14.- Noche de películas

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 453.


14.- Noche de películas

Déjame elegir a mí —rogó Plagg revoloteando alrededor de Adrien con un pedazo de camembert bien aferrado entre las patitas—. Los humanos tenéis un gusto horrible para elegir películas.

Adrien sonrió mientras trasteaba con los DVDs y BRs de la estantería, le tocaba elegir a él las tres películas que verían aquel viernes noche. Marinette odiaba las películas de terror, así que estaban descartadas; podía soportar las de intriga, pero en dosis pequeñas; y las de acción la ponían algo nerviosa, pero se divertía con ellas. A Adrien no le importaba tener un margen reducido para elegir, porque lo único que importaba era tener ese espacio de tiempo para ellos, sin obligaciones, sin responsabilidades, sólo una joven pareja disfrutando de una sesión de cine en el sofá de casa.

—Sabes que Marinette odia las películas de miedo, Plagg, si te dejo elegir la harás huir.

—¿Por qué crees que haría eso?

—Porque te conozco —respondió con una risita.

—A lo mejor no me conoces tanto —refunfuñó Plagg.

Adrien suspiró y miró a su kwami.

—Muy bien, ¿qué elegirías?

—¡Esta! —exclamó orgulloso mostrándole el DVD de una película de terror.

El muchacho se lo arrebató y volvió a colocarlo en su espacio correspondiente.

—Si ponemos eso Marinette huirá por la ventana y se irá, seguramente, a China.

—Las mujeres humanas son muy extrañas.

—La idea de esto es pasar un buen rato, elegiré alguna de las que le gustan a Marinette.

El kwami hizo un gesto exagerado de repelús y engulló el trozo de camembert.

—Y así poder besaros en el sofá durante horas.

—Puedes esconderte en la caja de los prodigios si tanto te molesta.

—¿Y dejar que manosees a la guardiana impunemente?

—¡Plagg!

—¿Acaso miento? —preguntó el kwami con tono travieso—. Cuando ponéis una de esas películas románticas acabáis besuqueándoos en el sofá, estoy traumatizado.

—Sí, por supuesto, pobre Plagg —pronunció Adrien dándole un golpecito con el dedo—. Denúncianos a la policía de los kwami.

—¡Traigo las palomitas! ¿Qué vamos a ver hoy?

—Marineeeette, Adrien me está torturando —se quejó Plagg flotando hasta a ella y refugiándose en su hombro.

La muchacha interrogó con la mirada a Adrien que se encogió de hombros y, finalmente, tomó tres de los BRs del estante.

—Plagg me decía que quiere ver películas muy románticas hoy, le había dicho que estaría bien ver una de acción —dijo Adrien moviendo una mano de forma teatral—, peeero, ya que se pone así, voy a concederle su deseo.

—Mejor me voy a la caja, no quiero morir aún.

—Pero he hecho muchas palomitas, Plagg.

—No hay suficientes palomitas en el mundo, Marinette —protestó con tono dramático antes de refugiarse en la caja de los prodigios.

Fin

Notas de la autora:
¡Hola! Que no se note que echo de menos las noches de cine con mi chico, como no vivimos juntos llevamos ya un mes sin vernos y sin viernes de cine. ¿Soy la única que se los imagina en el sofá con las palomitas y las películas que no puedan traumar a Marinette?

Adrinette en abrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora