Te siento a pocos centímetros de mi, puedo sentir tu aliento golpeando mi boca y la punta de tu nariz dejando una caricia casi inexistente en la mía.
Mis manos... Al principio dudosas agarran tu cintura para perder la timidez al atraerte a mí. Te beso.
Te beso cerrando los ojos para disfrutar más tu boca.
Acaricio tu lengua y termino el beso con un leve beso resumido en un pico. Vuelvo a besarte pero esta vez tu cuello, aparto tu pelo para mi mejor acceso. Lo beso con calma, comenzando a ser húmedo ya que uso mi lengua y dientes.
Adoro tu jersey amarillo de pelotillas, pero ahora mismo me molesta, es una barrera entre tu piel y la mía. Lo tiro tiro al suelo para ir directo a tus senos, aun escondidos por la tela de tu sujetador, pero no hay prisa... Puedo besarlos por encima, acariciarlos y apretarlos con levedad...
Ahora tus pantalones baja para que se deje ver el tatuaje de tu nalga. Lo quiero morder.
Te acuestas en la cama y te pido que me des la espalda. Riego los besos de toda una vida por tu piel, te masajeo con caricias, pero me es inevitable agarrarte con fiereza al llegar a tu trasero, al igual que no me puedo aguantar morderlo, es la fruta prohibida.
Desabrochó tu sujetados y te vuelves, observo tus pezones apuntándome, era un auténtico duelo en el que pierdo y voy directo a pasar mi lengua por aquellos montes endurecidos, los succionó y juego con mi lengua, soplo para que mi saliva se quede fría y verlos más endurecidos.
Mi mano baja a la zona de riesgo, donde dejo caricias por todo tu sexo, hasta sentir que tus bragas se humedecen. Siento que tú humedad ha calado hasta mi mano, es momento de meter mi mano por dentro y acariciarlo.
Dios...
Pienso al sentir tu humedad resbalar por mis dedos. Vuelvo a besarte mientras mis dedos toman un movimiento circular sobre ti clítoris. Escucho tus jadeos mientras mi boca baja por tu cuerpo, muerdo tu costado con delicadeza y sigo bajando. Me coloco entre tus piernas, es como caminar a las puertas del paraíso...
Y al fin con una lamida...
Lo saboreo.
Me deleitó con tus fluidos, amenazando con hundir mi lengua en tu entrada, pero centrándome más en tu clítoris, el cual resguardo en mi boca... Mis dedos entran en tu sexo para seguir estimulando tu cuerpo. Presionó mis dedos mientras salen y entras y no olvidemos el movimiento de mi lengua...
Quiero sentir como me tiras del pelo por el placer y como arañas mi cuerpo de desesperación al sentir que paro en plena acción...
Sólo es una pausa...
Breve para dar emoción y al reanudar mis movimientos tu grito es aún mayor...
Te siento agotada y mis dedos cogen un ritmo acelerado... Tus piernas tiemblan, tu cuerpo convulsiona, mientras siento como me das de beber todo lo que tu pasión me puede ofrecer...
Después llega la mejor parte... Volver a besarte, abrazarte fuerte y que pase la noche con nuestros cuerpos abrazados.
Así te haría el amor una y mil veces...
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Escritos para Alejandra
PuisiCuando el corazón se enamora el alma se vuelve poeta. Recopilación de escritos donde desnudo mi alma ante una mujer que me ha enseñado a mirar el amor de otra manera.