Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.
Palabras: 679.
07.- CartasEl maestro del templo de los guardianes le había pedido a Ladybug que llevase hasta allí a Chat Noir, Marinette se había horrorizado, no porque no confiase en su compañero, sino por la posibilidad de que aquel hombre quisiera quitarle su prodigio como había intentado con ella. Aunque no le había quedado más remedio que aceptar.
Había tomado a Chat Noir de la mano y juntos se habían transportado al templo, Ladybug se había negado a soltarle la mano, asustada y nerviosa, sentía la necesidad de proteger a su compañero de lo que fuera que quisiera aquel hombre.
Cuando el maestro se plantó frente a ellos los observó con interés y pareció satisfecho al ver sus manos unidas y sus dedos entrelazados.
—Guardiana, Chat Noir, bienvenidos al templo —-habló con voz calma y profunda—. Chat Noir, como esta es tu primera vez aquí debo avisarte de que cualquier cosa que veas debe de permanecer en el más absoluto de los secretos.
—Soy una tumba. —Ladybug le apretó la mano con fuerza deseando que captase lo inadecuado de aquella respuesta—. Quiero decir que no diré nada, ni sé qué estoy haciendo aquí.
El maestro meneó la cabeza y se mesó la barba. Era tan inapropiado entregar prodigios a gente tan joven... pero no podía hacer nada contra ello, no podía revocar la decisión de un guardián por más que desaprobase su elección y, en el caso de Ladybug, era evidente que seguía la misma decisión de Fu en lo que al portador de Chat Noir se refería.
—Los prodigios de la creación y de la destrucción. Los vuestros, son muy especiales, aunque no sepáis hasta qué punto.
»A lo largo de la historia los portadores de ambos prodigios han entablado una relación profunda, no sólo de camaradería. Estáis unidos como las dos caras de una moneda y eso me preocupa.
—¿Por qué, maestro? —preguntó Ladybug.
—No os conocéis.
—Por supuesto que nos conocemos, llevamos tiempo luchando juntos —rebatió Chat Noir.
—Combatir juntos y conocerse son dos cosas diferentes.
Los dos héroes intercambiaron miradas sin comprender qué quería decir, se conocía tan bien como se podían conocer manteniendo el anonimato sobre su identidad civil. Formaban un equipo imparable, eran capaces de predecir qué haría el otro en cada situación mientras luchaban contra un akumatizado, si eso no era conocerse no sabían qué podía ser.
El maestro suspiró y se acercó a las estanterías tras él. Cogió una caja de madera tallada.
—Durante siglos, los portadores de vuestros prodigios han mantenido correspondencia. —El maestro abrió la caja y sacó varios hatillos con cartas amarillentas y polvorientas—. Se conocían, cultivaban su relación. Vosotros, no sois nada el uno para el otro.
Ladybug estuvo a punto de replicar, pero lo que decía era cierto, no sabían nada del otro. Mas, era importante que no supieran quiénes eran, ¿verdad? Mantener el secreto de sus identidades civiles era vital.
—Muy bien. Quiero que os pongáis frente a frente y os destransforméis.
—Pero...
—Guardiana, si deseáis derrotar a Hawk Moth, primero debéis conoceros de verdad.
—Maestro, no lo entiendo.
—Los secretos propician monstruos, como la desconfianza y el desasosiego. Eso os destruirá.
—Confío en Ladybug —contestó Chat Noir, a pesar de que los secretos le habían hecho dudar de ella tiempo atrás.
—Mientes. —El maestro disintió como si le hubiese leído la mente—. Vamos a ponerle fin a los secretos, como vuestros predecesores lo hicieron con estas cartas. Destransformaos.
Inmóviles, con las manos entrelazadas, suspiraron casi al unísono y cerraron los ojos.
—Tikki, puntos dentro.
—Plagg, garras dentro.
Al maestro los dos adolescentes le parecieron más fuertes y unidos que antes, sonrió satisfecho con ello, sintiendo que aquella relación podía salvarse, que podría hacer de ellos dos grandes portadores para mantener la paz.
—Y ahora mirad quiénes sois en realidad.
Aunque parecieron reticentes a hacerlo, finalmente abrieron los ojos. La sorpresa pintada en sus rostros hizo que el maestro entendiese que, en realidad, aquellos dos chiquillos se conocían también como civiles y que Fu había hecho un buen trabajo al escogerlos.
—Marinette...
—¿Adrien?
Fin
Notas de la autora:
¡Hola! Una revelación de identidades un poco extraña. Había escrito otra cosa para este prompt, pero me ha dado por reescribirlo porque no acababa de convencerme.
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Adrinette en abril
Fiksi PenggemarColección participante en el reto #AdrinetteApril2020. Drabbles entre 100 y 1000 palabras sin conexión entre ellos a menos que indique lo contrario.