14 de febrero

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Lily y James caminaban tomados de la mano por los pasillos de Hogwarts. Algunos apostaban diez galeones a que ellos no duraban más de un mes, otros decían que no iba a pasar mucho tiempo para ver como Lily lo regañaba frente a todo el colegio, también rumoreaban que era otra de las tantas conquistas de James. Aunque no todas eran malas opiniones. Estaban los optimistas, quienes apostaban todo el dinero del mundo a que ellos se graduarían, se casarían, tendrían hijos y morirían de viejos, amándose más allá de la muerte.

Pero los enamorados hacían de oídos sordos a aquellos chismes. Ellos confiaban en que todo iba a marchar espectacular, o como quisiera continuar, sin ayuda de comentarios ajenos.

En la puerta del Gran Comedor se había colgado un letrero que señalaba la próxima visita a Hogsmade: 28 de abril. Sirius bromeaba con que sería una salida de 14 de febrero, porque la gran mayoría del alumnado de séptimo año, saldría con sus nuevas parejas. Por un lado estaban Alice Stone y Frank Longbottom. El chico, luego de tanto pensarlo, al fin había confesado su amor hacia ella, a lo que Alice le respondió abalanzándose sobre el con un dulce y apasionado beso. Luego estaban Marlene con un chico de Ravenclaw y Hestia con un Hufflepuff. Pero, lo más decepcionante para Canuto, era que hasta Crabbe, Goyle, Avery y Mulciber tenían sus citas, mientras que el: Sirius-el-Guapísimo-Orión-Black, no tenía ni una sola conquista.

-¿Cuál crees que sea la mejor forma de pedírselo?

-No seas nena, Cornamenta. Solo pídeselo y ya. -Respondió Sirius algo irritado. Era la tercera vez que hacia la misma pregunta en la misma hora.

-¡Es que no entiendes Canuto! Sera nuestra primera cita oficial y debe de ser perfecta.-Contesto James en tono soñador, mientras, recostado sobre su cama, sonreía con la mirada hacia el techo.

-Pareces un tonto enamorado, James.

-Soy un tonto enamorado.-Replico.

-Te he perdido totalmente... ¡Odio a Lilianne Evans! Quiero que me devuelva a mi amigo de las buenas bromas inmediatamente, no quiero a este idiota que dice cursilerías.

 -Ya, ya Sirius, te prometo que planearemos una buena broma después de la cita.

 -Hablas de eso como si ya se la hubieses pedido.

-Es que estoy emocionado-le conto James con una amplia sonrisa, mostrando todos sus dientes- ¡Luego de siete años Canuto! Solo espero que acepte, por eso voy a tratar que sea especial...

-¡¡¡Ya se!!!-Grito Sirius, dando entusiasmado una palmada a su rodilla luego de que tuviera una “brillante” idea.- Podrías llevarla a Madame Tudipié.

Madame Tudipié era una casa de té que se encontraba en Hogsmade, a la que siempre iban todas las parejas. Era un negocio demasiado cursi: siempre estaba decorado de rosa, con corazones rojos y el ambiente repleto de empalagosas canciones de amor. Más allá de eso, como bien sabia Sirius, a todas las chicas les gustaba. Lo creían "romántico". Mientras que, para los merodeadores, entrar allí era caer bajo. Pero  James estaba dispuesto a hacer lo que sea por Lily.

En aquel momento, en el que Canuto y Cornamenta charlaban animadamente en el cuarto sobre la Torre de Gryffindor, Lunático se encontraba en la biblioteca ensimismado en un libro con información sobre los metamorfomagos y Colagusano hurgaba en las heladeras de Hogwarts, separando los ingredientes necesarios para la torta que había encargado a los elfos. Y luego estaban Lily y Susan, en la lechucería, buscando una lechuza con la cual enviar una carta a los padres de la pelirroja.

-¿Crees que es buena idea?

-Sí, sé que le encantara. Es una magia muy bonita y de alguna forma debo agradecerle todo lo que hizo por mí.

James Potter y el mapa del merodeadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora