Sexto año

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Su cabellera pelirroja se movía al ritmo de sus pasos a medida que salía del Gran Comedor.

Luego de su pelea con Quejicus, Lily Evans contestaba de forma más fría y distante que nunca antes. Ya estaban en mitad de su sexto año y ella nunca volvió a entablar una relación con James.

Cornamenta estaba dolido. Le dolía que cada vez que le preguntaba si quería salir, la prefecta respondiera con un "no" tan cortante como sonaba. Aunque lo disimulaba perfectamente, el en verdad quería salir con ella. Había descubierto que no solo le gustaba, estaba enamorado de ella. Y era la primera vez que James Potter se enamoraba de una chica y, para su desgracia, también era la única que no tenía a sus pies.

Por más que hubieran hablado a finales del año pasado, Lily había decidido que se alejaría de James lo suficiente para que el no volviera a meterse en sus asuntos.

-Ya olvídate de ella, no entiendo porque piensas en Lily como si fueras la única mujer en el mundo, tienes millones de chicas tras de ti -lo regaño Sirius al ver como su amigo miraba embobado a la pelirroja. Había estado feliz los primeros días posteriores a la confesión de Cornamenta, pero Canuto ya no soportaba verlo tan idiota por una chica ¡Solo era una chica! Hacía meses que trataba de desenamorarlo, pero se le estaba haciendo imposible. - ella es mandona, orgullosa, terca, superfi...

Pero James ya no lo escuchaba más, salió corriendo hasta Lily.

Las puertas del Gran Comedor estaban abiertas, por lo que todo Hogwarts observaba lo que pasaba. Cornamenta se paró en el umbral y le grito a la prefecta, que se encontraba diez metros más allá de él, a punto de subir las escaleras.

-Para ahí Evans, será la última vez que te lo pregunto... -le explico James tratando de ocultar la esperanza que llenaba sus ojos. Era la primera vez que iba en serio.- ¿Quieres salir conmigo?

-No.

-Está bien, está bien, no te molestare más. - Desilusionado y frustrado se volvió a sentar a su mesa. Todos los alumnos contemplaban atentamente la escena.

-¡Al fin! Espero que cumplas tu palab...- Pero Canuto no pudo seguir hablando. James había clavado un tenedor en su mano.

Un murmullo se extendió por el Gran Salón, los merodeadores miraban con miedo a su amigo, que seguía comiendo como si clavarle un tenedor a una persona fuera lo más común del mundo. Y Sirius entendió que era mejor callarse.

Más allá, en el otro extremo de la mesa Gryffindor, se encontraba Susan Olsen, quien tampoco se había perdido de nada y corrió en busca de su amiga a contarle el extraño comportamiento del azabache.

Pero cuando entro a su habitación no vio a Lily, pero si escucho un sollozo en el baño, apenas audible como si no quisiera ser descubierto. Abrió la puerta y se encontró a su amiga sentada contra la pared, con el rostro entre las rodillas.

Después de algunos incómodos minutos, la rubia se animó a hablar:

-Sientes algo por James, ¿no es así?

La pelirroja no contesto, solo levanto poco a poco su cara empapada en lágrimas, la cual mojo.

Sabía que esta vez no había vuelta atrás. Pero la verdad era que él, la ponía tan nerviosa, que llego a creer que jugaba con ella. Pero James Potter iba en serio y ella no se atrevió a pensarlo.

No le contesto a su amiga, solo se acostó a dormir, rogando que nadie se enterara de su secreto.

Paso un mes, dos meses. James no le hablo ni una sola vez. Lily se sentía sola y vacía. Lloraba por dentro cuando lo veía con otras chicas, cuando lo veía ignorarla, cuando no la saludaba. Hasta extrañaba sus cumplidos

Cornamenta había seguido los consejos de Sirius <Debes salir con otras chicas para olvidarte de ella, de seguro funciona>, pero no. Su amigo se equivocaba completamente. Nadie la ayudaba a sacar a Lily de su cabeza, nadie lo completaba ni lo hacía feliz.

Canuto sabía que desde ese día su amigo había cambiado: era más serio, más callado, más responsable. Estudiaba todos los días y sus notas habían subido considerablemente (menos en Pociones, claro). Ni siquiera su comportamiento era el mismo. James Potter ya no era el mismo. <Maduro como una mandrágora> había comentado Sirius a Peter y Remus con una mueca de asco, como si crecer fuera totalmente horripilante, el día en que Cornamenta se había negado en la propuesta de molestar a Quejicus.

Era el penúltimo mes de 1977 y la última visita a Hogsmade en sexto año. James vagaba solo por las calles del pueblo. Había dejado a sus amigos borrachos de cerveza de mantequilla en las Tres Escobas.

Entro a Honey Dukes.

Pagaba sus caramelos cuando la puerta del local rechino y entro por ella una pelirroja de ojos verdes.

-Hola -Dijo Cornamenta tratando de ser amable. Pero la chica no contesto, estaba asombrada de aquel saludo que creyó que nunca más iba a oír.

El azabache salió de allí con sus compras y doblo a la derecha por una solitaria calle de Hogsmade, cuando una bola de nieve exploto en su nuca, reacciono y dio media vuelta: otra bola le dio en el rostro.

Lily estaba frente a él, con la cara tan roja que se confundía con su pelo. Estaba furiosa y volvió a armar otra bola de nieve más para pegarle en el pecho.

-Eres un arrogante...-Lanzo otra y James se adelantó un paso- un orgulloso...-una bola y un paso más- un presumido...un consentido... un desinteresado...un sinvergüenza...- La pelirroja había lanzado tantas bolas de nieve, que el cabello de James era ahora blanco y estaba a menos de cinco centímetros de ella. La tomo de las muñecas para que parara de tirarle nieve y se tranquilizara.

-Trato de olvidarte, Lily.

Se limitó a decir, mientras soltaba lenta y cuidadosamente los brazos de la prefecta. Volteo para quedar de espaldas de ella y seguir caminando.

Pero, cuando apenas dio un paso, sintió como alguien lo tomaba de la mano. Volvió a mirar sus ojos verdes que asomaban una lágrima. Lily levanto su mano izquierda libre con timidez y la llevo al cuello de James. Mientras jugaba con los pelos de su nuca, tratando de no observar aquellos ojos que la miraban, el muchacho rodeo con su brazo, la cintura de la pelirroja, atrayéndola más hacia él. Ella hizo puntillas de pie y le dio un tierno y dulce beso en los labios.

Lentamente apoyo la cabeza en su pecho escuchando sus latidos y bajo su brazo hasta la cintura del chico.

Sin soltarse aun las manos se quedaron allí, abrazados por unos largos minutos, hasta que Lily le susurro un "perdón" y se volvió de regreso a Hogsmade.

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Dicen que aprendes a valorar cuando ya no tienes.

Este es el pequeño resumen de sexto año que prometí. Es una introducción (con muchas dudas), para empezar a relatar el séptimo año de Lily y los Merodeadores.

Cosas como: ¿En qué momento James Potter maduro? O ¿En qué momento Lily Evans se enamoró? Se irán descubriendo de a poco, igual que otras situaciones con los demás merodeadores.

Sé que los cambios son DEMASIADOS REPENTINOS pero, luego entenderán todo, se los aseguro.

Espero que les haya gustado y disfruten los capítulos siguientes, que serán de séptimo año. Promoción 78' e inicio de la Primera Guerra Mágica.

James Potter y el mapa del merodeadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora