Capítulo 7: Nos damos cuenta

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Ya había pasado un mes desde que Audrey e Iverette iniciaran su viaje para buscar a Abigail, aunque aún no tenían noticias de él.

Ya que Audrey empezó a creer en los relatos de Iverette, el ambiente mejoró entre los dos, logrando que ambos confiaran el uno en el otro y su amistad se profundizara.

Pronto, llegaron a un pequeño pueblo donde decidieron tomar un descanso.

—¡Mira, Iverette! ¡Hay un pueblo por allá! —dijo Audrey emocionada señalando el lugar—. Tenemos que aprovechar para comprar víveres.

—Está bien, vayamos —dijo Iverette acercándose a Audrey.

Audrey apresuró el paso para buscar algún mercado donde comprar algo para comer, pero en su entusiasmo no se dio cuenta por donde iba y empujó a un hombre.

—¡Hey, fíjate por donde andas! —reclamó el hombre.

—Lo siento, señor —dijo Audrey nerviosa.

Audrey pudo ver que el hombre iba acompañado de otro que la miraba con intensidad.

—Mírala, es una chica muy bonita. No te molestes con ella —dijo el segundo hombre acercándose a Audrey—. No te había visto antes. No eres de por aquí, ¿verdad?

—No, yo sólo estoy de paso —dijo Audrey nerviosa.

—¿En serio? —El hombre se acercó más a ella y se agachó un poco para quedar a su altura—. ¿No quieres que te muestre el lugar?

Audrey se acercó por la cercanía del hombre y retrocedió un par de pasos, temblando levemente.

—Eh, se lo agradezco mucho, pero tengo prisa. No puedo ir con ustedes —dijo Audrey nerviosa, retrocediendo un poco más.

—Vamos, no seas tímida —insistió el hombre.

—¡Dejen en paz a la señorita! —Iverette se acercó a Audrey al notar su nerviosismo—. ¿No ven que ella no desea ir con ustedes?

Audrey se sintió aliviada al ver llegar a Iverette a su lado.

—¿Qué es esto? ¿Esta niña viene a ayudar a su amiguita? ¡Qué molestia! Llévate a pasear a las dos —dijo el primer hombre a su compañero.

—¿Niña? —Audrey quedó sorprendida por lo dicho por el hombre. ¿Lo veía como una niña?

—Se equivocan si creen que voy a permitir eso— dijo Iverette con tono serio.

—¡Vamos! Se una buena niña y ven a pasear conmigo —dijo el insistente hombre tomando del brazo a Iverette para llevarlo con él.

—¿Es que acaso no entienden con palabras? —preguntó decepcionado Iverette—. Supongo que tendré que tomas medidas más disuasivas.

Con un movimiento brusco, se soltó del agarre del hombre y lo tomó del brazo con ambas manos.

—¿Qué haces? ¡Suéltame! —reclamó el hombre sorprendido por la acción de Iverette.

—Lo lamento mucho, pero... —Iverette apretó su agarre en el brazo del hombre, quien a pesar de ser más alto y corpulento no podía zafarse. Iverette con un rápido movimiento, hizo caer al hombre, y con un giro veloz lanzó al tipo hacia su compañero, cayendo ambos al suelo adoloridos.

—¡Wow, eso fue increíble! —dijo sorprendida Audrey viendo cómo los dos hombres adoloridos se levantaban y retiraban del lugar.

—Creo que eso debería ser suficiente —dijo Iverette bastante satisfecho con el resultado y le lanzó una radiante sonrisa a Audrey.

En busca de AbigailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora