I love your heart [Gavin x Rk900]

[18] Sorpresas de la vida

1 de febrero de 2040
Departamento de policía
12:44 am
Hank

Observando el monitor aburrido, hecha su cabeza para atrás tirando unas ganas de echar la mierda a la poseta, el mayor sentado en su silla divaga un poco en sus ideas, desde que se terminó el caso de las víboras alvinas, Connor ha estado en casa cuidando a sumo, mientras se recupera de unas heridas que sufrió al recibir un disparo en el centro donde estaba ubicada su bomba de thirium dejándolo muy mal, casi estuvo a punto de apagarse, si no fuera por la acción rápida del mayor hubiera perdido al amor de su vida, motivo por el cual ya no tendría ganas de seguir en ese mundo que poco a poco mejoraba, pero había partes muy podridas todavía, sucias y asquerosas que no eran posibles de salvar.

Sonrió un poco, estaba contento por que ya se podría ir de allí, quería volver a casa después de una larga semana llena de papeleo, informes, más casos de maleantes y ladrones que cometían homicidios por un paso estúpido en su plan, cansado de eso se dio un fuerte estado de estrés que lo llevo a fumar de más y por eso se metió en peos con Connor, cerró su terminal, guardo todo en un bolso y se fue del sitio de los escritorios despidiéndose de Jeffrey, saliendo del departamento de policía subió a su auto, aunque algo llamó su atención, un bulto frío y tembloroso junto a un container muy cerca de un restaurante justo en frente del lugar.

Apago el auto, por curiosidad tenía que revisar aquello, el frío de mierda que hacía podía perjudicar aquello que estuviera debajo de esta manta o bolsa grande temblorosa, se acerco con una mano en la funda de su arma, precavido y lento se acerco, con una mano quito lo que fuera qué cubría a dos pequeños niños, sus ropas estaban sucias y sus caras muy rojas, como fue posible cargo a ambos llevándonos hasta el auto donde los sentó con cuidado en el asiento trasero y llamo a una dirección que contenía la bolsa con la que se crujían, estaba escrita con una letra muy mala pero legible, al observarlos bien se dio cuenta que no pasarían de los 10 años.

-Buenas noches, he encontrado a dos niños que tenían esta dirección apuntada en una especie de bolsa de dormir con la que estaban cubiertos-sonó un poco perdido, no sabía cómo explicar aquello-soy policía si es tan amable de poder recibirlos.

-Buenas noches oficial, si claro con gusto lo esperamos aquí- hablo una mujer del otro lado de la línea.

-Gracias, ya voy para allá-tranco el teléfono y encendió el auto, arrancando a la dirección que decía el papel.

Al cabo de unos 20 min llegó a un barrio muy pobre, habían casas quemadas, otras muy descuidadas, incluso abandonadas, se detuvo en una color carmín con zonas peladas, las columnas un poco carcomidas y las luces encendidas, se bajo del auto y cargo a ambos niños en sus brazos, estaban un poco más calentitos y el sonrojo en sus mejillas había disminuido, tocó el timbre, siendo recibido por una mujer con un muy buen cuerpo, pero algo en ella le daba mala espina, sus ojos estabas muy llorosos, tenía moretones en las manos y en los pies, de seguro era un caso de abuso doméstico.

-Buenas noches, me imagino es usted el oficial que ha llamado-afirmó la mujer-por favor pase, mi esposo está esperando ver a los niños.

Al entrar se escucho un grito muy fuerte de una voz masculina junto a un crujido de algo que se rompía, lo que despertó a ambos críos, al ver que estaban en los brazos de Hank se aferraron a él, la mujer muy temerosa intentó tomar a uno de ellos pero este grito, llamando la atención de aquel hombre que venía con un bate en mano, pero al ver la placa en el cinturón del mayor decidió esconderlo, el hombre cargo a uno de ellos sin pronunciar palabra y se la llevó a otra habitación, el más pequeño se quedó aferrado a él susurrando en el oído de Hank todo lo que sabía, el mayor chasqueo los dientes y soltó al pequeño.

-Disculpe las molestias, pero es necesario que me lleve a su esposo por abuso infantil-dicho eso se escucho el grito de la niña.

-¡No, no lo hagas de nuevo por favor!-salio detrás de una de las puertas, el más viejo en la sala saco su arma, lo cual alteró a la mujer.