Capitulo 18

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Al despertar como era habitual ya él no estaba, se incorporó y sintió un fuerte pinchazo en la entrepierna, el dolor era totalmente normal, después de todo lo que ocurrió la noche pasada… se sentía bastante débil por el esfuerzo físico pero igualmente tenía que levantarse. 

Bajó al salón y solo Kusano estaba allí. 

—Buenos días Kusano San…

Él se giró para mirarla…

—Buenos días. Todos están en el ayuntamiento ya…

Aram se extrañó.

—¿Por qué? Eso no es lo habitual.

— Las situación con los humanos se está descontrolado bastante, al parecer han matado a muchos de nuestros congéneres, y planean algo aún mayor. 

—¿Que? ¿Como? Vosotros sois mucho más fuertes.

—Han desarrollado varios métodos bastante eficaces, las armas de fuego son uno de ellos, y no podemos defendernos. 

—Esos monstruos… llévame al ayuntamiento quiero estar con los demás. 

Kusano asintió y ambos cogieron el coche hasta llegar allí, Aram estaba más furiosa que preocupada, al entrar en la oficina los encontró a todos con una energía bastante inquieta.

—Hirokawa… ¿Qué narices está pasando?— Preguntó ella caminando hacia el hombre.

—Han descubierto todos nuestros comedores, durante esta noche han matado a más de 20 de los nuestros… parece ser que la policía tiene un grupo de agentes especiales para "exterminar" con armas. Es cuestión de tiempo el que descubran esta base y los demás "escondites".

—¿Y que vamos a hacer?— preguntó ahora sí algo preocupada. 

—De eso estamos hablando.— Respondió Gotou. — Creo que la mejor opción es responderles con la misma jugada, masacrar centros en los que hayan muchos humanos concentrados, mostrarles nuestro poder.— Hablo bastante seguro de sí mismo. 

—No… habrán más bajás aún, la venganza no es una opción viable.— Respondió Hirokawa pensativo. 

—¿Venganza? Debemos combatir, ya nos han declarado la guerra…— Gotou sonaba algo furioso. 

—Gotou… conozco a los humanos, un enfrentamiento directo no es la mejor opción, tienen una infinidad de armas que nos mataran a todos. 

—Ningún arma humana puede matarme.— La energía se estaba volviendo más hostil. 

—Eso es solo cuestión de tiempo…— Hirokawa desvió la mirada desanimado. 

—¿Entonces? ¿qué propones?— Preguntó Kusano.

—No lo sé…— Se podía notar la melancolía en su respuesta. 

—No puedo creer que esos estúpidos demonios os estén acorralando de esta manera...— Aram sonaba muy decepcionada.— ¿El único que quiere luchar aquí es Gotou? Pensé que erais más valientes…

—Valoramos nuestra propia vida por encima de cualquier cosa, a nosotros no nos sirve de nada el concepto de honor...— Respondió uno de ellos.

—El caso es que Tamura San lleva desde ayer sin dar señales de vida…— Hablo Hirokawa con gran pesar en sus palabras...— lo más probable es que ella también esté muerta. 

—¿Que? — Aram se alarmó al igual que todos los demás. 

—Hirokawa acordamos mantener esa información oculta...— Le respondió Gotou. 

—Lo se… pero no le veo mucho sentido el tener que esconderlo.— Cada vez sonaba más deprimido. 

Gotou se puso alerta por un momento. 

— Han llegado vehículos repletos de humanos al parking. 

—Nos quieren acorralar...— Dijo Hirokawa para nada sorprendido.— Ya no nos van a dejar salir de aquí.— caminó hacia la puerta y salió de la oficina en silencio. 

—¿Que narices le pasa a ese idiota? No tenía ni idea de que era tan sumamente cobarde...— Aram estaba bastante indignada. 

Gotou le dedicó una mirada fulminante, no parecía gustarle que hablara tan mal del hombre. 

—Ya están entrando en la planta baja… y están armados tal y como él dijo…— Gotou salió de la oficina también en busca de Hirokawa. 

Los demás parásitos y la chica se quedaron dentro. 

—No podemos quedarnos todos en el mismo sitio será una estúpida masacre, si nos van a matar al menos pongámoslo difícil.— hablo Kusano bastante cabreado con el ceño más fruncido que de costumbre.

—Estoy de acuerdo, separemonos…— contestó uno de ellos. 

Todos se empezaron a movilizar cada uno por su lado, Aram solo observaba consternada.

—Tu te vienes conmigo. La cogió de la mano Kusano y la sacó de la oficina.

MI CARNE HUMANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora