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Al despertar baje a desayunar en pijama, desayune junto a papá, Diego y Mateo. El último seguía dormido.

Cuando terminamos subí a bañarme, porque tenía que entrenar antes de irnos, me puse algo cómodo y baje a la sala de entrenamiento. Diego y Zaid ya se encontraban ahí.

Estuvimos entrenando por 2 horas, hasta que nos fuimos al gimnasio. Ahí nos quedamos mucho rato, a los cinco nos encanta el gimnasio por lo que nuestras rutinas llevan entre 3 y 4 horas.

Estaba en las pesas para hacer sentadillas. Estaba terminando una sesión cuando el gruto que pegaron un grupo de mujeres me alarmó y me hizo sonreír.

Voltee y mire a mis niñas. Rápido las lagrimas salieron.

- Cariño, no llores, te extrañamos. -dijo la primera que me abrazó.

El par de melenas teñidas se acercó a mi y me abrazó, no les molesto que estuviera empapada en sudor, si no que am contrario, les gusto el calor que mi cuerpo tenía.

Z.J y Sylen. Ese par de niñas eran mis mejores amigas. Siempre hacíamos todo juntas, sus papás eran amigos de mi padre, por lo cual ellas y yo crecimos juntas.

Estuvimos un buen rato llorando ahí paradas, nos tuvimos que ir a los baños para poder controlar el llanto que traíamos. Diego me vio irme con ellas y asintio.

- Le dije a ZJ que el carro que había salido el otro día era tuya. Eras tu! ¿Verdad?

- Si, era yo.

- ¿Cuando llegaste? -pregunte ZJ.

- Ese mismos día, temprano. No tenía planesdongenir en tan corto tiempo, pero... Las cosas se dieron así.

- ¿Por cuánto te quedaras?

- No lo sé, tengo trabajo con papá. -las voltee a ver y ellas asintieron.

- Supongo que ya tienes trabajo, por eso estas entrenando mas. -dijo Sylen.

- Si, me voy hoy después de comer. Y regreso en la noche.

- El entrenador se enteró que estas en el pueblo, le dijo a ZJ que si querías regresar a entrenar en tiempo que estés aquí.

- Dile que lo pensaré, pero probablemente si. Espero que siga mi puesto vacante.

- Yo lo estoy cubriendo, pero no hay nadie como tú. -dijo ZJ sonriendo.

- Les mandaré mensaje mañana, para ir a arreglarnos. Hace mucho no lo hago, entrenalos un poco y comemos juntas, ya saben que mi trabajo siempre es en las noches.

- Claro, nosotras iremos a la cancha de raquetas.

Nos despedimos y yo regresé a mi rutina. Tenia que terminar a tiempo. Hice todos mis ejercicios y cuando vi que mis hermanos venían deje las pesas en su lugar.

- ¿terminaste?

- Si.

Le di un buen trago a la botella que Zaid me entendió, nos subimos al carro y Diego manejo hasta la casa. Al llegar vi a Mateo y Ezra subir las escaleras, se les veía cansados.

Entre a mi cuarto y me bañe, deje relajar mis músculos y me puse ropa interior, me puse unas mayas negras, una Tshirt Blanca, unos tenis blancos y arreglé mi pelo como pude, me maquille y baje a comer. Mientras bajaba las escaleras iba acomodando mi reloj en la mano, pero co  la mano enyesada no podia cerrar el seguro.

- ¿Te ayudo? -dijo Ezra tras de mi.

- Por favor.

Mientras abroxhaba correctamente mi reloj lo mire. Traia unos pantalones azul marino, una camiseta roja y un reloj, traía unos tenis azules. Su pelo no estaba arreglado ya que seguía húmedo.

Roma Suize Civic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora