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Son las 12 y algo y estoy dando un paseo por los jardines, si algún prefecto me pilla se me cae el pelo pero no podía dormir, ¿como había pasado de estar genial con Sirius a estar así? Soy una estúpida.

—¿Emma? —dijeron a mis espaldas

—Regulus, ¿qué haces aquí? —le pregunto girandome

—Lo mismo puedo preguntar yo —me dice, hace unas semanas que arreglamos el malentendido y quedamos como conocidos, ya que amigos era raro

—Perdón por lo de André, el es un capullo, espero que mi hermano y tu lo arregléis —me mira y sonríe

—¿Lo sabías? —pregunto mirándole a los ojos, son los mismos que los de Sirius, pero los de mi merodeador tienen un brillo especial, un brillo único

—Cuando entró a la Sala Común grito que había separado a la pareja más famosa del colegio y cuando le pregunté me dijo que te había besado... —dijo apenado

—Tranquilo, no fue tu culpa —digo poniéndole la mano en el hombro y oímos aplausos

—Ahora vuelves con los exs, genial Emma, genial —miramos y era Sirius a unos metros de nosotros

—No Sirius, yo no... —me interrumpió

—No quiero tus excusas, yo fui el que te engañó —dijo dándose la vuelta y caminando

—Ella no te engañó —dijo Regulus pero Sirius pasó de él

—Déjalo, yo hablaré con él —

¡HEY POTTER! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora