civic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora