Capítulo 31

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Después de liberar el estrés de la semana haciendo el amor con Kelvin toda la tarde del viernes, lo despido antes de que llegue mi mamá.

¿Por qué no podemos hacerlo todos los días de la semana?

Me costó convencer a Charlie de salir con nosotros, a pesar de que su mamá le dijo que sí a la mía cuando esta le solicitó el permiso. En parte comprendo el miedo de Charlie, puesto que no nos podemos pasar de alcohol porque tenemos que ir a la iglesia el día siguiente. No ir, sería hacer quedar a mamá mal, puesto que se supone nosotros estaríamos en mi casa.

Hacer quedar mal a mamá, sería una muerte segura.

He quedado con Charlie en vernos cerca de la casa de Stephanie a las seis para dejar sus cosas, cambiarnos y demás. Después del interminable sermón de mi mamá que Dios está viendo las cosas que hacemos desde el cielo, me deja salir de la casa.

Camino a la avenida, tomo el bus, llego al sitio donde quedé encontrarme con Charlie y ahí está él... con el odioso de Julio.

—Debes estar bromeando —le digo a Charlie al acercarme.

—A mi también me da gusto verte, Jonah —me saluda su primo, pero lo ignoro.

—Julio fue quien me animó a venir, la verdad. Aún tengo miedo —confiesa.

—Nada de que preocuparse, pequeño Charlie. ¿A qué club vamos?

Gold & Blue —me limito a responder.

—¿Me estás jodiendo? No he podido entrar a ese club desde que me vine a esta ciudad. No hay manera de que nos dejen pasar, menos a ustedes que son menores de edad.

—Ya Kelvin lo arregló. Consiguió seis pases.

—Las ventajas de ser El Rey, ¿no? —opina Charlie.

—De hecho no —comienzo a caminar—. Kelvin abdicó ese mismo día y los pases se consiguieron mediante otros contactos.

Cuando le veo la intención de preguntar, añado:

—Sin preguntas, Benson.

Stephanie me llama para saber por dónde voy y le explico que estoy a punto de llegar. Charlie trae, al igual que yo, un forro para el Traje que debemos usar mañana para la iglesia. Además, un pequeño bolso con otras cosas. Lleva puesto un jean negro, un camisa de botones rosa y la chaqueta de cuero marrón que usó la primera vez que fue a mi casa.

Se ve sexy.

Llegamos a casa de mi amiga, que está sentada en el jardín delantero con su mamá hablando. Me río en mi mente de la sorpresa que le causa verme llegar con dos chicos. Mi amiga se levanta a abrir la rejilla delantera con una sonrisa nerviosa.

—Al fin llegamos. Stephanie, él es Charlie y él es su odioso primo Julio.

La cara de sorpresa de Stephanie cuando le presento a Charlie es de otro mundo y desvío la mirada para no sentirme acusado de alguna manera.

Ella invita pasar a ambos y me detiene en la entrada de la casa.

—Definitivamente, amas el peligro.

—Nada que ver. Lo traje para que conozca a Nicola, tal vez así mato dos pájaros de un solo tiro.

—Ojalá no te salga el tiro por la culata. Charlie está... divino.

—Besa divino también —confieso y ella me palmea la cabeza.

Miramos adentro y ambos están conversando con la mamá de Stephanie muy animadamente. Charlie voltea en nuestra dirección y nos sonríe, siento a mi amiga derretirse.

Enséñame a SoñarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora