Iverette y Audrey salieron de la casa para iniciar su viaje con el objetivo de encontrar a Abigail.
—Por cierto, Iverette. ¿No llevas equipaje? —preguntó Audrey mirando a los alrededores del chico buscando alguna maleta o bolso.
—No tengo equipaje. No lo necesito —dijo sonriente Iverette.
Audrey quedó extrañada con la respuesta. ¿Cómo no iba a necesitar equipaje? ¿Acaso no llevaba comida? ¿No tenía frío en la noche? ¿No tenía mudas de ropa o útiles de aseo?
—Bueno, como digas —dijo Audrey, aún confundida por la respuesta del chico, empezando a caminar—. ¿Sabes? Hoy en la clase, la profesora nos habló de Audrey, el gran líder del pueblo blanco. Mi mamá siempre me habla de cómo ayudó al Estado Amarillo a ganar la guerra contra el Estado Rojo. Era una historia interesante y llena de misterio, y después de eso, ustedes simplemente desaparecieron y nadie sabe el porqué.
Iverette se quedó helado por un par de segundos tras oír eso. ¿Qué debía responderle? ¿La verdad? Hasta ahora nadie sabía la verdad sobre él ni sobre su "curioso" pueblo. ¿Le creería si le decía la verdad? ¿Se alejaría? Al menos, le había creído cuando dijo que era un calas. Tal vez también le creería si le decía sobre... otras cosas. Iverette quería creer que Audrey era diferente y haría posible su deseo, uno que hasta ahora no podía realizar.
—Umm, sí. Me imagino que, como historiadora, tu madre debe tener mucho conocimiento sobre el tema. No pensé que alguien se interesara aún por nosotros —dijo Iverette sonriendo por la atención que la familia de Audrey tenía por los suyos.
—Quiero que me cuentes tu versión de los hechos. ¡La historia de la guerra contada por un calas! —dijo Audrey con los ojos brillantes y extendiendo los brazos hacia los lados de forma teatral.
—Parece que tu madre te ha inculcado el interés hacia nosotros. Está bien, te contaré sobre la guerra. Aunque no me gusta contar historias largas, así que te haré un resumen —dijo Iverette, dudando sobre cómo explicar ese lejano evento—. Hace unos 500 años, Audrey quedó a cargo de un campamento de reconocimiento cerca a la costa al oeste de aquí —explicó Iverette señalando a la lejanía—. En esa época fue que nos ganamos el apodo de "pueblo blanco" por el color de nuestros ojos, cabello y vestimenta.
Audrey seguía con atención el relato de Iverette. A pesar de ser historiadora, su madre no tenía los detalles del relato de aquella guerra, pues había pasado hace siglos. Ella pensaba que tal vez los calas tenían conocimiento de cosas que se habían perdido con el paso del tiempo.
—Poco después de asentarse en la costa, empezó la guerra entre los Estados Amarillo y Rojo. —continuó explicando Iverette—. Días después, un mensajero del Estado Amarillo llegó al campamento pidiendo nuestra colaboración y Audrey aceptó ayudar. El mensajero sólo nos advirtió que el Ejército del Estado Rojo era muy numeroso y agresivo. —Iverette hizo una pequeña pausa y miró fijamente a Audrey antes de continuar—. La verdad, que sólo nosotros conocíamos, es que el ejército y rey del Estado Rojo estaban siendo controlados por el "pueblo negro".
—¿Pueblo negro? ¿Existía un pueblo con ese nombre? Mamá nunca me ha hablado de él —dijo Audrey confundida por el relato de Iverette.
—No me sorprende. El pueblo negro no tenía forma física, eran como espíritus. Poseyeron y envenenaron la mente del Estado Rojo y los indujeron a iniciar una guerra. Nosotros aprovechamos la invitación del Estado Amarillo para involucrarnos en la guerra y terminar de una vez con su existencia.
—Pero, si eran espíritus... ¿Cómo acabas con algo así? —preguntó Audrey con curiosidad.
—Los obligamos a salir de los soldados del ejército rojo, destruyéndoles la mente y luego, por idea de Audrey, nos unimos al debilitado pueblo negro. Ese fue el fin del "pueblo negro", pero también fue el fin del "pueblo blanco". Tras eso, sufrimos grandes cambios y por eso decidimos desaparecer y ser llamados simplemente "calas".
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En busca de Abigail
ContoHace mucho tiempo, existía un enigmático pueblo al que todos llamaban el "pueblo blanco". Éste desapareció sin dejar rastro tras una gran guerra, quedando como una vieja leyenda. Un día, Audrey, una entusiasta adolescente, conoce a un peculiar chic...