— Puedo hacer que KiBum te bese - comenta TaeMin, sentando en la alfombra - El libro mágico dice que...
— No quiero eso - interrumpe JongHyun, murmurando - Sé que si sucede algo entre nosotros sólo será porque ese jodido libro nos obliga.
JongHyun ha pensado en tantas posibilidades, que ahora simplemente ya no tiene esperanza.
Quiere a KiBum para él, pero sabe que tenerlo es imposible, porque ese rubio gruñón no lo desea como hombre ni nada parecido. Ellos dos sólo son amigos, y ya.
— Una ayudadita no hace mal - insiste TaeMin, acercándose con una sonrisa - Tampoco puedo hacer que te haga una mamada pero al menos que te robe un beso ¿no?
— ¡Yah, niño! - exclama JongHyun, con el ceño fruncido y las mejillas rojas - ¿Por qué tienes ese vocabulario tan sucio?
— Oh, vamos... - ríe TaeMin, golpeando su hombro - ¿No me digas que te da vergüenza hablar de estas cosas?
— No es vergüenza - niega JongHyun, bajando la cabeza - Es pudor ¿sí? Hay cosas que prefiero dejarlas como algo íntimo y no comentarlas con un niño.
TaeMin hace un puchero. Le molesta un poco que le digan de ese modo, pero entiende a lo que JongHyun se refiere.
En cierto modo es razonable, porque quizá no se siente muy cómodo hablando de su vida sexual ¿no?
Además, al tener esos sentimientos por KiBum, es mucho más celoso con sus intenciones, y es normal que no quiera compartirlas.
— Bueno... - empieza TaeMin, cruzando sus brazos - Supongo que mi vida de shipper se fue a la mierda con ustedes dos.
— ¿Por qué?
— Porque ustedes no se dan ni un besito - comenta TaeMin, haciendo pucheros nuevamente - Siempre pensé que al tenerlos tan cerca podría fangirlear y restregarles en la cara a todos que fui testigo del JongKey. ¡Pero no! ¡Ahí van ustedes de monjas que no quieren cooperar con esta pobre alma en desgracia!
— Pues lo lamento - dice JongHyun, sonriendo ante las expresiones tiernas que hace TaeMin - Siento mucho no poder complacerte, pero ten en cuenta que no nos gusta ser un fetiche para nadie ¿sí? Está muy lindo todo eso del JongKey, sin embargo, nuestra realidad no es igual a la de los fanfics.
— Podría serlo - insiste TaeMin, tomando las manos de JongHyun por primera vez. Son cálidas y suaves - Tú lo amas ¿no? Si tan sólo intentaras...
— ¿A quién ama?
La voz de ultratumba que sale de KiBum los hace saltar.
Acaba de salir del baño y tiene una expresión de enojo mientras los mira.
— ¿Y-yo? - pregunta JongHyun tontamente.
KiBum bufa, sentándose a su lado en la alfombra.
— No tontito, hablo de Lady Gaga - responde el rubio con sarcasmo - Por supuesto que estoy hablando de ti, y de las cosas que dice éste niño casi friendzoneado.
— ¡Oye! - se queja TaeMin, pataleando como un niño.
— ¿Qué? Es cierto - responde KiBum encogiendose de hombros - Pero si algo quieres saber deberías leer la nota que te dejó Choi MinHo hace rato. Está en tu cama.
TaeMin abre los ojos de sobremanera.
¿En verdad... MinHo le ha dejado un nota?
Esto... ¿Es en serio?
— Quita esa cara de tonto y ve a leerla.
El menor se levanta del suelo a penas KiBum termina de hablar. Se acerca a su cama, y en efecto, hay una nota que dice “Para Lee TeMin”.
Su corazón se pone loco, sin importar que su nombre esté mal escrito. Y cuando desdobla el pequeño papel siente a sus piernas flaquear.
Es un sueño ¡Un jodido sueño hecho realidad!
“Soy un asco con las palabras, pero espero puedas perdonarme por haber sido un bastardo hace unos días. No quiero que suene a una excusa, así que en serio perdoname. Tengo un mal carácter.
Espero que en algún momento podamos hablar sin que mojes tus pantalones o vomites en mis pies.
Créeme que prefiero verte sonrojado antes que cualquier otro sobre esfuerzo tuyo.
De: Choi MinHo.
Pd. Dile al ratito de JinKi que no se coma mis sandwiches de pollo frito.”
— No vas a desmayarte por favor - pide KiBum, mirándolo - Tengo mucha flojera para levantarte si lo haces.
— Creo que me hice pipí... - confiesa TaeMin, con una sonrisa boba.
— Joder, que asco - exclama KiBum, haciendo cara de fuchi - Si con una puta nota te mojas los pantalones, no me imagino cómo será cuando se te quite lo virgen. Aish, que horror.
A TaeMin no le importa lo que diga KiBum, ahora sólo necesita procesar lo que acaba de suceder.
MinHo le ha pedido perdón, y él... debe cambiarse los pantalones.
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