UN CAFÉ ARDIENDO

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Sé que no me quieres como yo te quiero, lo sé, soy consciente de ello y lo he aceptado. No viertas el café antes de haberlo echado... no me prives el derecho de ser masoka, de sentir el látigo contra mi pecho, no me prives de sangrar, de sentirme vivo al verme tan cerca de la muerte.

Deja que mis labios se quemen en el café, permíteme crecer... superarme y demostrarte que el amor que te tengo es superior, no porque desee probar tu sexo, si no porque cuando el amor romántico desaparezca, seguiré ahí como un fiel amigo.

Pasará... porque el desengaño termina llamando a mi puerta para tirarme contra el suelo, por eso, no me prives de tomarme un café hirviendo, quiero quemarme si es necesario, para luego curarme y sentir que aún estoy a tu lado a pesar de todo el daño.

Porque seguiré ahí, como estoy ahora.

Escritos para AlejandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora