Con alto contenido de gore, comportamientos tóxicos, y escenas +18 explícitas. No recomendado para personas sensibles o menores de edad, si eres menor léelo bajo tu propia responsabilidad.
Historia basada en el manga japonés Parasyte! Con todos sus...
Los disparos no cesaban, retumbaban por todo el edificio, Aram llegó a una oficina en la que habían cinco hombres de espaldas a ella con toda su atención puesta en un parásito al que estaban masacrando delante. Ella sabía que tenía que apuntar hacia el cuello para poder matarlos, los chalecos eran efectivos y no funcionaría disparar hacia su corazón. Su mirada era puramente sombría y hacía juego con su rostro manchado de sangre. Apuntó a el cuello del primer hombre y sin pensarlo dos veces disparó matándolo en el acto. Los demás se giraron y abrieron fuego contra ella, cerró los ojos y no pudo reaccionar a tiempo pero no le dio ni una sola bala, al abrirlos vio a Gotou delante cubriéndola con un uno de sus brazos convertido en una especie de escudo.
—¡Atrás!— le dijo él serio.
Y de un momento a otro descuartizó a todos los hombres con sus tentáculos.
Aram ni siquiera lo miraba…
—¿No estás herida verdad?... Preguntó Gotou.
—Kusano me a protegido… a muerto haciéndolo.— Su voz era profunda y cortada.
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—Sabía que él lo aria, Kusano era amable.
Aram se contrajo al oír esas palabras y le propinó un fuerte puñetazo en el abdomen a Gotou.
—Tú podrías haberlo salvado… si no te hubieras ido detrás de Hirokawa… Kusano estaría vivo...— el flequillo cubría su mirada, pero se podía notar perfectamente que estaba llorando.
—Te equivocas… no pretendo proteger a ninguno de mis congéneres y no tengo por que hacerlo… yo solo estoy aquí para probar mi fuerza contra los humanos, cuando todo acabe me marcharé.— Gotou sonaba bastante ajeno a todo.
—¿Entonces por qué me has protegido a mí?
—Por que tú eres distinta… no quiero que mueras.— Lanzó la confesión sin más preámbulos.
Aram lo miró á los ojos sorprendida. Era la primera vez que Gotou era sincero con ella, y las palabras le atravesaron el alma.
Más hombres llegaron rápidamente a aquel lugar.
—Ahora déjame probar mi fuerza como e dicho libremente con esta escoria y quédate ahí quieta mientras los aniquiló a todos.— Saltó contra los humanos y ellos abrieron fuego.
Mataba de cuatro en cuatro, con movimientos rápidos, los hacía retroceder para alejarlos del lugar en el que se encontraba Aram de pie, sin saber bien qué hacer.
—NO QUIERO QUE MUERAS…— Las palabras resonaban en su cabeza una y otra vez… comprendió que Gotou jamás permitiría que ella cumpliera con su misión.
—Quiero morir… quiero ser devorada, no soporto estar viva ni un segundo más…— Los disparos que se oían desde la azotea intensificaban su ansiedad. Las lágrimas caían por su cara sin cesar y las piernas se aflojaron cayendo al suelo.— Dámela… dame la muerte...— se cubrió el rostro con las manos y lloraba como un niño recién nacido.— Quiero paz, quiero silencio…— Gritaba con voz rota y temblorosa.
