Capítulo 41

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Amelia POV

Diez minutos después llegamos al bar. JJ estaba pinchando música pop-rock de fondo y había bastante ambiente, se notaba que era sábado. Busqué a Luisita con la mirada, quien estaba detrás de la barra preparando varias cervezas sobre una bandeja para que Miguel se las llevara, mientras que hablaba animadamente con Sebastián. Respiré profundamente haciéndole una señal a Lourdes de que estaba preparada y fuimos hacia ellos.

-Hola - dije secamente. Luisita se puso seria de golpe mirándome con ojos de súplica para que me comportara con él.

-¡Hola! Amelia, este es Sebastián. Sebas, ella es Amelia... mi novia.

Sebastián se estaba levantando amigablemente del taburete para darme dos besos pero paró en seco al escuchar la última palabra de Luisita.

-Ah, hola - me dio dos besos completamente cortado - encantado.

-Lo mismo digo - dije mirándolo de arriba a abajo. - Bueno, ya conoces a Lourdes - me giré a Luisita con cara de buena, haciéndole ver que me estaba comportando, a lo que sonrió.

Lourdes se acercó a saludar a Sebastián y comenzaron a hablar. Me alegraba de que ella estuviera allí conmigo, así no tenía que sacarle tema de conversación al policía.

-¿Qué te pongo? - me susurró Luisita acercándose a mí.

-A la camarera más sexy del bar sobre esta bandeja, por favor. Estoy seca y no pienso dejar una gota suya fuera de mi boca.

Luisita me clavó las uñas en el antebrazo y se mordió el labio. La testosterona del policía podía estar ahí al lado, pero iba a dejar bien claro que la única que la volvía loca era yo.

-Luisi, pon otra, que Natalia ya viene.

-¿Qué? - le preguntó roja.

-¡Estrella Galicia! ¿No te la está pidiendo Amelia?

-Ah, sí, sí, perdona. Ya os las pongo - y me dedicó una mirada profunda antes de darse la vuelta a cogerlas.


Cuando llegó Natalia, el tiempo pasó aún más rápido. Resulta que Sebastián era bastante gracioso e inteligente, pero no le prestaba mucha atención cuando hablaba. En lugar de eso, prefería poner a Luisita nerviosa con la mirada.

-Voy al baño - dijo Natalia.

-Espera, voy contigo - le contestó su novia.

-Bueno, por fin te pongo cara - dijo Sebastián mirándome.

-¿Cómo dices?

-Ayer cuando vi a Luisita tan mal supuse que sería por amor, aunque te confieso que no me imaginaba que iba a tener tan buen gusto.

-Hmmm ¿gracias? - no tenía muy claro cómo tomarme sus palabras.

-He visto cómo se le ha iluminado la mirada a Luisi desde que estás aquí. No para de sonreír y siempre que la veo, está embobada mirándote - me sonrojé - y tú no te quedas atrás. Hacéis una pareja muy bonita. Supongo que ayer os pillaría en un mal momento.

-Sí, digamos que hubo un mal entendido, pero ya está más que arreglado.

-Ya veo... - dijo por lo bajo y continuó hablando. - Quiero aprovechar para decir que quiero mucho a Luisi y voy a protegerla siempre que pueda. Por favor, no le hagas daño, es muy noble y muy buena persona - sus ojos fueron a Luisita, que estaba atendiendo a unos clientes.

-Tranquilo, lo sé y así lo hago - lo miré seriamente. - La quiero con todo mi corazón y no dejaría que nada malo le pase, te lo aseguro.

Antes de que él dijera nada más, Natalia apareció un poco agitada.

La cantante y su musa || LUIMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora