Capítulo 25

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Amelia POV

Abrí mis ojos y tenía a Luisita desnuda sobre mi pecho con una de sus piernas sobre las mías con algunos rayos de sol entrando por la ventana y dando en su espalda. Esto sin duda era una definición de la palabra "felicidad". La había echado tanto de menos que me parecía un sueño tenerla así conmigo. Acaricié su espalda. Era extremadamente suave y tenía lunares en los que me podría perder contándolos.

Noté que Luisita se despertó porque sentí una sonrisa dibujándose en su cara. Se incorporó un poco y me miró a los ojos, a lo que solo pude sonreír y ella me besó.

-Te quiero - fue lo único que pude decir entre besos.

-Yo también te quiero - me contestó juntando su frente a la mía.

No sé cuánto tiempo estuvimos más en la cama besándonos, pero solo salimos para ir a la ducha y volver a hacer el amor.

Unas horas después, el hambre que teníamos nos hizo salir por fin del cuarto y pedir una pizza, ya que acababa de llegar de viaje y no tenía nada para comer.

Miré a Luisita, quien empezaba a estar nerviosa. Movía su pie incontroladamente y miraba por la ventana pensando.

-¿Estás bien? - le dije abrazándola por la espalda.

-Creo que tenemos que hablar, ¿no crees? - me dijo agachando la cabeza.

-Está bien. Dime - sabía de qué quería hablar, pero preferí que ella fuera quien marcara el inicio de la conversación.

-Por donde empiezo... - dijo por lo bajo y empezó a andar nerviosa por el salón. - ¿Qué has estado realmente haciendo estos días?

-¿Cómo? - le pregunté un poco asustada. "¿Sabía Luisita algo más sobre mi viaje a LA?"

-Eso. Por muy bien que me lleve yo con mi familia y quiera pasar tiempo con ellos, siempre tengo el móvil encima y no tardo horas en contestar a los mensajes, y menos si el mensaje es tuyo - dijo mirándome a los ojos.

Aquí empezaba mi dilema: ¿Le cuento a Luisita quién soy yo realmente? ¿Está realmente preparada para saberlo? No llevamos tanto tiempo, solo unos meses... Aunque nuestros sentimientos sean tan profundos, estamos todavía conociéndonos y este secreto es tan grande que no sabía si Luisita lo soportaría. ¿Y si no se enamora de mí sino de Carol Rovira y de la imagen que tiene de ella? ¿Y si le puede la presión y se lo cuenta a alguien? Eso significaría mi final como Carol Rovira...

-Amor, estuve con mi familia y solía dejar el teléfono en el cuarto. Hemos aprovechado para ir a Universal Studios, visitar amigos, ir de shopping...Siento mucho no haber estado más pendiente del móvil, pero quiero que sepas que te he estado pensando constantemente.

-Está bien... - y me acerqué a ella de nuevo.

-¿Me perdonas? - y puse cara de penita.

-Sí... - y me dio un beso rápido en los labios.

-Bueno, pues... la pizza llegará en unos quince minutos - menos mal que ya estaba todo arreglado.

-Espera, tengo otra pregunta: ¿quién fue la chica que entró a tu habitación cuando estábamos haciendo la videollamada? - mierda, ahí estaba la segunda pregunta que tanto quería evitar porque no estaba segura de cómo contestarla.

-Era... - me mordí el labio pensando cómo decirlo para que Luisita no se pusiera celosa - Camila.

-¿Y quién es Camila?

-Camila es... mi ex - dije por fin.

-O sea, que por fin puedes hacer una videollamada conmigo, me dices que estás sola en tu casa y nos empezamos a quitar la ropa, y quien aparece es tu ex y te pilla con todo el calentón del momento, con la camisa completamente abierta y me cuelgas el teléfono.

La cantante y su musa || LUIMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora