MI CARNE HUMANA

Capitulo 15

Se hizo de día, y Aram despertó con un rayo de sol bastante molesto que se colaba por una de las rendijas de la persiana. Se incorporó torpemente en la cama y se restregó los ojos, miró a su lado y como era de esperar Miki ya no estaba ahí. Recordó todo lo que ayer sucedió, y fue bastante satisfactorio saber que si era capaz de provocar algo de "excitación" en aquel cuerpo parasitado, eso le alegraba profundamente. Se vistió rápidamente y bajó las escaleras, antes de llegar a abajo noto las ondas de Gotou más intensas, así que prácticamente corriendo a la puerta del salón y lo encontró sentado en el sillón como la última vez, su rostro perfecto, su aura siniestra y monstruosa estaban allí de nuevo, su mirada rasgada y penetrante se clavaba en ella. No pudo evitar sonreír emocionada.

-¡Has vuelto!- Camino tímidamente hacia el.

-No puedo dejar a Miki al cargo durante mucho tiempo...Esa es la única razón.- Sonaba muy frío, casi rencoroso.

- El no se parece a ti en nada...- Aram apartó la mirada tímidamente.

-No tiene porqué parecerse...- Gotou respondía de forma cortante algo que Aram había echado de menos.

Ella se sentía bastante culpable por todo lo que había pasado, pero sabía que disculparse no serviría de nada frente a él por esa razón ni siquiera lo intento. La mañana pasó y llegaron al ayuntamiento como de costumbre, aunque Aram se pegó a Gotou durante todo el tiempo pero no se dijeron nada el uno al otro, ella simplemente estaba a su lado en silencio mientras debatía y hablaba con los demás congéneres. Noto que a Hirokawa también le alegraba que Gotou estuviera ahí, lo cual molestaba un poco, eran unos celos raros, Gotou parecía mucho más sumiso y calmado hablando con el que con ella, y no podía evitar el preguntarse ¿cuántas veces habría tocado Gotou a Hirokawa, que le habría hecho? Eso la cabreaba.

-Gotou, Miki dijo que tenías una forma original, me gustaría mucho verla...

Gotou la miró algo sorprendido.

-Después de la reunión.- Cortante respondió nuevamente.

Parece ser que los humanos ya eran conscientes de la existencia de los parásitos, lo cual era algo que había levantado cierta polémica entre ellos, las reuniones eran cada vez más largas, y pesadas, Aram no temía en absoluto el hecho de que los humanos supieran que existen, pues ella confiaba plenamente en la fuerza y el potencial de los parásitos, los veía bastante invencibles, lo cual era un pensamiento bastante contrario al que tenían ellos, sabían que los humanos tenían armas capaces de matarlos a todos, y ya no estaban tan tranquilos, debían ser mucho más precavidos.

La reunión terminó y Aram le recordó a Gotou que seguía queriendo ver su forma original.

-Tendremos que andar y ir hacia una zona boscosa como ya has oído no podemos dejar que nos vean...

Aram asintió y ambos salieron del edificio camino a la montaña.

-Cuando Miki es la cabeza puedo sentir de forma sutil tu presencia, la de algunos más en el interior del cuerpo, pero cuando eres tú el que lo dirige todo, no siento las ondas de ningún otro parásitos salir del cuerpo más que las tuyas... ¿por que?

Gotou ni siquiera la miró al formular la pregunta:

-Eso es por que soy el único de los cinco que puede lograr una unión total, solo yo puedo convertirlos en un solo individuo.

-Eso es increíble.- Lo elogió Aram. Con la intención de que Gotou le dedicará al menos una mirada.

-Aquí está bien no es necesario adentrarse más.- Dijo él girándo y parándose enfrente a ella.

Aram lo miraba espectante, y como si de una metamorfosis rápida se tratara todo su cuerpo cambió haciéndose mucho más alto de lo que ya era, con cuatro apéndices en lugar de brazos y unas patas de aspecto más animal con garras, sus orejas crecieron en forma de elfo y unos afilados dientes sobresalían en su rostro, otro par de ojos apareció debajo de los que ya tenía, y toda su piel se había vuelto gris como con alguna especie de tejido musculoso. La bestia era auténticamente enigmática, a Aram le parecía estar viendo un dios, con un aspecto tan monstruoso y animal ya no tenía nada de humano aparentemente.

-Nunca había visto una criatura tan hermosa Gotou... Es imposible que los humanos te puedan dañar.- Dijo ella casi con lágrimas en los ojos de la emoción.

-Me gustaría saber que soy capaz de hacer con mi verdadera forma, a cuántos humanos soy capaz de aniquilar..., no me gusta la idea de tener que esconderme de ellos, pero por ahora are lo que Hirokawa diga.

-Opino igual que tu...- Aram se acercó lentamente hacia él -Realmente e visto muchos animales y seres vivos majestuosos, pero ninguno como tú, estás diseñado para matar...- Acarició el abdomen de Gotou ya que no alcanzaba a su rostro.- Solo pensar en lo que puedes llegar a hacer, de un simple movimiento podrías cortar mi cuerpo por la mitad y acabar con mi vida, todo en cuestión de segundos.

Aram lo acariciaba sonrojada, casi parecía sentir placer al pensar en su propia muerte a manos del monstruo. Gotou se inclinó para que sus rostros estuvieran a la misma altura. Ella acercó su cara a la de él y le dio un suave y delicado beso en la mandíbula cubierta de afilados colmillos.

-Podrías acabar con tantos años de sufrimiento, sin apenas ningún esfuerzo... librarme del mundo, y yo me iría sabiendo que tú los destruirás a todos, no imagino un final más feliz que ese.

Unas lágrimas empezaron a brotar de los ojos de la chica y acariciaba con las dos manos el rostro de Gotou que simplemente la observaba. Volvió a posar sus labios sobre la mandíbula de la voraz bestia y está vez lo besó de forma distinta, abrió más la boca y lamió haciéndose un pequeño corte en el labio a causa de los afiladisimos dientes. Aram dejo una mancha de sangre en la boca de Gotou y este se relamió para eliminarla, se acercó más a la chica y paso su lengua por el labio sangrante saboreando la herida, Aram abrió la boca y atrapó la lengua de Gotou metiéndola dentro, sus dos lenguas estaban en contacto directo, Aram la chupaba como si de un helado se tratará y él la movía ligeramente en el interior, la saliva empezaba a gotear de la boca de ella y emitió un gemido dulce, ardiente y ahogado. Gotou no parecía querer detenerse, el se estaba sintiendo extrañamente incitado a seguir mezclando su saliva con la de la chica, era algún tipo excitación y era consciente de ello pero si le preguntaban jamás lo aceptaría. Las piernas de Aram comenzaron a temblar y le fallaron de un momento a otro, Gotou envolvió uno de los tentáculos alrededor de su cadera para mantenerla de pie, sus lenguas seguían enroscadas entre ellas, serpenteantes y aquello estaba poniendo a Aram muy caliente, su entrepierna estaba más que mojada y su mente aturdida, era como una droga a la que podría volverse eternamente adicta, envolvió sus brazos alrededor del cuello del monstruo haciendo aún más intensa la succión y tratando de meter la lengua de Gotou aún más profundamente en su garganta, él se inclinó para profundizar como ella parecía querer y la lengua alcanzó hasta la parte media de la laringe, era una escena atroz y obscena, cualquier otra persona había hecho amago de vomitar al dejar entrar tanto algo tan resbaladizo en la boca, pero a ella le estaba gustando mucho más de lo que parecía, se soltó de una de los brazos y lo condujo desesperada hacia su propia y ardiente entrepierna, metiendo la mano por dentro de la falda y yendo directamente a masajear su hambriento clítoris, un par de gemidos escaparon de ella malamente entrecortados por la lengua de Gotou que estaba tan clavada en su interior y cada vez bajaba más, el sintió perfectamente la vibración de las cuerdas vocales y se encogió un poco por una reacción al estímulo de la vibración. Ella separaba las piernas y se dejaba caer sobre el tentáculo que era lo único que la sostenía. Pronto un orgasmo la sacudió fuertemente y en ese mismo instante Gotou saco la lengua completamente de su boca dejando caer una cantidad importante de saliva. Aram aún bajo el efecto del orgasmo tosió desesperadamente, lo cual la estaba dejando sin aire y la obligó a jadear, Gotou la soltó y cayó pesada al suelo.

Tardó unos minutos en recuperar el aliento, y alzó la cabeza del suelo para mirarlo y darse cuenta de que ya había vuelto a su forma humana.