Capítulo 9

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Luisita POV

Llegamos un par de horas antes de que Amelia empezara el concierto, pero como no había mucha gente y María no estaba, me echó una mano a mover unas cajas y preparó todo encima del escenario.

Cuando se acercó la hora, el bar estaba más lleno incluso que el jueves. Se ve que se empezaba a correr la voz de lo buena cantante que era Amelia. Parecía nerviosa, pero esperaba que cuando subiera y tuviera entre sus manos la guitarra, todo se le pasaría y transmitiría la confianza que siempre desprende cuando canta.

No me equivoqué. Cuando salió la primera nota de su guitarra, la gente empezó a aplaudir.

Amelia empezó a tocar con los ojos cerrados, sintiendo cada nota de la canción, y de pronto abrió los ojos y me miró de una manera completamente seductora, como dejándome ver que la canción era para mí:

The club isn't the best place to find a lover

So the bar is where I go

Me and my friends at the table doing shots

Drinking fast and then we talk slow

Come over and start up a conversation with just me

And trust me I'll give it a chance now

Take my hand, stop, put Van the Man on the jukebox

And then we start to dance, and now I'm singing like

Girl, you know I want your love

Your love was handmade for somebody like me

Come on now, follow my lead

I may be crazy, don't mind me

(...)

El bar estaba a tope, hacía tiempo que no teníamos tanta gente. Menos mal que María ya había llegado para echarme una mano porque a la cantidad de gente había que añadirle lo despistada que estaba mirando a Amelia.

Al cabo de un rato llegó Marina con Fede y se acercaron a la barra a pedir una cerveza y saludar.

-Wow, sí que canta bien. - Me dijo Marina mientras me guiñaba un ojo. - Tiene una voz súper bonita que, de hecho, me recuerda a una cantante que estaba sonando antes en la radio... solo que no recuerdo ahora el nombre...

-Tiene una voz perfecta - contestó María que había venido a coger hielo en la parte en la que yo estaba.

-Y no solo la voz tiene perfecta, eh Luisi - y las dos se rieron.

-Bueno, vale ya, ¿no? - dije. - Marina, ¿qué te pongo?

-Pues una Estrella Galicia bien fresquita, porfa, y otra para Fede, que ya está ahí en medio cantando y se va a quedar seco.

-Claro, guapa.

Amelia POV

Cuando terminé el concierto, me acerqué a la barra donde estaba Luisita. También estaban Marina y Fede, así que me quedé hablando con ellos. Empezaron a contar anécdotas de Luisita y yo no paraba de reír imaginándomela encima de un skate colina abajo porque quería ganarle una carrera al perro del vecino.

Cuando se acercaba la media noche, la parejita sugirió continuar la fiesta. Ya llevábamos unas cuantas cervezas y chupitos encima, así que María se ofreció a cerrar el King's junto con Miguel y los cuatro nos fuimos a buscar algún sitio para bailar.

Yo no tenía ni idea de a dónde íbamos. Marina y Fede iban cogidos de la mano delante de nosotras, comentando dónde ir, mientras que Luisita estaba a mi lado. Era preciosa. Me miraba con esos ojos marrones tan bonitos en los que constantemente me perdía. Llegamos a un pub llamado Dos esquinas. Entramos y fuimos directamente a la barra a pedirnos unos chupitos más. Luisita empezaba a soltarse bastante, muestra de que empezaba a emborracharse, y yo estaba riéndome sin parar, así que imagino que también me empezaba a hacer efecto el alcohol.

El club estaba bastante lleno, pero encontramos un hueco cerca de una esquina y empezamos a bailar. Sonaba reggaeton, que aparentemente todo el mundo conocía porque estaban bailando como locos, sobre todo Luisita. Marina y Fede empezaron a bailar en pareja, y Luisita se dejó llevar por la música.

Sonaba Bailame y la letra decía: Róbame, despacio atrápame, haz lo que quieras conmigo, llévame a lo prohibido, acércate, quiero sentir tu cuerpo, hacerlo mío, y hacerte de todo, todo, oh. Con tu figura que me atrapa-trapa, con esas curvas que me matan-matan, una mirada que me ataca-taca, y unas ganas que me delatan (Uh, oh).

Luisita y yo empezamos a bailar, y poco a poco empezamos a movernos como si nos fuera la vida en ello. Luisita puso sus manos en mi cintura y clavó su mirada en la mía. Abrí mis piernas para poder moverme mejor y ella metió una de sus piernas entre las mías juntándose completamente a mí para poder bailar más pegadas. Puse una de mis manos en su cintura y la otra en su cuello. Movía su cadera de un lado a otro de una manera extremadamente sexy, y en cada movimiento, su pierna rozaba mi entrepierna. Estábamos bailando tan cerca que podía sentir su respiración sobre la mía. Agarré su cintura con más fuerza para acercarla aún más a mí si era posible y darle a entender que no quería que se alejara ni un centímetro. Nuestros pechos estaban completamente pegados. Podía sentir cómo se movían sus tetas en cada movimiento que hacía, y eso me estaba volviendo loca.

La canción terminó, pero automáticamente pasó a la siguiente, y con este cambio de canción, Luisita se dio la vuelta, ahora pegando su trasero a mi entrepierna. Giró su cabeza con una sonrisa pícara en la cara y siguió mirándome mientras bailaba como nadie había bailado conmigo antes. Pasé mis manos por su cuerpo. En la tercera canción estaba tan mojada que di por perdidas mis bragas.

Aparentemente seguía entrando gente, porque cuando me quise dar cuenta, estábamos en un rincón del pub. Imagino que nos fueron empujando hasta acabar allí. Luisita seguía bailando cada vez más pegada a mí y yo desde luego no quería alejarme. Volvió a meter una de sus piernas entre las mías, rozando mi centro con su pierna en cada movimiento, y unió sus manos detrás de mi cuello. En la esquina donde estábamos estaba todo aún más oscuro, así que ya casi no podía ver sus ojos. Hundió su cabeza en mi cuello, donde noté su respiración. Debía estar respirando por la boca debido al baile y a la cantidad de aire que iba dejando. Eso causó que todo mi cuerpo se erizara. La cogí por la cintura acercándola más a mí y noté como empezó a dejar algún beso en mi cuello. No pude evitar gemir y a pesar de la música alta, como mi boca estaba a la altura de su oído, estoy convencida de que me escuchó. Su pelo olía tan bien que me pareció que estábamos en el paraíso en lugar de en un club. Los besos en el cuello continuaron, y en un momento determinado subió al lóbulo de mi oreja. Aquello me dio un escalofrío que ella debió notar, porque sentí cómo su boca sonreía. Volvió a bajar a mi cuello y se quedó un rato besándolo. Mis gemidos aumentaron y una de mis manos subió a su pelo, apretándolo contra mí haciéndole ver que aquello me estaba volviendo loca.

No aguanté más. La aparté con cuidado haciendo que se separara de mi cuello. Sabía que su tiempo allí me habría dejado alguna marca que vería mañana. La aparté para tenerla cara a cara. En ese momento, el DJ empezó un juego de luces, apagándolas y encendiéndolas para que todo el mundo lo diera todo, pero a mí me sirvió para ver los ojos de Luisita. Estaban llenos de deseo y lujuria, así que sin esperar más, la besé.

La cantante y su musa || LUIMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora