Capitulo 17

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—Yo iré a ducharme y a cambiarme…— Dijo Aram mientras se alejaba. 

Al meterse en la ducha pudo observar detalladamente la herida de su mano, no tenía tan mala pinta pero seguía estando ahí y probablemente le dejaría una cicatriz horrible… lo cual le importa realmente poco. Frotó con fuerza con la esponja para deshacerse de la sangre de sus brazos y cara, terminó y salió de la dicha con un albornoz blanco, se quedó mirando fijamente su reflejo en el espejo, y dejó caer el albornoz quedándose completamente desnuda para observar su cuerpo en el espejo, pudo notar la diferencia del antes al ahora, estaba mucho más delgada, y en su abdomen seguían los moratones de cuando Gotou la golpeó, aún que ya no tan intensos, se acercó más al espejo para mirar su rostro, y notó que estaba bastante demacrada, el rojo de su cabello se había apagado notablemente, se veían las ojeras, y su piel estaba más pálida… había adquirido ese aspecto apenas en 6 días, era casi como si su cuerpo se estuviera preparando para la muerte.

— Qué más da…— se dijo así misma mientras apartaba la mirada para continuar vistiéndose.  

Cuando terminó de secarse el pelo fue directa al cuarto y en el ya se encontraba Gotou sentado en la cama. Ella sonrió al verlo y se acercó a él tímidamente.

—Por fin puedo compartir habitación contigo.— le abrazó tomando su cabeza y apretandola contra su pecho. —Te he echado tanto de menos.— intensificó el abrazo de forma muy afectiva, y Gotou poco a poco fue envolviéndola con los brazos correspondiéndole. 

Gotou la estaba abrazando con tanta fuerza como ella a él, Aram sintió su calidez, no quería que ese momento acabara nunca. Ella acercó su rostro al de Gotou posándose sobre sus piernas y colocándose a su altura, le dio un cálido y suave beso en la mejilla seguido de más besos tiernos que recorrían su rostro dirección a las orejas. Gotou parecía no tener ninguna reacción en respuesta a los besos, lo cual le daba más libertad a Aram de probar otras cosas. 

— Recuéstate.— Le empujó suavemente hacia la cama con la mano en su fuerte pecho.

No quería parecer que se lo estaba ordenando pero Gotou tampoco se quejó, y hizo lo que le pidió. Aram se sentó sobre su abdomen, arrugando levemente la camisa blanca del hombre. Ella comenzó a desabrochar los botones de esta, y retiro cuidadosamente la negra corbata de su cuello, él simplemente observaba curioso, y Aram le abrió la camisa completamente dejando al descubierto su maravilloso torso perfectamente musculado, se hecho un poco hacia atrás para tener mejor vista del abdomen y acabó sentándose justo encima de su entrepierna. Aram ya estaba notablemente excitada y sonrojada, tenía a Gotou bajo su control, una bestia tan feroz y salvaje, eso la volvía loca, por un momento empezó a sentir que aquel cuerpo le pertenecía. Paso sus manos temblorosas por encima de los pectorales acariciando lentamente los pezones  que reaccionaban adecuadamente ante el estímulo.

—Eres tan hermoso…— Casi susurraba mientras seguía acariciando la parte alta de su torso.

Poco a poco fue bajando a los abdominales admirando minuciosamente su anatomía. Se sentía tan libre de hacer lo que quisiera…. ideas macabras le pasaban por la mente una detrás de otra, después de todo ella ya había asumido que le excitaban cosas bastante extrañas, no era normal y nunca lo había sido, pero eso poco importaba. Casi de forma instintiva bajo el rostro y comenzó a pasar la lengua por encima de los abdominales, el tacto de ella era cálido y resbaladizo, Gotou se estremecía al sentirla avanzar hacia su ombligo, estaba bastante tenso, con los brazos sobre la cama voluntariamente inmóvil. Subió con la lengua hacia arriba pasándola por los pezones erectos, las clavículas, el cuello, y llegó a la mandíbula, lamió los labios cerrados de Gotou y los beso muy despacio, él abrió los labios casi como por instinto y Aram sin dudar succionó el labio inferior con fuerza y el hizo lo mismo con el superior de ella, creando un extraño beso intenso, la lengua de Aram quiso escapar de su boca hacia la de Gotou y este la dejó entrar en su interior, rozando tímidamente la suya, sintiendo el sabor aguado, las lenguas se entrelazaban en un beso de tornillo, tan intenso y caliente…. leves gemidos escapaban de su garganta, algo que le encantaba escuchar a Gotou. Al sentir algo extraño ella paró el beso dejando un hilo de saliva que conectaron sus bocas por un instante, se incorporó un poco mientras seguía sentada sobre Gotou y balanceo las caderas, en ese momento confirmo sus sospechas, un bulto sobresaliente empezó a aparecer hacía ya unos minutos entre las piernas de Gotou.

MI CARNE HUMANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora