Capítulo 32

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Luisita POV

La canción empezó a sonar con un toque diferente al resto. Desde la primera nota, ya marcaba un ritmo sugerente. La voz de Amelia estaba más rasgada de lo normal, como cuando me habla al oído cuando tenemos sexo. Estaba seduciendo. Aquello me erizó la piel directamente. La miré a los ojos y me estaba devorando con la mirada. Sin dejar que la canción terminara, me lancé a sus labios. La empujé sutilmente para que su espalda tocara la pared y me acerqué a su oído.

-Si vas a comerme, que sea con tu boca, no con tu mirada - le susurré.

Una sonrisa se dibujó en su cara y me apartó de ella. Rápidamente paró la canción y me llevó a su cama. Caí sobre ella y Amelia sobre mí, con una de sus piernas entre las mías.

-Por cierto, - hice que acercara su oído a mi cara - esta es mi canción favorita del disco - y le mordí el lóbulo y ella sonrió.


Fue directa a mi boca. Ella sabía que la había extrañado, casi tanto como yo, al igual que nuestros cuerpos. Sus besos se hicieron cada vez más profundos, buscando mi lengua, sin tardar en encontrarla. Mis manos empezaron a tocar su cuerpo con desesperación. Empezó a desabrochar mi camisa, besando cada parte de piel que se iba descubriendo, hasta llegar al último botón, donde miró hacia mis ojos y sonrió pícaramente.

Continuó desabrochándome el pantalón y siguió besando cada centímetro de mi cuerpo mientras me lo quitaba. Su lentitud me estaba enloqueciendo y ella lo sabía, porque de vez en cuando pasaba su lengua por mi cuerpo y observaba mi reacción. Cuando terminó de quitarme los pantalones, se puso de pie y se quitó la ropa, quedándose en ropa interior delante de mí. La miré de arriba a abajo con deseo, solo quería a mi novia de vuelta en la cama conmigo, así que la cogí de la mano y la acerqué para que volviera a besarme, pero el beso no duró mucho. Me miró y dijo:

-Me has dejado algo muy claro, ¿no? - y volvió  a sonreír con provocación.

Solo me salió morderme el labio, porque Amelia ya estaba bajando por mi cuerpo como había hecho un momento atrás. Volvió a tomarse todo el tiempo que quiso para quitarme el tanga que llevaba. Lo tocó, lo mordió, lo lamió y sonrió, para luego quitármelo. Sabía que yo ya estaba completamente mojada, pero aún así quería ponérmelo más difícil. Cuando ya pensaba que no iba a poder aguantar más, noté su lengua pasar desde mi entrada hasta mi clítoris, lamiendo absolutamente toda mi humedad.

-Oh, joder - eso sacó un enorme gemido de placer de mi boca.

Volvió a pasar su lengua por todo y se empezó a centrar un poco más en la parte externa. Mi mano se puso inconscientemente sobre su cabeza, apretándola contra mí y cogiéndole del pelo para marcar el ritmo que más me gustaba acorde al movimiento de mis caderas. Amelia subió sus manos a mis pechos, y cuando se aseguró que los había masajeado lo suficiente y me había dejado los pezones completamente duros, las bajó hacia mis rodillas, donde las movió acariciando mi cara interna de los muslos hasta dejar su brazo izquierdo apoyado sobre la cama mientras introducía dos dedos de su mano derecha dentro de mí.

-¡Oh, Amelia! - gemí.

Sabía perfectamente cómo darme placer y se había propuesto que acabara en su boca. Movía sus dedos de dentro a afuera haciendo presión contra mí cuando estaba dentro mientras que su lengua bailaba con mi clítoris.

-Joder, voy a correrme...

Amelia sonrió y no paró en ningún momento. El sonido de su boca en mi centro me excitaba sin control alguno. Cuando ya no pude aguantar más placer, cogí su pelo con más fuerza para que no parara ni un segundo mientras que con la otra mano cogía la almohada para ponérmela sobre la boca para ahogar los gritos del orgasmo que estaba teniendo.

La cantante y su musa || LUIMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora