Adrinette en abril

18.- Pasteles

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 414.

18.- Pasteles

Adrien estaba tan nervioso que no podía parar quieto dentro del coche. Gorila le lanzaba miradas fugaces por el retrovisor sorprendido, puesto que el chico solía ser un mar de calma; tampoco es que le estuviera llevando a ningún lugar extraño. Gorila aparcó frente a la panadería de los Dupain-Cheng y Adrien, prácticamente, saltó del vehículo sin esperar a que le abriera la puerta como siempre.

—Gracias por traerme.

El guardaespaldas asintió y esperó a que su protegido hubo entrado en el local para regresar a casa.

Olía a canela y limón, Adrien no pudo evitar cerrarlos ojos e inspirar hondo con una sonrisa de oreja a oreja. Así es como debería oler cualquier hogar.

—Bienvenido, Adrien —corearon los Dupain-Cheng.

—Buenas tardes —respondió él.

—Puedes subir, Marinette y los demás te esperan arriba.

—Gracias, con permiso.

El olor de la escalera era diferente, pero también olía a hogar. A Adrien le hacía sentir muy cómodo. Subió con pasos seguros los peldaños hasta la cocina del domicilio. Sus compañeros parecían discutir acerca del contenido de un libro.

—Os digo que es demasiado complicado —declaró Marinette con el ceño adorablemente fruncido.

—Pero tenemos a la mejor repostera de la clase en nuestro equipo —soltó Alya con orgullo.

—Se supone que tenemos que hacerlo entre todos, no yo sola.

—Nadie lo sabrá —apostilló Nino.

—Nosotros lo sabremos —dijo Adrien decidiéndose a interrumpirles—, y no estaría bien dejar que Marinette hiciera todo el trabajo y llevarnos el mérito.

Sus dos amigos parecieron avergonzados, mientras que Marinette parecía aliviada.

—Les estaba diciendo que deberíamos hacer algo con base de hojaldre, porque es fácil de hacer y de cocinar.

—Yo no tengo ni idea de cocinar ni de pasteles.

—Tranquilo, Adrien, no eres el único. —Nino pareció orgulloso de ello, aunque no era algo de lo que enorgullecerse realmente—. Aprenderemos. Alya tampoco tiene ni idea.

Marinette soltó un suspiro y le tendió el libro de recetas de postres sobre el que habían estado discutiendo cuando él había llegado. Adrien lo ojeó, había tantos que le gustaría probar...

—¿Y si hacemos una tarta de queso? Parece, fácil.

Estuvieron todos de acuerdo. Marinette les propuso hacer algunas pruebas antes de lanzarse a la definitiva, también les abrió la puerta a experimentar con confituras para darle más sabor. El tiempo pasó rápido y tras el pequeño atracón de pastelitos determinaron que, la confitura de arándanos era la que mejor iba con la tarta. Ganarían el concurso de la escuela, sin duda.

Fin

Notas de la autora:
¡Hola! En mi escuela, para el 23 de abril Sant Jordi, hacíamos pasteles y otras cosas para vender en el festival de la rosa y el libro. Esto ha salido de ahí, ya que este año con el confinamiento, nos quedamos sin una de nuestras fiestas más emblemáticas.